¿Las ostras mueren al sacar la perla?

Las perlas pueden formarse tanto de manera natural como de forma inducida por los seres humanos, y esta última opción es por razones comerciales, ya que así las personas pueden venderlas. En este sentido, tanto especies de ostras marinas como mejillones de agua dulce y otros bivalvos y gasterópodos, pueden producir perlas. Aun así, estas varían en su composición, por lo que no hay interés comercial sobre todos los tipos de perlas.

Así, las perlas son producidas naturalmente como un proceso de defensa propio de estos moluscos ante la presencia de un irritante, como puede ser un parásito, y se activa el mecanismo. De esta manera, la ostra o el mejillón, al detectar la presencia extraña que ha traspasado su caparazón o concha y que podría causarle daño, comienza a sintetizar sustancias en capas conocidas como aragonito y conchiolina. Estas forman compuestos de carbonato y dan origen al nácar. Este nácar va envolviendo al intruso para encapsularlo y contrarrestar su acción.

Por otro lado, también observamos que, de manera artificial, algunas especies de ostras se crían o cultivan. A estas ostras se les inserta internamente un activador, que puede ser un tejido o una parte de otra ostra. De esta manera, se estimula al animal para que produzca el nácar y forme la perla. Posteriormente, la perla es extraída y comercializada.

La sustancia conocida como nácar tiene la capacidad de originar una variedad de colores y formas, lo que resulta en la obtención de diferentes tipos de perlas. Estas perlas, consideradas joyas preciosas, poseen un valor estético y comercial significativo.

¿Qué ostras tienen perlas?

Existen diferentes tipos de ostras, agrupadas en distintas familias. Así, por ejemplo, algunas son de mayor interés como alimento, como las del género Ostrea. Aunque la mayoría puede producir perlas, al ser de composición diferente al nácar no tienen interés comercial en el mercado de perlas.

En cuanto a las ostras que tienen perlas de nácar y que son más explotadas, encontramos:

• Ostra perla del Golfo (Pinctada radiata).
• Ostra de labio negro (Pinctada margaritifera).
• Ostra de labio dorado (Pinctada maxima).

El tema del dolor en los animales ha sido un aspecto bastante controvertido. No obstante, ya sabemos que los animales vertebrados son capaces de sentirlo. Sin embargo, suele surgir la duda que ocurre con los invertebrados. Entonces, si las ostras pertenecen a esta clasificación, ¿pueden sentir dolor?

El primer aspecto a tener en cuenta es que el sistema anatómico de los animales es diferente, por lo que el hecho de que muchos no cuenten con un cerebro desarrollado como el nuestro o el de los vertebrados, no implica que no puedan sentir dolor o estrés.

En este sentido, aunque las ostras no tienen cerebro, poseen un conjunto de ganglios que son una especie de cerebro. Constituyen su sistema nervioso y, estas estructuras, son las que les permiten ejercer respuestas y desarrollarse ante las diversas condiciones y procesos vitales.

De esta manera, las ostras pueden detectar y emitir respuestas ante estímulos, ya sean, beneficiosos o perjudiciales, y prueba de ello es la formación del nácar cuando detectan un intruso en su organismo. Es así, como científicos manifiestan que a pesar de que estos bivalvos no tienen un sistema nervioso central, sí pueden sentir dolor. Hay precursores del sistema nervioso central que están presentes, formando casi un precerebro, y puede emitir respuestas ante estímulos como cuando se abre el animal para sacar la perla.

En este sentido, probablemente el dolor no sea exacto como el que puede sentir una persona, pero ya hemos comentado sobre la diferencia en el mundo animal, por lo tanto, con seguridad no será nada agradable lo que la ostra siente cuando es abierta.

Tras el desarrollo de la industria que cultiva ostras para obtener las perlas, se han “mejorado” las técnicas para este procedimiento. Es así como muchas ostras pueden ser recicladas, es decir, una vez obtenida la perla, se vuelve a inducir el proceso para que produzca otra, por lo que el animal no muere. Aun así, esto no ocurre siempre, muchas mueren en el procedimiento.

Sin embargo, aquí hay un aspecto que va más allá de que la ostra muera o no al extraer la perla, y es que en todo caso, el animal está siendo explotado, a pesar de que no se acabe inicialmente con su vida. Las perlas son un producto natural de las ostras, y sacárselas implica un daño al animal, que en algún momento terminará con su vida. Mientras esto pasa, este es sometido a estrés y condiciones desagradables para un ser viviente. De esta manera, el uso de perlas no es para nada una acción ética, ni natural.

Queremos culminar este artículo invitándote a que no adquieras productos hechos con partes de animales, esto además de las perlas, incluye pieles, huesos, dientes, entre otros. Todo producto que se haga con la parte de un animal, implica que el mismo muriera, y ellos no nos pertenecen, son parte de la red que forma el planeta.

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