¿Los gatos pueden comer uvas?

Desde 1989 se han registrado casos de intoxicaciones por consumo de uvas en los perros. En esta especie, la ingesta de uvas ocasiona un cuadro gastrointestinal, seguido de un fallo renal agudo que puede terminar ocasionando la muerte del animal.

Sin embargo, en la especie felina no se han descrito casos de intoxicación por uvas hasta la fecha. De hecho, la Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (FEDIAF) sostiene que, aparentemente, solo los perros se ven afectados por la toxicidad de este alimento, siendo desconocida la susceptibilidad de otras especies.

No obstante lo anterior, existen algunas publicaciones científicas que sugieren la posibilidad de que la ingesta de uvas en los gatos desencadene un cuadro de intoxicación similar al que se produce en los perros. Por ello, en base al principio de precaución, es preferible no incluir este alimento dentro de la dieta de los gatos.

¿Los gatos pueden comer uvas pasas?

En los perros, las pasas ocasionan un cuadro de intoxicación muy similar al que producen las uvas, sin embargo, en los gatos tampoco existen evidencias que demuestren que este alimento resulte tóxico para su organismo.

No obstante, de forma preventiva y hasta que se disponga de información científica que aclare la susceptibilidad de los gatos a la intoxicación por uvas y pasas, es preferible mantener ambos alimentos fuera de la dieta de los gatos.

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Como hemos explicado, hasta la fecha, no se han notificado casos de envenenamiento por uvas en los gatos. Entonces ¿por qué no deben comer los gatos uvas?

Simplemente por precaución. Actualmente no existe información científica sobre la susceptibilidad de los felinos a esta fruta y, ante la posibilidad de que su consumo produzca un cuadro de intoxicación similar al de los perros, es preferible actuar con cautela y evitar su aporte a estos animales.

Cabe señalar que, en los perros, el envenenamiento puede suceder con todo tipo de uvas (verdes, moradas, con o sin semilla, etc.). Por ello, para evitar riesgos, es recomendable evitar el aporte de cualquier variedad de uva a los gatos.

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Aunque hasta la fecha no se hayan notificado casos de intoxicación por uvas en gatos, existen algunas publicaciones científicas que sugieren la posibilidad de que la ingesta de uvas en esta especie desencadene un cuadro de intoxicación similar al que se produce en los perros.

En los perros, el consumo de uvas desencadena malestar gastrointestinal seguido de un fallo renal agudo. Los signos iniciales suelen ser:

• Vómitos.
• Letargo o apatía.
• Anorexia.
• Diarrea.
• Dolor abdominal.
• Ataxia (incoordinación).
• Debilidad.

En la mayoría de perros, estos signos iniciales aparecen en las primeras 24 horas posteriores a la ingesta. A continuación, suelen aparecer los síntomas clásicos de un fallo renal agudo, con aumento de la urea y creatinina en sangre y alteración de los niveles de calcio/fósforo. En casos graves, los riñones pierden la capacidad de producir orina; llegados a este punto, el pronóstico es generalmente malo.

Cabe destacar que, hasta la fecha, no se ha detectado el agente tóxico responsable del envenenamiento por uvas en los perros. Se han evaluado distintas posibilidades, como micotoxinas, metales pesados, pesticidas y vitamina D3, pero todos los resultados han sido negativos. Continuar con el estudio de esta intoxicación será primordial para poder identificar su causa concreta y su efecto sobre las distintas especies animales.

Como hemos explicado, por precaución, las uvas deben incluirse en la lista de alimentos que no comen los gatos. Ahora bien ¿qué debemos hacer si detectamos o sospechamos que nuestro gato ha consumido uvas accidentalmente?

Pues bien, ante estos casos, lo recomendable es que te pongas en contacto con tu veterinario/a de confianza. En principio, el consumo de uvas no tiene por qué ocasionar un cuadro de intoxicación en los gatos, pero por precaución, se debe monitorizar el estado del animal para detectar de forma temprana la aparición de cualquier signo de intoxicación (como vómitos, diarrea, anorexia, debilidad, etc.)

Ante la aparición de cualquier de estos síntomas, habrá que instaurar un tratamiento inmediato que incluya:

• La inducción del vómito o el lavado intestinal, si la ingesta sido reciente.
• Administración de carbono activado para neutralizar el tóxico que no se haya llegado a absorber.
• Fluidoterapia.
• Hemodiálisis y diuréticos en caso de fallo renal.

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