¿Por qué mi perro no bebe agua?
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El agua es el origen de la vida en el planeta Tierra, un líquido imprescindible para todos los seres, tanto animales como vegetales. Tus mascotas la necesitan tanto como tú, y los perros no son una excepción.
Para muchos canes el agua no solo es un complemento de su alimentación, sino también un elemento principal en sus tardes de juego en el jardín, donde disfrutan la acción del chorro con una manguera o los aspersores de riego. En ocasiones, puede que tu mascota se niegue a aprovechar este preciado líquido o que disminuya considerablemente su consumo, así que en este artículo ExpertoAnimal te explica por qué tu perro no bebe agua.
¿Cuánta agua debe beber un perro?
El agua no solo calma la sed de tu perro y lo ayuda a recuperar sus fuerzas en un día caluroso o tras una jornada de ejercicio, también es la encargada de transportar las toxinas fuera del organismo del can, al tiempo que le permite regular la temperatura de su cuerpo. De ahí lo importante de su ingesta y lo peligroso que puede ser si tu perro no quiere beber agua.
Para saber si tu perro está ingiriendo o no suficiente agua, primero necesitas conocer cuáles son las cantidades adecuadas que requiere el organismo de los canes. Sin embargo, esto no es algo que se pueda calcular con exactitud, ya que dependerá de la raza y tamaño de tu perro, su actividad física, los cambios climáticos y la alimentación que le brindes.
Los perros de raza pequeña y los que no son muy activos, por lo general, ingieren menos agua, pero es evidente que las cantidades aumentan si es verano, por ejemplo, o si el pienso que consumen es muy salado.
Aunque no es posible realizar un cálculo certero, un perro pequeño o mediano, que juega fuera de casa, bebe agua alrededor de 2 o 3 veces por día, lo cual representa unos 350 mililitros. Por otro lado, un perro de raza grande duplica esta cantidad, repartiendo la ingesta en distintos momentos a lo largo del día.
Si sales a correr con tu perro es posible que este necesite una pausa cada 10 minutos durante el ejercicio para ingerir agua, lo cual representa unos mililitros extra. Los canes que presentan cuadros de diarrea o vómitos, además de las perras que se encuentran amamantando, también beben más agua de la habitual. Para más información, no te pierdas el siguiente artículo: "¿Cuánta agua necesita beber un perro?".
¿Cómo saber si tu perro ingiere suficiente agua?
Si sospechas que tu perro no bebe agua adecuadamente y no sabes cómo comprobar esta suposición, te damos algunos consejos rápidos para saber si está deshidratado:
- Examina su piel. Coloca tus dedos sobre la piel que se encuentra entre sus omóplatos y pellizca ligeramente. Lo normal es que la piel vuelva a su lugar rápido; si no es así, significa que tu perro está deshidratado.
- Revisa sus encías. Presiona con el dedo un área cualquiera de las encías del perro, esta debería volver a su forma original y recuperar el color rosado en pocos segundos.
- Observa su comportamiento. La falta de agua o deshidratación, por lo general, viene acompañada de otros síntomas como decaimiento, cansancio excesivo, orina concentrada, piel reseca, problemas para respirar y falta de apetito.
- Sácalo a pasear. Cualquier perro irá a su tazón de agua tras un rato de paseo, así que si esto no ocurre debes preocuparte.
La deshidratación pone la vida de tu perro en riesgo a una velocidad vertiginosa, por lo que si repentinamente deja de beber agua durante 24 horas, no esperes más y acude al veterinario. Además, si a esta situación se suma alguna condición que ya tuviera tu perro, como sufrir de diabetes, encontrarse amamantando, sufrir vómitos o diarrea, o si se trata de un perro viejo, el riesgo para su vida aumenta de forma considerable.
¿Por qué tu perro no quiere beber agua?
Diversas son las razones que provocan que tu perro rechace el agua, por lo que aquí te presentamos las más frecuentes. Saber qué ocasiona el problema es el primer paso para solucionarlo:
Estrés
El estrés es uno de los peores enemigos del perro, ya que gracias a él pueden desatarse multitud de síntomas y problemas de salud que, si no se atienden, fácilmente aumentan su gravedad.
Muchas son las razones que producen estrés o ansiedad en un perro casero: muerte o distanciamiento de un miembro de la familia al cual el perro estaba apegado, una mudanza, la llegada de otra mascota o de un bebé, cambios bruscos introducidos en su rutina, cambios en la alimentación, ambiente tenso en el hogar, entre muchas otras.
Virus
Algunas enfermedades de origen viral cuentan entre sus síntomas la ausencia de sed. Entre ellas es posible mencionar la rabia, el moquillo o la leptospirosis, entre otras. Obviamente todos estos padecimientos vienen acompañados de otros signos, por lo que es importante permanecer atento a cualquier cambio en el comportamiento de tu perro.
Uno de los mayores peligros de esta ausencia de sed es la deshidratación, pues el organismo canino se descompensa en muy pocas horas ante la falta de agua, poniendo en peligro la vida del perro.
Problemas dentales
Las molestias que caracterizan a las enfermedades dentales suelen provocar que el perro deje no solo de tomar agua sino también de comer, con tal de evitar el dolor y la incomodidad que le produce realizar cualquier actividad que implique a sus dientes o el movimiento de la boca.
Este tipo de problemas van desde una infección bacteriana hasta un diente dañado. Solo el veterinario será capaz de brindar un diagnóstico exacto.
Objetos extraños
Cualquiera con un perro en casa sabe lo propensos que son a morder todo lo que encuentran a su paso, sobre todo si no se les ha entrenado correctamente y si no cuentan con juguetes que sirvan de estímulo adecuado.
Morder los zapatos, destruir una pelota, mordisquear las patas de la mesa, plástico o lo que se le ocurra a tu can puede hacer que un trozo quede atascado entre los dientes, en las encías, o incluso pegado a las paredes de la boca, y que el perro deje de beber agua para evitar la molestia que esto le ocasiona.
No lo sacan a pasear
Si este es el motivo por el cual tu perro no quiere beber agua, entonces es un llamado de atención para ti. Es evidente que cuanta más agua ingiera más veces necesitará ir al baño. Este hecho, por supuesto, no debe bajo ninguna circunstancia ser un motivo para limitar el suministro de agua de tu perro.
Por otro lado, cuando el perro está habituado a que lo saquen a pasear para hacer sus necesidades pero tardan mucho en hacerlo, es posible que evite beber agua si sabe que debe aguantar hasta que llegues a casa.
Todas estas razones vendrán acompañadas de otros síntomas, como fatiga, falta de apetito, falta de elasticidad en la piel y cierto nivel de hostilidad, que el perro demostrará tratando de estar solo.
¿Por qué mi perro no bebe ni come?
Cuando a la ausencia de sed o apatía ante el agua se suma la falta de apetito del perro, no es raro que te desesperes. Los perros aman la comida, así que cuando dejan de alimentarse es momento de encender las alarmas.
Las razones por las que tu perro no quiere beber agua ni comer son variadas. Entre ellas es posible mencionar el estrés, sobre todo si este es causado por un cambio en la rutina del hogar, lo cual genera ansiedad en el perro. De igual forma, la tristeza y el nerviosismo, independientemente de sus causas, pueden sumir al can en un nivel de apatía que le hace perder el interés por la comida.
También es posible que al perro no le guste su comida o se haya aburrido de ella, sobre todo si acostumbras a servirle siempre lo mismo. La mayoría de los piensos tienen un sabor un poco salado, por lo que no es extraño que si el perro ha dejado de comer tampoco sienta la necesidad de tomar agua.
Por último, las mismas enfermedades que provocan la ausencia de sed ocasionan la pérdida de apetito, sobre todo si estas incluyen molestia en la boca (enfermedades dentales, objetos atrapados en la dentadura, etc.), o tienen que ver con fallos en el funcionamiento de los riñones o el hígado.
¿Cómo hacer que tu perro beba agua?
Como ya dijimos, la deshidratación producida por la negación a beber agua afectará la salud de tu perro rápidamente si no haces algo a tiempo. Por ello, te señalamos algunas recomendaciones para ayudarte en estos casos:
- Mantén el tazón de tu perro con agua limpia y fresca todo el tiempo. Recuerda cambiar el agua al menos dos veces al día, vigila que no haya restos de comida ni otros desperdicios y lava el envase cada vez que renueves su contenido.
- Nunca dejes el tazón de agua bajo el sol, prefiere una temperatura ambiente.
- Ubica varios tazones en distintos sitios del hogar pero siempre en los mismos lugares, así el perro sabrá dónde buscarlos y podrá beber agua en cualquier momento que lo desee.
- Algunos perros no se sienten motivados con la forma en que se ve el agua en el tazón. Si este es el caso del tuyo, considera la posibilidad de adquirir una fuente de agua para perros. Antes de hacerlo, asesórate bien sobre el funcionamiento y mantenimiento del modelo a escoger.
- Prueba a humedecer un poco la comida seca del perro con agua, o incluso con un caldo preparado con carne de res o pollo, sin sal ni condimentos.
- Si se niega a beber, prueba a ofrecerle cubos de hielo, a muchos les gusta lamerlos.
- Cuando lo saques a pasear siempre lleva contigo una botella de agua y un recipiente para el perro; recuerda hacer descansos durante la caminata para hidratarlo.
Si tras poner en práctica todos estos conejos el perro sigue sin querer tomar agua, acude al veterinario inmediatamente.
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