Redes de protección para gatos, ¿son necesarias?

El gato doméstico (Felis silvestris catus) evolucionó del gato salvaje (Felis silvestris) hace al menos 300 años, pero ha conservado algunas características de su ancestro, como el comportamiento juvenil en la edad adulta, lo que los hace juguetones, valientes y más adaptables a diferentes situaciones y entornos. Además, los gatos son excelentes cazadores, con grandes habilidades para saltar a lugares altos, visualizando mejor a sus presas y delimitando su territorio. Con estas características, los gatitos fueron conquistando el corazón de los humanos con el paso del tiempo, siendo llevados a todo tipo de lugares, como ciudades, y finalmente departamentos o pisos. El número de gatos en este tipo de hogares crece cada día, lo que los convierte en el animal de compañía favorito de quienes pasan mucho tiempo al aire libre. Sin embargo, se debe tener cierto cuidado cuando el minino se va a vivir a un edificio.

Uno de los accidentes más comunes con gatos en áreas urbanas es la caída desde lugares altos, como balcones, ventanas y techos. Pero, ¿los gatos no caen siempre de pie, como dice la creencia popular? Pueden aterrizar de pie la mayor parte del tiempo, pero no siempre la caída será suave y sin consecuencias. A pesar de tener la increíble capacidad de girar su estructura dorsal en plena caída, necesitando tan solo 30 centímetros de altura, otros factores pueden interferir hasta que el animal llega al suelo.

Los gatos tienen estructuras muy sensibles en la región del oído, llamadas receptores vestibulares, responsables del equilibrio del animal. Cuando están en posiciones incómodas, se produce un aumento de presión en la región del oído, funcionando como una alarma que envía estímulos al sistema nervioso central. Se envían señales eléctricas desde el cerebro al sistema locomotor del gato, lo que hace que gire la cabeza y la espalda, y luego lo devuelva a su posición de equilibrio.

Cuando caen desde alturas superiores al segundo piso de los edificios, sufren un conjunto de lesiones conocidas como síndrome del gato volador o síndrome del gato paracaidista. El nombre se le dio porque, al caer, el gato abre los brazos simulando un paracaídas con su propio cuerpo, mitigando los efectos de la caída. Durante el trayecto, vacía su vejiga para que no estalle cuando el animal toque el suelo.

Desafortunadamente, aún con toda esta astucia, el gato se hace mucho daño al golpear el suelo y puede sufrir fracturas de mandíbula, hemorragias nasales, paladar hendido, neumotórax (presencia de aire libre en la cavidad pleural), fracturas dentales, dislocación de la articulación temporomandibular, fracturas de costillas, vértebras, extremidades, pelvis, dislocación de las articulaciones del codo, trauma abdominal y hematuria (orina con sangre).

La tasa de supervivencia ronda el 90 %, lo cual es alto si se tiene en cuenta la diversidad de lesiones que sufre el gato. Los problemas de sangrado y respiración son las causas más comunes de muerte después de una caída. A pesar del buen ritmo de recuperación de los felinos, lo ideal es evitar el accidente. Así que, para los que conviven con gatos en edificios altos, lo mejor es poner redes protectoras en todas las ventanas y balcones, no dando oportunidad a felino de caerse o saltar desde allí.

La red de protección más adecuada para evitar que los gatos salten desde lugares altos es la red de seguridad utilizada para niños, fabricada en polietileno, que tiene una resistencia similar al acero (además, algunos gatos pueden romper las de nailon). Lo ideal es que las ventanas y los balcones estén totalmente protegidos, sin dejar huecos por los que pueda pasar el gato, ni siquiera su cabeza.

Sin embargo, el material no es lo único que debemos tener en cuenta a la hora de elegir la mejor red para gatos en ventanas. Es muy importante tener en cuenta el tamaño de los agujeros de la red, ya que los gatitos pueden pasar por huecos muy pequeños, por lo que se recomiendan redes de protección con una abertura de 3 por 3 centímetros. Los gatos adultos se pueden proteger con redes de 5 por 5 centímetros, ya que son más grandes y silenciosos que los más jóvenes.

Además de la seguridad ante caídas desde altura, las redes para gatos también son muy útiles para mantenerlos fuera del acceso a la calle, evitando el contacto con animales enfermos y los peligros de las zonas urbanas. En caso de querer que tu minino salga al exterior, aconsejamos acostumbrarlo a pasear con correa.

Imagen: zooplus.es

La cantidad a invertir en la seguridad de tu amigo de cuatro patas dependerá del tamaño de las ventanas y del balcón del apartamento. Las pantallas protectoras para gatos más adecuadas, hechas de polietileno, suelen venderse por metro cuadrado o tamaños prestablecidos y los precios son muy variables. Por ejemplo, en tiendas de accesorios para mascotas puedes encontrar redes de unos 6 por 3 metros por 20 € aproximadamente.

¿Cómo poner una red para gatos en ventanas?

La instalación debe ser realizada por un profesional, ya que la red debe estar bien sujeta y sin espacios entre las ubicaciones de fijación. En caso no estar disponible esta opción, lo ideal es seguir las recomendaciones del fabricante. Generalmente, los pasos a seguir son los siguientes:

1. Estira la red por completo para comprobar que ocupa la totalidad de la ventana o balcón.
2. Coloca alcayatas en las esquinas para poder fijar la red. Si el espacio a cubrir es muy grande, deberás colocar más alcayatas para que la red quede bien fija.
3. Ata la red a cada alcayata.
4. Acaba de sellar las alcayatas para evitar que el gato pueda sacar la red con sus patas.

La única forma de evitar que el gato salte por la ventana es mantenerla permanentemente cerrada o colocando redes protectoras. A pesar de ser muy inteligente, el gato no entenderá que no puede trepar por ventanas y balcones si intentas enseñarle, y siempre se sentirá atraído por lugares más altos porque es un cazador nato y le gusta vigilar su territorio.

Ahora que ya sabes que proteger tu hogar del gato es la mejor opción para garantizar su seguridad, también te recomendamos este otro artículo en el que te explicamos por qué a los gatos les gustan los lugares altos.

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