10 cosas que los perros odian de los humanos
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Como en todas las relaciones, en la que hay entre perros y humanos suele haber malentendidos, aunque algunos incluso nos pasan desapercibidos. De hecho, para evitar estos problemas con tu fiel amigo tendrás que plantearte una serie de cuestiones. Por ejemplo, deberás saber cómo piensan los perros, cuáles son sus necesidades más básicas tanto físicas como mentales y conocer también qué cosas les suelen molestar.
- Los ruidos y los olores fuertes
- Hablar mucho y no usar nuestro lenguaje corporal
- Nuestra energía negativa y que les regañemos sin que entiendan por qué
- Falta de estructura
- Mirarlos fijamente a los ojos, cogerlos de la cara y darles palmaditas en la cabeza
- Besos y abrazos en exceso
- No usar bien la correa y pasear con prisas
- Vestirles innecesariamente
- Asearlos muy a menudo
- Ser aburridos o estar ausentes
1. Los ruidos y los olores fuertes
El secador del pelo, la aspiradora, los coches, los petardos, los estornudos, una tos o algo que se nos cae y hace mucho ruido, cualquier ruido fuerte molesta y asusta a los perros. Es algo normal, puesto que tienen un oído excepcional que les permite oír sonidos que a nosotros se nos escapan y además, también poseen una percepción de las vibraciones mucho más sensible que la nuestra. Por lo tanto, cualquier ruido que pueda molestarte a ti, seguramente a tu can le aterrará. Evidentemente, hay perros que se han criado desde cachorros percibiendo ruidos fuertes y se han acostumbrado a ello, por lo que no se asustan, pero es cierto que la mayoría sí se asustan y lo odian.
El tema de los olores fuertes también es algo delicado para los canes. Igual que su oído, su olfato es miles de veces más potente que el de los humanos. Por esto, cualquier olor que a ti te parezca fuerte a tu perro le parece realmente molesto. Es verdad que si se trata de olor a comida no les molesta tanto, enseguida se pondrán a pedirnos que compartamos con ellos eso que huele tan delicioso. Pero, imagínate los olores de productos químicos, de higiene personal y de limpieza del hogar. Son olores realmente muy fuertes que irritan las fosas nasales de nuestros peludos, por lo que fácilmente nos lo hagan saber con un estornudo y se vayan a otro lugar.
Debemos procurar no asustar a nuestro perro con ruidos fuertes siempre que podamos evitarlo o bien intentar acostumbrarlo a ello. También hay que evitar utilizar productos con olores fuertes en presencia de nuestro can y ventilar bien la zona antes de que entre en ella.
2. Hablar mucho y no usar nuestro lenguaje corporal
Muchas veces le hablamos a nuestro perro y eso está bien, pero si lo hacemos en exceso o si a la vez que hablamos no utilizamos gestos y palabras cortas que el can pueda llegar a aprender y relacionar con algo, no estaremos haciendo otra cosa más que agobiar a nuestro amigo. No estará entendiendo lo que decimos y al final se pondrá nervioso. Prefieren que te comuniques con ellos con tu lenguaje corporal y si usas palabras o sonidos mejor que sean pocos y que ellos los hayan podido aprender durante su entrenamiento y aprendizaje desde cachorros.
Es cierto que los perros sí que entienden las emociones básicas de los humanos, pero lo hacen a través del lenguaje corporal y el tono de voz que utilizamos. Definitivamente, no entienden nuestro lenguaje verbal completo, sólo aquellas palabras básicas que les enseñemos. Por lo tanto, que hablemos mucho y no usemos nuestro lenguaje corporal los confunde mucho. Debemos procurar aprender a cómo hablar con nuestro perro y a cómo comunicarnos con él con nuestro cuerpo. Haz una prueba, pásate un día entero sin decirle una sola palabra a tu perro. Sólo gesticula, sin exagerar, e intenta comunicarte con lenguaje corporal. Aunque sí que puedes utilizar algún sonido como un silbido, intenta no decir ni una palabra, verás que os comunicáis perfectamente y que tu fiel amigo está más relajado.
3. Nuestra energía negativa y que les regañemos sin que entiendan por qué
Puede que cuando estemos de mal humor o nos enfademos con nuestro perro porqué ha hecho algo que no nos gusta, le transmitamos ese enfado y negatividad como en principio haríamos con otra persona. Como ya hemos comentado, los cánidos no entienden lo que les gritamos y la mayoría de las veces tampoco entienden por qué lo hacemos. Evidentemente es algo que les molesta mucho, se sienten mal, reciben energía negativa y no saben ni por qué.
Tenemos que aprender a evitar errores comunes al regañar a un perro. Uno de ellos es hacerlo sin que pueda entender el por qué, ya que ha pasado mucho rato y otro error es ser agresivos. Hay formas mucho más efectivas que os harán entenderos mejor y seguir disfrutando el uno del otro.
4. Falta de estructura
A los canes les gusta tener una rutina, aunque la variemos para que no se haga muy aburrida, y les gusta tener una estructura, pues se sienten más seguros y tranquilos. Un perro desestructurado, sin un mínimo de adiestramiento básico, acabará siendo un perro poco feliz, puesto que tendrá inseguridades y malentendidos tanto con la familia como con otros perros o animales. Es por eso que otra cosa que no les gusta nada a los perros es la falta de estructura en su familia.
Esta estructura y aprendizaje deben cubrir varios aspectos, desde quién lidera el grupo hasta los paseos y la comida, entre otras cosas. Para ello, será mejor que primero nos instruyamos bien nosotros mismos sobre el adiestramiento adecuado para nuestro perro.
5. Mirarlos fijamente a los ojos, cogerlos de la cara y darles palmaditas en la cabeza
A los perros realmente no les gusta nada que les miremos fijamente a los ojos. Si alguna vez lo has hecho, habrás notado que rehúyen la mirada cuando lo hacemos, pero quizás te hayas encontrado con uno que te aguanta más la mirada e incluso puede haberte gruñido. El contacto visual prolongado para los cánidos equivale a retarse, por lo que si uno aparta la vista pasa a ser el sumiso y en cambio si la aguanta y el otro la retira, será el dominante. Es peligroso hacer esto a perros que no conocemos, pueden ponerse agresivos. Una cosa es que se crucen las miradas y otra cosa es retar, así que procura no buscar la mirada fija a un perro pues puede llegar a molestarles mucho.
Asimismo, otras cosas que hacemos muy a menudo es cogerles de la cara para achucharlos y darles palmaditas en la cabeza. Eso es un error, pues no lo llevan muy bien. Que les cojamos de la cara hace que se queden bloqueados, se sienten atrapados, pues piensa que es algo que entre ellos no hacen. Las palmaditas o golpecitos en la cabeza les molestan e incluso pueden hacerles algo de daño. A una mano por encima de ellos la entienden como dominante, si además les da golpes en la cabeza los inquieta mucho. Son gestos que para nosotros son muy normales, pero para ellos tienen significados diferentes, por ello deberemos intentar no hacerlo. Si quieres acercarte a saludar a un perro, es mejor que te acerques un poco de lado, sin mirarle fijamente y extendiendo un poco la mano permitiéndole que te olfatee y conozca, una vez te acepte podrás acariciarle.
6. Besos y abrazos en exceso
Hay muchas cosas que para nosotros son normales y nos gusta hacer, como por ejemplo achuchar, abrazar y dar muchos besos a nuestros peludos, pero ellos no interpretan todo como nosotros. Entre perros no se abrazan ni besan como lo hacemos nosotros. Para ellos que les abracemos y besemos constantemente es algo muy confuso.
Por un lado, con los abrazos los bloqueamos y para ellos poner las patas encima de otro significa que quieres establecer tu dominancia, pueden tomárselo como un juego pero hasta cierto punto. Aunque hay perros muy afectuosos y además sumisos que si aceptan abrazos, la mayoría no los toleran mucho. Por otro lado, nuestros besos son como sus lametones y ellos lamen por muchos motivos, uno de ellos es cuando quieren mostrar sumisión, por lo que a veces cuando los besamos pueden entender que somos sumisos. Entonces, les estamos enviando señales confusas y eso les desestabiliza y hace sentir incómodos.
Por lo tanto, está bien que les abraces y les des algún beso, pero ten cuidado de no excederte y atento a las señales que el perro te haga como relamerse muy seguido, estar nervioso, echar las orejas hacia atrás, bostezar o incluso enseñar los dientes, cosas que muestran que no están nada a gusto con la situación.
7. No usar bien la correa y pasear con prisas
Es muy frecuente que haya cosas que hacemos mal cuando paseamos a nuestro perro, pero tenemos que aprender a corregirlas si queremos disfrutar de los paseos y no hacer sentir mal a nuestro peludo. A veces mantenemos la correa tensa, vamos dando tirones constantemente, no le dejamos que olfatee su entorno, etc. También muchas veces paseamos muy pocos minutos y tenemos prisa por llegar a algún sitio o por terminar el paseo.
No usar bien la correa y tener prisa durante el paseo es algo que definitivamente a nuestro perro no le hace mucha gracia. Necesita bastante rato para explorar su entorno y relacionarse con los demás. Querrá olfatear, pararse a hacer sus necesidades y a jugar con otros, es lo normal. Tenemos que ser conscientes de las necesidades básicas de nuestro perro y aprender a usar bien la correa y a dar paseos tranquilos en los que pueda disfrutar.
8. Vestirles innecesariamente
Por supuesto, si hace mucho frío o necesitamos cubrir alguna parte del cuerpo de nuestro perro por alguna herida o problema, vestirle con un jersey o con ropa especial para ellos, incluso con botas especiales, está bien y en estos casos es algo recomendable. Lo que no soportan nuestros fieles amigos o al menos la mayoría de ellos, es que les vistamos porque sí o con cosas sencillamente decorativas y para nada funcionales. Ellos no se sienten cómodos si no pueden andar bien o si llevan algo que no se pueden quitar cuando quieran. Algunos aprenden a tolerarlo, pero muchos no entienden por qué alguien se les acerca mucho, los mira fijamente o incluso se ríen de ellos, aunque para nosotros sea de forma cariñosa ellos no lo entienden, solo perciben que llaman mucho la atención y se ponen nerviosos. Incluso sienten que otros perros no se atreven a acercarse a ellos, cosa bastante normal pero que les causa rechazo y por lo tanto a la larga les causa malestar emocional.
Piensa que tu perro no es un humano, intenta no humanizarle puesto que eso sólo traerá desequilibrios y problemas. Vístele cuando realmente sea necesario con las piezas de ropa adecuadas.
9. Asearlos muy a menudo
Para nosotros es normal asearnos cada día, para los canes no lo es. Ellos se mantienen limpios a su manera, necesitan su olor corporal para comunicarse con los demás. Así que si los aseamos muy seguido realmente no les estamos haciendo ningún favor. Una cosa es que si se ha ensuciado mucho lo limpiemos, otra muy distinta es que lo estemos bañado cada dos por tres con champús con olores que nos encantan y perfumándolos. Esto a ellos no les va, les gusta oler a ellos mismos y los olores fuertes de los productos que usamos les pueden molestar mucho como ya hemos comentado.
Es bueno que bañemos a nuestro perro en casa o en la peluquería canina de vez en cuando, pero no podemos hacerlo muy a menudo porqué, además de que necesitan su olor para comunicarse bien, estaremos dañando las capas de protección natural de la piel y podemos acabar provocándoles algún problema de salud. Podemos asearlos sí, pero sin excedernos.
10. Ser aburridos o estar ausentes
Los perros no soportan estar aburridos, quieren hacer cosas y compartir su tiempo contigo. Así que no les gusta nada que no les hagas caso y que seas aburrido. Por supuesto odian cuando estas ausente, nunca están seguros de cuando vas a volver o si lo harás, de ahí sus enormes alegrías cuando regresas aunque solo haga unos minutos que no te ven. Pero lo peor para ellos es, sin duda alguna, cuando su compañero humano de verdad no regresa nunca. Lo peor que les puede pasar es que les abandonemos, nunca entenderán el por qué y les cuesta seguir adelante.
Así que ya sabes, no seas aburrido y haz muchas cosas con tu fiel compañero, además procura estar el menor tiempo posible ausente, pero sobre todo, nunca lo abandones.
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