10 errores comunes al pasear con tu perro
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El paseo es una rutina fundamental para los perros, pues de ella depende que puedan hacer sus necesidades. No obstante, el paseo ofrece muchos otros beneficios, como la posibilidad de socializar, recibir estimulación del entorno o realizar ejercicio. Generalmente por desconocimiento, muchos propietarios cometen ciertos errores durante el paseo que repercuten directamente en el bienestar de sus perros.
¿Quieres aprender a evitarlos? En este nuevo artículo de ExpertoAnimal te explicaremos 10 errores comunes al pasear con tu perro que debes evitar, pero además, te explicaremos por qué y algunas alternativas a tener en cuenta. ¡Sigue leyendo para descubrir algunos puntos importantes sobre el paseo de los perros!
1. No dejar que tu perro huela el entorno
Es normal que sufras una ligera sensación de rechazo cuando observas a tu perro olisqueando pipís y suciedad del suelo, es normal. Eso sí, debes entender que forma parte de la naturaleza de los canes. Cuando llevan a cabo este comportamiento suceden dos cosas muy importantes:
- Se relajan: los perros estresados o aquellos que son muy inquietos se verán beneficiados de olisquear sin presión. Les permite relajarse y canalizar su nerviosismo.
- Reciben información del entorno: los orines informan a tu perro de quiénes conviven en la misma zona: si son machos, hembras o cachorros. Todo ello le ayuda a orientarse y a entender mejor dónde vive y quién transita por su zona.
Si tu perro está correctamente vacunado no tienes por qué preocuparte, no va a coger ninguna infección. Eso sí, puedes elegir pasear por lugares más boscosos para evitar la suciedad excesiva que provoca un ambiente urbano.
Pero... ¿Qué ocurre cuando un perro no huele nada? Si tu perro parece no mostrar ningún interés en oler otros orines, flores o rincones puede tratarse de un problema de estrés. ¿Le observas nervioso? ¿Alterado? Enséñale cómo hacerlo utilizando el sembrado:
- Sitúate en un lugar boscoso o mínimamente limpio.
- Busca un terreno irregular para hacerlo.
- Esparce pienso por el suelo.
- Espera a que el perro olisqueando encuentre el alimento.
- Si tu perro no lo encuentra, ayúdale y guíale.
2. Tirar de la correa cuando el perro también tira de ella
Vamos a ser sinceros contigo: no vas a lograr nada dando tirones. En ExpertoAnimal estamos hartos de observar malos consejos que circulan por Internet. Aunque no lo creas, dar tirones de correa a tu perro le produce estrés y posibles complicaciones de salud como pueden ser la presión intraocular o los problemas de garganta. Deja de hacerlo inmediatamente.
Para evitar que un perro tire la de correa debes enseñarle a caminar al lado, pero si eso no te es posible o si bien tu perro es muy grande y necesitas tenerlo controlado en determinadas situaciones, lo mejor será comprar un arnés anti tirones como el que observas en la imagen. También será indicado modificar los hábitos de paseo tal y como se muestra en nuestro artículo sobre consejos para que mi perro no tire de la correa.
3. Gritarles o pegarles cuando se enfadan con otro perro
Desde luego esta actitud es totalmente reprochable: no debes pegar jamás a un perro. Si observas que ladra o intenta atacar a otros perros tienes que acudir a un profesional, irte del sitio rápidamente o, al menos, informarte sobre las pautas que debes seguir, siempre utilizando el refuerzo positivo. Al castigar a un perro en presencia de otros, estás haciendo que asocie a los otros perros con cosas negativas, por lo que la agresividad puede ir a más.
Al igual que harías con un hijo, debes procurar hacerle sentir bien y ayudarle a superar sus problemas o miedos de la forma adecuada. Acude a un etólogo si fuese necesario. Utilizar la agresividad solo hará que tu perro pase un mal momento y su relación con los otros perros no pueda avanzar hacia mejor.
La mejor forma de educar a un perro es enseñándole cómo comportarse. Si durante el paseo estás nervioso, tenso y agresivo, el propio animal lo transmitirá y tomará ejemplo. Es mejor ofrecerle un paseo tranquilo y relajado evitando situaciones que puedan desencadenar una reacción negativa.
4. No permitir que se relacione con otros perros o personas
Exceptuando los perros que tengan un comportamiento agresivo con otros, es muy importante que dejemos que nuestro perro se relacione con otros. Es fundamental que los animales puedan relacionarse entre ellos además de con nosotros.
Puedes acudir a un pipi-can o sencillamente encontrar un perro de tu misma zona con quién pasear. En ocasiones surgirán conflictos pero que eso no te quite las ganas de relacionarle, es muy importante para lograr que siga siendo un perro social y afectivo.
5. Hacer un paseo demasiado corto o excesivamente largo
Debes entender que cada perro es único y tiene unas necesidades concretas en cuanto a hábitos de paseo: los perros más nerviosos necesitarán más tiempo, los de edad avanzada tranquilidad y aquellos con una respiración dificultosa menos exposición al calor intenso (como puede ser el caso de los pug o carlino).
Debes analizar las necesidades de tu perro de forma concreta y ejercitarlo si fuese necesario con diferentes actividades físicas, siempre adaptadas a él y a su ritmo.
Por lo general, el paseo de un perro debe durar entre 20 y 30 minutos y debe repetirse entre dos y tres veces al día. Esfuérzate por ofrecer un paseo adecuado a tu perro y observarás un mejor comportamiento, actitud y felicidad en sus ojos.
6. Dejar que vaya mordiendo la correa
Aunque esta conducta puede indicar excitación y alegría por el paseo, también nos está mostrando que el perro está alterado y algo estresado. Además, las correas suelen tener elementos metálicos, algo que puede dañar la dentadura de nuestro mejor amigo. Por esa razón, si tu perro mordisquea la correa, lo mejor que puedes hacer es llevar encima un mordedor u otro tipo de juguete para distraerle.
7. No ponerles una placa identificativa
Este punto es especialmente importante en aquellos perros que tienen miedo a los coches, a las personas o bien miedo generalizado, ya que podrían escaparse sin querer ante una situación estresante. Aún así, también es importante en perros estables o bien adiestrados. La chapa es un elemento fundamental, así como el chip, ya que en caso de pérdida sería una vía rápida para poder recuperarlo.
8. No variar la ruta del paseo
Es muy importante que, de vez en cuando, variemos la ruta de paseos, para que nuestro perro se sienta estimulado por nuevos entornos, perros y objetos que nos ofrece nuestra localidad. Siempre es deseable acudir a entornos boscosos y llenos de vegetación o bien a zonas de playa, pero si no nos es posible, bastará con cambiar de calles y apostar por una nueva ruta o pipi-can.
9. No dejarles 5 minutos libres sin correa
Muchos etólogos y educadores caninos coinciden en que dejar cinco minutos al día de libertad sin correa ofrece a nuestro perro un extra de estimulación y bienestar, en el que le permitimos explorar por su propia cuenta un entorno, algo muy positivo para él. Si nuestro perro no responde bien al adiestramiento siempre es recomendable acudir a una zona vallada.
10. No estar atento al perro
Para terminar esta lista os queremos recordar la importancia de estar atentos a nuestro compañero durante todo el paseo. Es imprescindible para evitar que puedan comer alguna cosa del suelo o, simplemente, para detectar su comunicación corporal y conocer mejor qué cosas le gustan y cuáles le desagradan.
Aún así, recuerda que el paseo es el momento del perro, por lo que dedicar todo tu esfuerzo a que esté feliz y animado durante este momento del día es tu obligación. ¡Haz que cada paseo sea un tiempo maravilloso para él!
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