Bursitis en perros - Tratamiento y causas

Una bursa o bolsa sinovial es una estructura en forma de bolsa, recubierta por una membrana sinovial y llena de líquido sinovial, que se localiza entre dos superficies articulares para proporcionar amortiguación a los huesos, tendones y músculos durante el movimiento.

Cuando la bursa sinovial se ve afectada por un proceso inflamatorio, se habla de bursitis. En estos casos, la membrana sinovial se engrosa y se produce un exceso de líquido, lo que origina dolor a nivel de la articulación implicada. Las bursas sinoviales son estructuras muy irrigadas e inervadas, de ahí que las lesiones que las involucran sean especialmente dolorosas.

Aunque puede aparecer en cualquier raza, es especialmente frecuente en razas grandes y gigantes, como el gran danés o el dálmata. Además, pese a que es una patología que puede afectar a cualquier articulación sinovial, debemos señalar que es especialmente frecuente la bursitis de codo en perros.

La bursitis es un proceso fácil de detectar para la mayoría de cuidadores, dado que causa signos bastante evidentes. En los perros con bursitis es frecuente observar:

• Dolor a nivel de la articulación afectada: se observa dolor tanto a la palpación como a la movilización de la articulación.
• Cojera.
• Hinchazón a nivel de la articulación afectada.
• Menor rango de movimiento a nivel de la articulación afectada.

La bursitis se desarrolla típicamente como consecuencia de traumatismos en las articulaciones, tanto traumatismos fuertes como traumatismos leves repetidos. Estos traumas suelen producirse con frecuencia:

• Cuando los perros se dejan caer sobre una superficie dura al tumbarse.
• En los perros que practican deportes como el Agility: dado que cuando saltan los obstáculos dejan caer todo el peso de su cuerpo sobre las extremidades anteriores. De ahí que sea especialmente frecuente la bursitis de codo en perros. Si quieres saber cómo Iniciarse en Agility, echa un vistazo a este post que te recomendamos.

Aunque los traumatismos repetidos sean la causa más frecuente de bursitis, este proceso también puede producirse como consecuencia de la sobrecarga de peso de una extremidad cuando la contralateral está afectada por cualquier otra causa.

Por ejemplo, un perro con una fractura en una extremidad anterior debe apoyar todo el peso en la extremidad contralateral, lo que origina un estrés local a nivel de esta extremidad como consecuencia de la sobrecarga de peso, pudiendo en estos casos desarrollarse una bursitis.

Como hemos explicado anteriormente, la bursitis suele ocasionar unos síntomas que los cuidadores habitualmente detectan con facilidad. Ante cualquier signo de dolor articular, es importante que acudas a tu veterinario/a de confianza para que pueda realizar un correcto protocolo diagnóstico e instaurar un tratamiento temprano.

En concreto, el diagnóstico de la bursitis en perros debe incluir:

• Exploración ortopédica: se observará cojera o claudicación, dolor a nivel de la articulación afectada y disminución del rango de movimiento articular.
• Ecografía: en condiciones normales, la bursa sinovial no suele apreciarse en la ecografía. Sin embargo, en casos de bursitis, se puede observar la membrana sinovial engrosada y la bursa distendida con presencia de líquido en su interior. Si quieres saber cómo funciona una Ecografía para perros, no dudes en leer este post.
• Resonancia magnética: en casos en los que no esté disponible la ecografía, podrá recurrirse al diagnóstico mediante resonancia magnética. No obstante, la ecografía es siempre el primer método de elección, al no requerir sedación del paciente, ser no invasiva, rápida, eficaz y de bajo coste.

El tratamiento de la bursitis en perros puede variar en función de la gravedad del proceso y de la presencia o no de complicaciones.

• Las bursitis leves: suelen tratarse con vendajes compresivos, fármacos antiinflamatorios (normalmente, AINEs), reposo y crioterapia (frío). En algunos casos, se añade un antibiótico de forma profiláctica, para prevenir la infección.
• Las bursitis moderadas: suelen requerir el drenaje del líquido sinovial realizando una punción con aguja fina, combinado con un vendaje compresivo. Es fundamental realizar este procedimiento en perfectas condiciones de asepsia, para evitar la inoculación de gérmenes que produzcan una infección y compliquen el proceso.
• Las bursitis graves o aquellas que se complican con infección, ulceración, etc.: requieren un tratamiento quirúrgico basado en la escisión quirúrgica de la bursa sinovial.

Una vez explicadas las distintas opciones terapéuticas, es posible que te estés preguntando cuánto tarda en curarse una bursitis en perros. Como puedes imaginar, el proceso de curación será variable en función de la gravedad de la patología y de la eficacia del tratamiento instaurado, aunque lo normal es que varíe de varias semanas a varios meses.

La prevención de la bursitis debe basarse en los siguientes puntos:

• Evitar el trauma repetido sobre las articulaciones: es importante proporcionar a los perros superficies blandas y acolchadas para que descansen. Dentro del hogar, es recomendable ofrecerle a los perros camas, cojines, alfombras o moquetas en sus zonas de descanso. En el exterior, se deben evitar los suelos duros, de asfalto o cemento, siendo preferibles los de césped o arena para reducir el impacto diario y así disminuir el estrés articular.
• Ejercicios de calentamiento antes de competir: en los perros que practican deportes como el Agility es recomendable un periodo previo de calentamiento, de entre 5 y 15 minutos, realizando un trote suave. Después del calentamiento es recomendable practicar ejercicios de estiramiento activo, para preparar las articulaciones para el movimiento.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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