Insulina para perros - Dosis, tipos y precio
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La insulina cumple funciones fundamentales en el organismo, por eso, cuando este no la produce o las células no consiguen usarla, se origina la diabetes, una enfermedad relativamente frecuente en los perros. Por suerte, es una patología tratable y la base de este tratamiento es la administración de insulina.
En este artículo de ExpertoAnimal vamos a explicar el funcionamiento y el uso de la insulina para perros, las precauciones a tener en cuenta, así como el seguimiento necesario y los tipos de insulina disponibles en la actualidad.
¿Qué es la insulina?
La insulina es una hormona que se produce en el páncreas. Es indispensable para que la glucosa que se encuentra en la sangre pueda pasar al interior de las células, lo que es imprescindible para su buen funcionamiento. Cuando el organismo, por distintas causas, no produce insulina o las células no pueden utilizarla, hay que añadirla de manera artificial, de lo contrario se produce hiperglucemia, que es una elevada cantidad de glucosa en la sangre. La carencia de insulina da lugar a una enfermedad muy conocida, pues también afecta a las personas: la diabetes mellitus. Se distinguen dos tipos de diabetes y la tipo 1 es la que habitualmente sufren los perros.
El veterinario recetará insulina a un perro diagnosticado como diabético. Con la insulina conseguimos que disminuya la cantidad de glucosa en la sangre. Además, se mejoran los signos clínicos que el perro pueda estar manifestando. Si seguimos correctamente el tratamiento y controlamos la enfermedad, el perro tendrá la misma esperanza de vida que un ejemplar sano.
La insulina para perros se administra en forma de inyección subcutánea. Es imprescindible conservarla en la nevera, nunca a temperatura ambiente ni en el congelador. En la actualidad se dispone de bolígrafo de insulina para perros o plumas, que también hay en medicina humana, que permiten una administración más sencilla de la insulina.
Tipos de insulina para perros
¿La insulina para perros es igual a la de humanos? Lo cierto es que algunas insulinas de medicina humana pueden recetarse a los perros, como la NPH, que es de origen porcino altamente purificada y duración intermedia, o la Glargina, que es una insulina sintética fruto de la tecnología del ADN recombinante. Otra insulina con esta tecnología es la Detemir, que se considera de larga duración. También hay insulinas de uso veterinario, como las siguientes:
- Caninsulin: se trata de una insulina de acción intermedia. Es insulina lenta porcina purificada, que es estructuralmente igual a la insulina canina, lo que minimiza el riesgo de que se generen anticuerpos antiinsulina. Es una mezcla de insulina zinc cristalina y, en menor proporción, amorfa. El pico de su efecto se produce a las 8-9 horas de su administración. Dura cerca de 12-14 horas.
- ProZinc: es una insulina humana que se conoce con el nombre de insulina protamina zinc y se consigue utilizando la tecnología del ADN recombinante. El zinc y la protamina que se le añaden contribuyen a que se retrase tanto su absorción como el inicio de su acción. Se degrada en el hígado o el riñón.
Dosis de insulina para perros
Suele haber cambios en las necesidades de insulina debidos a diferentes factores. Un ejemplo es la administración de fármacos como los corticoides o el paso a una dieta con un nivel reducido de hidratos de carbono, pero también afectan otras enfermedades o incluso el estrés. Por eso es necesario que el veterinario nos marque un seguimiento para ajustar la dosis, de forma que consigamos los efectos deseados.
Al principio es posible que sea necesario ingresar al perro para realizar la conocida como curva de glucosa, que permite obtener datos de cara a establecer la dosis. Se hace administrando insulina y pinchando cada dos horas para conocer la cantidad de azúcar en sangre. Así se sabe cómo está funcionando la insulina inyectada, cada cuánto tiempo, etc.
De modo general, la dosis inicial de ProZinc o de Caninsulin es de 0,5 UI por kg de peso del perro. Hay que pinchar todas las mañanas, durante o después de la comida. El veterinario nos explicará cómo, ya que lo tendremos que hacer en casa. También se encargará de controlar al perro mediante analíticas de sangre y orina, además de la dieta y las pautas de alimentación, para ir disminuyendo o aumentando la dosis de insulina de inicio. De esta forma, se consigue la dosis de mantenimiento más exacta, que puede darse en una o dos veces al día. Si en todos los tratamientos es importante ajustar la dosis al máximo, en el caso de la insulina es fundamental que pinchemos exactamente la cantidad prescrita por el veterinario y cuando así nos lo indique.
Resistencia a la insulina en perros
Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, puede aparecer lo que se conoce como resistencia a la insulina. En estos ejemplares puede aumentar la necesidad de insulina porque la cantidad de siempre no resulta efectiva. Hay varias causas que provocan esta resistencia, como la obesidad, otras enfermedades, tratamientos farmacológicos, etc. Indica que la diabetes todavía no está controlada y, por ende, es necesario acudir de nuevo a la clínica veterinaria.
Precauciones y efectos secundarios de la insulina para perros
Si nuestro perro está en tratamiento con algún otro fármaco y el veterinario lo desconoce, debemos informarlo para evitar interacciones. Durante la gestación y la lactancia puede utilizarse la insulina, pero siempre con un estricto control veterinario para adaptarse a los cambios que tienen lugar en estos períodos.
La administración de insulina en perros puede provocar una situación de hipoglucemia, es decir, un descenso por debajo de los parámetros normales de la cantidad de glucosa en la sangre. Este cuadro clínico suele ser leve y se detectan síntomas como hambre, ansiedad, movimientos inseguros, espasmos en los músculos, descenso de la coordinación, arrastre de las patas traseras o desorientación. Si pensamos que el perro está experimentado una bajada de azúcar podemos darle algo de comer, como un poco de miel, y, después, lo trasladaremos al veterinario para que valore la administración de glucosa. Además, el profesional tendrá que ajustar la dosis de insulina.
Por último, podrían aparecer reacciones en el punto de aplicación de la inyección, que no suelen requerir tratamiento y se solucionan por sí solas. Para evitarlo se recomienda cambiar el lugar de la inyección.
¿Cuánto cuesta la insulina para perros?
La insulina ProZinc se comercializa en viales de 10 ml que contienen 40 IU por ml. Su precio es de unos 50 euros. Por su parte, Caninsulin se presenta en cajas de 10 viales de 2,5 ml, con un precio de unos 70 euros, o de 10 cartuchos de 2,7 ml, con un importe aproximado de 68 euros. Estos cartuchos se utilizan con el dispositivo dispensador en forma de bolígrafo, comercializado con el nombre de VetPen, en dos presentaciones de 0,5-8 UI y de 1-16 UI.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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- Naranjo, Morales y Meilan. (2014). Su perro sufre diabetes mellitus. Argos número especial Todo sobre la diabetes. pp. 10-15.