¿Los tiburones son ciegos?

Durante algún tiempo se especuló con que los tiburones dependían más de otros sentidos que de la visión, por lo que, probablemente, no podían ver bien. Sin embargo, se sabe que esto no es del todo cierto, ya que los ojos de los tiburones son como los de otros vertebrados tanto desde el punto de vista anatómico como fisiológico. Lo que ocurre es que presentan algunas diferencias relacionadas, principalmente, con el tipo de ecosistema en el que habitan, además de otras vinculadas a la percepción de los colores.

Así, la visión en los tiburones es un aspecto importante. A través de la vista logran identificar a sus presas o a posibles atacantes. Los ojos de los tiburones son dos estructuras ubicadas a cada lado de la cabeza y, como los nuestros, poseen córnea, iris, cristalino y retina:

• Córnea: es el tejido que cubre exteriormente los ojos en los tiburones y en el resto de seres vivos. Los tiburones utilizan esta estructura para enfocar después de que la luz ingresa al ojo.
• Iris: es una lámina muscular con capacidad de contraerse. Se encuentra perforada por otra estructura conocida como pupila. Cuando el tiburón se encuentra en áreas de poca luz, el iris se contrae, lo que dilata la pupila y permite capturar más eficientemente la luminosidad. Esto es muy común en los tiburones que se encuentran en zonas profundas. Por el contrario, cuando hay suficientes rayos solares, el iris entonces se relaja, de modo que la pupila se contrae.
• Cristalino: es una lente transparente de forma casi esférica, lo que les permite a estos escualos una alta capacidad de refracción de la luz.
• Retina: es el tejido que recubre interiormente al globo ocular y cuya función es enviar las señales al cerebro para el procesamiento de las imágenes. Esto se produce a través de diversos procesos fisiológicos y a partir de la incidencia de la luz.

Además, los tiburones tienen dos estructuras más asociadas a los órganos visuales. Por un lado, presentan una capa detrás de la retina que tiene la capacidad de retrorreflejar la luz. Es conocida como tapetum lucidum. La otra estructura está presente en algunos tiburones y se denomina membrana nictitante. Su función es proteger el ojo del animal durante la caza o los ataques que pueda recibir. Sin embargo, algunas especies, como el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), carecen de esta y en su lugar son capaces de volver el ojo hacia atrás para que quede protegido, exponiendo al exterior una capa fibrosa.

Como hemos podido evidenciar, los tiburones no son ciegos. Al contrario, poseen un sistema visual complejo que indica su alto desarrollo. Si bien estos animales se valen, en principio, de otros sistemas sensoriales para percibir cambios químicos, térmicos, mecánicos e incluso electromagnéticos producidos por sus posibles presas, es finalmente la visión el sentido que utilizan para identificar claramente su objetivo o distinguir si se trata de un atacante. Por lo tanto, la vista no solo está presente, sino que juega un papel sumamente importante en estos animales.

Si quieres saber más sobre cómo los tiburones capturan a sus presas, no te pierdas nuestro artículo ¿Cómo cazan los tiburones?

Los tiburones, en principio, como en general ocurre en los vertebrados, para poder ver dependen del estímulo luminoso, por lo que la visión se inicia enfocando a través de la córnea y, tal como en los humanos, el iris regula la cantidad de luz que ingresa al ojo. La pupila se dilata o contrae en función a la disponibilidad de luz, pero en el caso de los tiburones que habitan en zonas muy profundas las pupilas se encuentran constantemente dilatadas para poder captar la poca luminosidad que llega.

Algunas especies de tiburones, cuando tienen los ojos relajados, pueden rotarlos dentro de las órbitas, con lo que logran seguir un objeto o un individuo con la mirada. La refracción de la luz en los ojos de estos escualos es extraordinaria, gracias a que el cristalino es casi totalmente esférico. A diferencia de los humanos, el enfoque no se logra cambiando la forma de esta estructura, sino modificando su posición, al relajar o contraer los músculos asociados a esta lente. Esto hace que a distancias de menos de 15 metros la visión sea el sentido que primordialmente utilizan los tiburones.

Por otra parte, estos animales son capaces de distinguir diversos niveles de luminosidad, así como intensidades de tonos. La visión de los tiburones, sin duda, guarda una estrecha relación con el tipo de hábitat en el que viven. A diferencia del medio terrestre, donde los colores juegan un papel importante, en el marino esto es secundario, principalmente en las zonas en las que la luminosidad empieza a perder presencia. Las formas y los tonos son más importantes que el color tanto para la caza como para la defensa, por lo que no es ilógico pensar que la evolución se haya centrado más en favorecer otros aspectos importantes de la visión antes que la diferenciación de los colores.

En los ojos de los tiburones existen dos tipos de células fotorreceptoras, conocidas como conos y bastones. Los primeros son útiles para detectar los colores, mientras que los segundos aprecian contrastes y brillos, pero no distinguen pequeños detalles de la imagen captada. Durante cierto tiempo se pensó que los tiburones no podían percibir los colores y tenían una visión limitada porque se indicaba que carecían de conos.

Sin embargo, el estudio ^[1] de varias especies reveló que, efectivamente, algunas no poseían conos, pero había otras que sí los tenían, solo que eran de un solo tipo, en concreto los sensibles para percibir el color verde, de modo que estos tiburones serían daltónicos.

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