Podenco andaluz

El pondenco andaluz es una de las razas de perros españoles más populares en su país de origen y pertenece al grupo de los lebreles. Desarollado en Andalucía, al sur de la Península Ibérica, estos perros descienden de los antiguos perros egipcios que llegaron gracias a los comerciantes fenicios que llegaron a la península, se estima que los podencos llegaron a nuestra península hace más de 3.000 años.

Debido a la terminología es frecuente que se den confusiones al hablar del podenco andaluz del podenco Español y el Ibérico, aunque lo cierto es que originariamente eran la misma raza hoy en día los cambios evolutivos de los criadores han conseguido que se creen estas razas diferenciadas. Pese a lo antigua que es realmente la raza esta no fue reconocida por la Real Sociedad Canina de España hasta el año 1992, que es la fecha en que se publica el primer estándar oficial de la raza. Así mismo, no ha sido reconocida aún por la FCI, Fédération Cynologique Internationale.

Los podencos presentan una morfología grácil y estilizada. Los tamaños varían mucho, ya que encontramos tres variedades en función del tamaño, así, los podencos dentro del tamaño pequeño pesan entre 3 y 8 kilos y su altura a la cruz se halla entre los 32 y los 41 cm para las hembras y entre 45 y 42 en los machos. Los de tamaño medio pesan entre 6 y 16 kilos y miden 43-53 cm los machos y 42-2 las hembras. Por último, los podencos de tamaño grande tienen un peso de entre 6 y 27 kilos, con una altura a la cruz de 53-61 cm las hembras y desde 54 a 64 en el caso de los machos.

Su cuerpo es robusto la par que estilizado, con un lomo corto y ancho y una musculatura bastante marcada y fuertemente desarrollada. Su pecho es sólido y su abdomen redondeado en la parte del vientre, sin presentar este arrugas o pliegues. Llegando a unas patas proporcionadas al cuerpo y de fuerte musculatura. La cola tiene forma de sable y de una longitud media.

La cabeza de los podencos es alargada y de forma cuadrada, con un hocico ligeramente subconvexo, de perfil recto y acabado en una trufa mediana de color miel y forma redondeada. Tiene unas mejillas redondas, una mandíbula desarrollada y muy fuerte y unos ojos pequeños y redondos con una mirada viva y sagaz, los colores de los mismos suelen ser de tonalidades avellana o miel. Las orejas son triangulares y de inserción media, acabadas en punta, aunque de formas redondeadas.

También existen tres variedades en función del manto, que puede ser de tipo cerdeño (duro y largo), de tipo sedeño (sedoso y largo) o liso (corto y fino). Sea cual sea la longitud del pelo este carece de subcapa lanosa y es más corto en las extremidades y en la cabeza que en la espalda o en el vientre.

Los colores del manto pueden ser canela o blanco, no siendo aceptados otros colores, aunque dentro de estos puede haber diferentes tonalidades, en el caso del blanco puede ser marfil, mate o plateado, mientras que el canela puede ir desde un tono muy claro a un canela encendido.

Estos canes son conocidos por su sociabilidad e inteligencia, siendo los podencos andaluces muy afectuosos, con un carácter y un temperamento equilibrado y mesurado. Al ser animales que durante siglos han desempeñado un papel fundamental como perros de caza observaremos características típicas de un perro cazador, estando siempre alerta y reaccionando sumamente rápido.

Los podencos son extremadamente fieles a los suyos, se mostrará dispuesto en todo momento para proteger y asegurar el bienestar de su familia tanto humana como animal para defenderla de cualquier peligro. Es por ello que pueden mostrarse desconfiados hacia los extraños, aunque salvo que se sientan amenazados no resultan agresivos hacia ellos.

Esta raza canina tiene una capacidad de adaptación muy alta, por lo que puede vivir en apartamentos pequeño o casas rurales. En cualquier caso, necesitará un espacio cómodo en el que dormir, agua fresca y abundante en todo momento y una alimentación de calidad, ya esté basada en alguno de los mejores piensos del mercado o en dietas caseras para perros, siempre elaboradas y suplementadas por el veterinario.

El cuidado del manto será más sencillo en los individuos de pelo corto, aún así, de forma general, el cepillado lo realizaremos un mínimo de una vez a la semana. El baño, por el contrario, lo espaciaremos más, realizando uno cada uno o tres meses de forma aproximada.

Le ofreceremos entre 3 y 4 paseos diarios, así como ejercicio físico o la iniciación a algún deporte canino. Puede ser interesante estimularles con ejercicios de olfato y juguetes de inteligencia para mejorar su enriquecimiento y bienestar. Para terminar, solamente señalar que hablamos de un perro sociable por naturaleza, que detesta pasar tiempo en soledad, por lo que garantizaremos que nunca esté solo más de 6 u 8 horas seguidas.

El cachorro deberá permanecer junto a su madre y hermanos hasta los dos meses y medio de vida aproximadamente, para garantizar una buena socialización del cachorro. De no ser así, es muy probable que en su etapa adulta el individuo presente miedos e inseguridad. En esta etapa le enseñaremos las normas básicas del hogar, a no morder excesivamente o a orinar en el periódico, ya que aún no podrán orinar en la calle.

Más adelante, al tratarse de perros increíblemente perspicaces y atentos, aprenderán con facilidad a orinar en el exterior o las órdenes básicas de obediencia para perros. Todo ello sumado al ejercicio físico y los paseos necesarios nos ayudará a mantener a nuestro podenco canario relajado y en forma, con un estado de bienestar positivo. Así mismo, la obediencia nos ayudará a garantizar una buena comunicación y la seguridad del can.

Los podencos andaluces tienen una salud bastante sólida, siendo animales generalmente sanos y resistentes. No presentan enfermedades congénitas propias de la raza conocidas, ni son propensos a padecer enfermedades graves. Sin embargo, algo que puede pasar sobre todo en verano es que nuestro podenco sufra un golpe de calor o shock térmico. Para evitarlo debemos asegurar que tienen a su disposición un lugar fresco y a resguardo del sol, además de que tengan siempre a su disposición agua fresca y limpia.

Cuando se trata de ejemplares que desempeñan labores de caza pueden darse lesiones como distensiones o luxaciones de rodilla o codo sobre todo, aunque pueden darse daño en cualquiera de sus articulaciones, siendo en estos casos importante acudir al veterinario lo más pronto posible para evitar que la lesión empeore a la par que para establecer un tratamiento para evitar que nuestro animal sufra dolor o le queden secuelas permanentes. Al igual que otros podencos sí que se ha observado que estos perros son algo más sensibles que otras razas a reacciones alérgicas, por lo que consultaremos con nuestro veterinario siempre que observemos sintomatología anómala.

Realizaremos visitas veterinarias regulares, cada 6 o 12 meses, para detectar y tratar problemas de salud de forma pronta. Así mismo, seguiremos el calendario de vacunación para perros y la desparasitación regular, siempre prescrita por el especialista.