¿Por qué mi gato me amasa la barriga?

Los gatos duermen muchas horas al día y suelen tener sus lugares favoritos para hacerlo, ya sea en su propia camita o encima de sus tutores cuando estos están descansando en el sofá. Puesto que dedican tanto tiempo a estar tumbados, los felinos tratan siempre de que el lugar donde van a dormir sea lo más cómodo posible y una buena forma de asegurar un espacio mullido es amasándolo con sus patas. Este trabajo puede llegar a durar un buen rato, durante el cual el gato permanece de pie o sentado sobre la barriga de su humano, sacando y retrayendo las uñas de manera continuada. A veces, el gato da varias vueltas sobre sí mismo mientras amasa la barriga sobre la que se va a tumbar, tratando se buscar la posición más cómoda.

Aunque es un comportamiento normal, es cierto que a muchos tutores les incomoda que el gato les amase la barriga, sobre todo porque puede ser doloroso sentir las uñas del felino. Si te gusta que tu minino descanse sobre ti pero quieres evitar arañazos, te recomendamos dejar cerca de la cama o del sofá una pequeña mantita o prenda de ropa, no muy gruesa, para colocarte en la tripa cuando tu gato decida acomodarse sobre ella. Otra opción es mantener las uñas del animal correctamente recortadas o limadas para evitar que estén muy afiladas. Aquí te explicamos cómo hacerlo: "¿Cómo cortar las uñas de un gato?".

Además de para ganar confort, los gatos realizan este comportamiento solo en momentos en los que se disponen a descansar, lo que implica que se sienten lo suficientemente cómodos, seguros y relajados en su entorno como para permitirse echarse una siesta encima de su tutor. De hecho, es habitual que el gato comience a ronronear mientras te amasa, lo que también indica que se encuentra bien contigo. Un gato ansioso, estresado o que siente miedo se mostrará vigilante e intranquilo y rara vez se subirá sobre una persona y comenzará a amasarla, pues ponerse a dormir plácidamente en compañía de un humano probablemente no se encuentre entre sus prioridades.

Si tu gato acostumbraba a amasarte la barriga y descansar cerca de ti y ha dejado de hacerlo, deberías preguntarte si ha habido algún cambio en la vida del animal que le haya podido estresar. Igualmente, fíjate bien en cualquier otro posible cambio de conducta y consulta con tu veterinario si lo notas más apático de lo habitual o si actúa de manera extraña.

Por mucho que los gatos amasen ciertas superficies para sentirse más a gusto, esto no implica que cualquier felino realice este comportamiento sobre cualquier persona. Cada gato tiene su propia personalidad, algunos son más tímidos, otros son más confiados y extrovertidos y otros, simplemente, necesitan establecer un vínculo emocional con una persona para sentirse lo suficientemente confiados como para descansar en su barriga.

Si tu gato suele acomodarse sobre ti y amasarte la panza, significa que se siente seguro contigo y, por tanto, que habéis establecido un vínculo fuerte, el cual es muy importante mantener en el tiempo. Jugar con tu gato, pasar tiempo de calidad con él, cubrir adecuadamente todas sus necesidades y conocer y respetar su lenguaje son algunos puntos clave para asegurar que este vínculo sea sano y duradero. Aquí te explicamos "Cómo jugar con tu gato".

Los felinos cuentan con una serie de glándulas localizadas en los dedos y las almohadillas de sus patas que utilizan para marcar su territorio. Cuando los gatos arañan o amasan superficies, lo que hacen es dejar en ellas un olor característico en forma de feromonas, las cuales son completamente imperceptibles para nosotros pero son una señal social muy importante para la interacción con otros gatos.

Mientras son lactantes, los gatitos dejan este olor en su madre al amasar su abdomen mientras maman. De esta forma crean un vínculo afectivo con ella, quien sería capaz de reconocer a su camada a través del olfato, aunque no pudiera ver a los gatitos. De adultos, esta marca olfativa le sirve al animal para dejar su información "personal" ante la posible aparición de otros gatos en la zona, permitiendo así la comunicación entre animales que no se encuentran físicamente juntos.

Por lo general, los gatos no suelen requerir un corte de uñas porque son ellos mismos quienes las mantienen en buen estado cuando arañan el rascador u otras superficies como los troncos de los árboles o, en el peor de los casos, el sofá de casa. Esta conducta la realizan prácticamente a diario, por lo que, a veces, podría confundirse con el comportamiento de amasar.

Cuando el gato se está afilando las uñas, generalmente lo hace elevando sus patas delanteras y colocándose en posición vertical, mientras se va enganchando a la superficie en cuestión. Si tu gato decide sacar las garras sobre tu tripa para limárselas, notarás que sus movimientos son más bruscos, que saca mucho las uñas y que las engancha firmemente a tu camiseta o pantalón, tirando con fuerza hacia arriba con ambas patas, de manera alterna. Un movimiento de amasado es mucho más suave, el animal suele ronronear y tener los ojos entrecerrados y, aunque a veces puede clavarte las uñas sin querer, no causa tanto dolor.

Si ninguna de las razones anteriores explica por qué tu gato te amasa la barriga, quizá el motivo no sea positivo. A pesar de que el comportamiento de amasado es normal en los gatos, puede ser indicador de algún problema si el animal lo realiza de manera obsesiva, es decir, con una frecuencia, duración o intensidad excesivas.

Los felinos son animales muy sensibles que pueden estresarse con relativa facilidad, lo que supone en muchos casos el inicio de una serie de movimientos que se presentan de forma repetitiva. Estos movimientos reciben el nombre de estereotipias y puede tratarse tanto de comportamientos que aparecen nuevos o de otros que el gato ya realizaba con anterioridad pero que ahora se vuelven compulsivos. Las estereotipias no parecen tener una función definida, pero la realidad es que son estrategias que el gato utiliza para tratar de relajarse y evitar el estrés, la ansiedad o la frustración.

Si tu gato muestra algún comportamiento de este tipo, lo más conveniente es que visites a tu veterinario para descartar cualquier tipo de patología o dolencia y a un etólogo felino para que te asesore acerca de cómo mejorar el estado emocional de tu peludo.

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