Azatioprina en perros - Dosis, usos y efectos secundarios

La azatioprina es un potente fármaco inmunosupresor que se emplea para el tratamiento de enfermedades inmunomediadas o autoinmunes. Se trata de un análogo sintético de la purina, que ejerce su efecto inmunosupresor al inhibir la síntesis de ADN a nivel de los linfocitos B y T. De esta manera, consigue interrumpir la división de las células del sistema inmunológico y, con ello, modula la respuesta inmunitaria.

Actualmente, en España no se comercializa ningún medicamento veterinario con azatioprina para su uso en perros. Por ello, cuando tu veterinario decida instaurar un tratamiento con azatioprina deberá recurrir a la denominada “prescripción en cascada”, que consiste en la prescripción de un fármaco que no está autorizado para una especie animal concreta cuando existe un vacío terapéutico. Generalmente, se prescriben formulaciones orales (comprimidos) que se comercializan para su uso en personas.

La azatioprina se emplea para tratar enfermedades inmunomediadas o autoinmunes, que son aquellas en las que el sistema inmunitario ataca o destruye componentes propios del organismo al reconocerlos como extraños.

Generalmente, no se observa una respuesta clínica hasta pasadas 4-8 semanas. Por ello, la azatioprina se suele administrar de forma complementaria a otros fármacos inmunosupresores (generalmente corticoides) que constituyen el pilar del tratamiento. De esta manera, se consigue reducir la dosis de los fármacos principales y, con ello, los efectos adversos asociados a las altas dosis y al uso prolongado de los mismos.

La dosis de azatioprina en perros suele variar a lo largo del tratamiento. En concreto, el protocolo terapéutico de la azatioprina en perros suele ser el siguiente:

• Inicialmente, se administra una dosis de inducción de 1,5-2,5 mg por kg de peso corporal cada 24 horas.
• Una vez que remiten las lesiones o se controlan los síntomas, se puede pasar a administrar a días alternos.
• A largo plazo, la dosis se puede reducir a 0,5-2 mg por kg de peso corporal cada 72 horas.

La azatioprina es un fármaco inmunosupresor que se emplea con frecuencia para el tratamiento de enfermedades inmunomediadas en el perro, sin embargo, su uso no está exento de la aparición de reacciones adversas.

A continuación, recogemos los principales efectos secundarios de la azatioprina en perros:

• Aplasia medular (mielotoxicidad): desaparición del tejido de la médula ósea encargado de producir las células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Como consecuencia, puede aparecer anemia (disminución de glóbulos rojos), leucopenia (disminución de glóbulos blancos) o trombocitopenia (disminución de plaquetas).
• Signos digestivos: diarrea, vómitos y anorexia.
• Mayor susceptibilidad a las infecciones: su efecto inmunosupresor hace que el organismo se encuentre más desprotegido frente a los patógenos, incrementando así la incidencia de infecciones secundarias
• Toxicidad hepática (hepatotoxicidad): con incremento de la enzima ALT (alanina aminotransferasa)
• Pancreatitis: con incremento de la amilasa y la lipasa pancreática
• Reacciones cutáneas.

Dado el potencial de mielotóxico y hepatotóxico de la azatioprina, se recomienda realizar controles hematológicos y bioquímicos periódicos. Al inicio del tratamiento se deben realizar análisis cada 2-4 semanas, y posteriormente cada 3 meses. Siempre que se detecte una alteración en los controles rutinarios, se debe retirar el tratamiento.

Existen determinadas situaciones en las que la administración de este inmunosupresor puede ser contraproducente. En concreto, las contraindicaciones de la azatioprina son:

• Alergia a la azatioprina, a la mercaptopurina (un metabolito de la azatioprina) o a cualquiera de los excipientes que contenga el fármaco.
• Infecciones graves.
• Deterioro grave de la función hepática.
• Deterioro grave de la médula ósea.
• Pancreatitis.
• Gestación: dado que es un compuesto teratogénico y embriotóxico.
• Lactancia: dado que se excreta con la leche.
• Vacunación: no se deben administrar vacunas durante el tratamiento ya que el fármaco puede interferir con la eficacia de la vacunación.

Además, es importante que informes a tu veterinario/a sobre cualquier otro tratamiento que pueda estar recibiendo tu perro, para así evitar los riesgos asociados a ciertas interacciones medicamentosas. En concreto, la azatioprina puede interaccionar con:

• Inhibidores de la xantina oxidasa: como el alopurinol.
• Anticoagulantes: como la warfarina.
• Otros inmunosupresores: como ciclosporina o tacrolimus.
• IECAs (Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina): como el enalapril o el benazepril.
• Aminosalicilatos: como la sulfasalazina.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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