Bulto duro en perros: causas y tratamientos
Ver fichas de Perros
Encontrarle un bulto a nuestro perro siempre es motivo de preocupación para cualquier tutor, y es que tendemos a temernos lo peor cuando detectamos este tipo de alteración en nuestro peludo. Pero lo cierto es que existen muchísimas causas que pueden provocar la aparición de bultos en diferentes zonas del cuerpo de los perros, unas más frecuentes que otras, y debemos pensar que no necesariamente se trata de un tumor maligno o un cáncer.
Los bultos se pueden clasificar en función del lugar donde se encuentren, de su consistencia, de su tamaño, de su color, de su velocidad de aparición y crecimiento, etc. Estas características físicas, junto con una serie de exámenes clínicos entre los que destacan la realización de citologías y biopsias, determinarán cuál es el origen del bulto, qué tratamiento es el más apropiado y cuál es su pronóstico de evolución. Es cierto que, por norma general, los bultos muy duros suelen tener etiologías más preocupantes que aquellos de consistencia más blanda, aunque también pueden estar producidos por inflamaciones o infecciones, por ejemplo. Si quieres saber más sobre causas y tratamiento de bultos duros en perros, no te pierdas este artículo de ExpertoAnimal.
Tumor maligno
Aunque, afortunadamente, no es el diagnóstico más frecuente, no se puede descartar a primera vista que un bulto duro en un perro no se trate de algún tipo de tumor maligno, como por ejemplo un carcinoma, un osteosarcoma, un mastocitoma maligno, etc. Primero que nada, debemos aclarar que, cuando hablamos de "tumor" nos referimos a cualquier alteración en el tejido del can que produzca un aumento de volumen y, por tanto, un "bulto". Existen, pues, los tumores malignos, que son aquellos que tienen consecuencias negativas sobre la salud del animal, y los tumores benignos, que en principio no suponen un riesgo para la vida y se pueden tratar más fácilmente.
Sabemos que existen algunos signos asociados a la malignidad, por ejemplo, que un tumor crezca muy rápido, sea muy duro o tenga un color negruzco, suelen ser indicadores de peor pronóstico. No obstante, para poder determinar que realmente un animal tiene un tumor maligno es necesario realizar pruebas de diagnóstico por imagen, citologías a través de una punción del bulto o biopsias, extrayendo parte del tejido.
En este otro post hablamos de los diferentes tipos de tumores malignos: "Cáncer en perros: síntomas y tratamiento".
Tratamiento
Si se confirma el diagnóstico y el perro tiene un tumor maligno, el siguiente paso será determinar de qué tipo es y plantear un tratamiento, siempre bajo las indicaciones de un veterinario y, preferiblemente, de un especialista en oncología.
Dependiendo de la localización del tumor, puede ser factible una extirpación quirúrgica y, en función de si existe o no metástasis, puede ser necesario un tratamiento farmacológico o la aplicación de quimioterapia.
Absceso encapsulado
Un absceso es la acumulación de pus en alguna zona del organismo, siendo frecuente su presencia a nivel subcutáneo y dando lugar a un bulto palpable. El pus no es más que un conjunto de células y bacterias muertas que aparece como una respuesta del organismo ante una infección de tipo bacteriano. Dicha infección puede tener muchísimas causas, desde un cuerpo extraño clavado en la piel del animal hasta la contaminación de una herida, pasando por una gran variedad de patologías. Un absceso de pequeño tamaño y de apariencia similar a un grano se denomina pústula y suele aparecer en algunos tipos de dermatitis.
Normalmente, los abscesos recién formados no son muy duros, pues el pus de su interior tiene una consistencia pastosa. Sin embargo, un absceso que lleva varios días formado puede endurecerse, bien sea porque el pus se deshidrata y se convierte en una masa sólida o porque el cuerpo forma una cápsula dura alrededor del foco de infección para aislarla.
Si tu perro tiende a pasear por el campo o por zonas montañosas es más probable que se haya podido hacer alguna herida o se haya clavado una espiga, por ejemplo, lo que puede producirle una infección a nivel de la piel. Igualmente, si ha sido mordido por algún otro animal recientemente también es frecuente la aparición de abscesos.
Tratamiento
Para diagnosticar los abscesos, el veterinario extraerá una muestra del contenido del bulto a través de una aguja y lo analizará al microscopio. Si las células que observa se corresponden con las presentes en el pus, el tratamiento consistirá en la administración de antibióticos para reducir la infección e intentar que el pus se reabsorba. Si el bulto no desaparece tras el tratamiento, es posible que haya que drenarlo y limpiarlo bien.
Todos los detalles los encontrarás en este post: "Abscesos en perros: causas y tratamiento".
Reacción inflamatoria
Algunos bultos duros en perros, generalmente llamados nódulos, pueden aparecer como consecuencia de una reacción inflamatoria del organismo a la presencia de algún agente interno o externo. Los nódulos inflamatorios aparecen sobre todo en la dermis y el tejido subcutáneo y las principales causas que los provocan son los ataques de microorganismos, parásitos o reacciones alérgicas.
Por ejemplo, es relativamente frecuente que a los perros les aparezca un nódulo inflamatorio duro y pequeño en la zona donde se les ha inyectado una vacuna subcutánea. Este bulto no es más que una reacción orgánica a la presencia de los microorganismos que contiene la vacuna y, a veces, puede llegar a calcificarse y permanecer durante mucho tiempo en la piel del animal, aunque no supone ningún riesgo y suele desaparecer por sí mismo.
Tratamiento
Tomando una muestra del contenido del bulto, el veterinario puede determinar qué tipo de células se han acumulado en su interior y cuál ha sido la causa más probable de su aparición. En función de esto, en ocasiones se pauta un tratamiento antiparasitario o antiinflamatorio, aunque en casos leves puede incluso no ser necesario ningún tratamiento farmacológico.
Para evitar parasitosis en tu perro, te recomendamos consultar este artículo: "¿Cómo desparasitar a un perro?".
Quiste
Los quistes son lesiones cutáneas en forma de nódulos que contienen un material que puede ser líquido o sólido, según el origen. Solo aquellos quistes con un material sólido serán duros al tacto. Lo más habitual es que los quistes se formen porque se obstruye el canal de drenaje de una glándula y se acumula su contenido, por lo que pueden aparecer prácticamente en cualquier parte del cuerpo del animal.
Afortunadamente, la gran mayoría de quistes son benignos, por lo que no suponen un riesgo para el perro.
Tratamiento
El tratamiento de un quiste suele ser sencillo y consiste, en la mayoría de los casos, en la resección quirúrgica del bulto y en una serie de curas posteriores para garantizar que la glándula en cuestión no vuelva a obstruirse.
En algunas ocasiones, quistes pequeños o situados en zonas de más difícil acceso pueden, simplemente, tratarse de manera tópica y con curas, siempre que no resulten molestos para el perro ni le impidan llevar a cabo cualquier actividad normal. Existe la posibilidad de que estos nódulos acaben revirtiendo por sí mismos.
Lipoma
El lipoma es uno de los tumores benignos más frecuentes en perros, especialmente en aquellos de edad más avanzada, pues suele aparecer a partir de los siete u ocho años de edad. Un lipoma no es más que una acumulación de adipocitos en alguna zona del organismo, o dicho de otra forma, es un bulto de grasa.
Al igual que ocurre con el absceso, el lipoma suele ser de consistencia blanda, pues al haber grasa en su interior el bulto se hunde parcialmente cuando se aplasta con los dedos, facilitando esto el diagnóstico. Sin embargo, en algunos casos, la grasa del interior puede perder agua y deshidratarse o puede sufrir un efecto de encapsulación, formándose una bolsa más endurecida al tacto que podría confundirse con algún otro tipo de tumor. Esto suele ocurrir, sobre todo, con lipomas de tamaño pequeño.
Tratamiento
Independientemente de si el bulto es más o menos duro, se recomienda acudir al veterinario para la realización de una citología. Al extraer células del interior del bulto, el clínico podrá determinar de qué tipo de tumor se trata. Afortunadamente, los adipocitos son muy fáciles de identificar, por lo que no suelen producirse errores en el diagnóstico. Los lipomas no son peligrosos para el perro y en función de su tamaño y de dónde se localicen, pueden extirparse o dejarse.
Hablamos de ellos aquí: "Lipoma en perros: síntomas, diagnóstico y tratamiento".
Linfonodos
Los linfonodos son estructuras anatómicas que forman parte del sistema inmunológico del animal y cuya función es la de filtrar todas aquellas sustancias transportadas por la linfa y ayudar a defender al organismo en caso de infecciones u otras patologías. Los linfonodos son, por tanto, elementos fisiológicos del animal, pero alguien que no conozca su ubicación normal en el perro podría llegar a confundirlos con bultos patológico si los palpa.
Normalmente, los linfonodos son pequeños y es difícil localizarlos de manera casual, pero es cierto que, cuando se produce cualquier tipo de reacción inflamatoria o el animal entra en contacto con microorganismos o con cualquier agente patológico, los linfonodos pueden aumentar su tamaño, haciéndose más fácilmente detectables y preocupando a los tutores.
Los linfonodos que se pueden tocar más fácilmente se localizan tras la mandíbula inferior del perro, en el cuello y en la parte trasera de las patas posteriores del animal. No tienes que preocuparte por la presencia de linfonodos, ¡al contrario!, pues su misión es muy importante para el perro. Ahora bien, si los notas aumentados de tamaño significa que en animal está luchando contra algún tipo de agente patológico y es necesario que acudas al veterinario para que le realice las pruebas pertinentes. De todas formas, ahora que sabes las causas de los bultos duros en perros, siempre es recomendable visitar al especialista, sea un linfonodo u otro tipo de bulto.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
Si deseas leer más artículos parecidos a Bulto duro en perros: causas y tratamientos, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Problemas de la piel.
¿Tienes contratado el Seguro de Responsabilidad Civil obligatorio para perros? Consiguelo al mejor precio rellenando el formulario con tus datos y los de tu mascota haciendo clic en este botón: