¿Los gatos echan de menos a sus dueños?

Los gatos son unos animales de notable inteligencia que, al igual que los perros, han evolucionado unidos a la especie humana. Así, aunque mantienen unas características, digamos, salvajes, que nos fascinan, también han desarrollado un lado doméstico desde el que se vinculan a su familia humana. Los gatos se relacionan con nosotros utilizando todos sus sentidos y, con todo ello, componen una imagen y elaboran sus recuerdos.

Ademas, son unos animales muy apegados a sus rutinas y es fácil que se estresen ante cambios que a nosotros nos parecen insignificantes. Por lo tanto, los gatos reconocen perfectamente tanto su familia como su entorno. Los gatos echarán de menos a sus dueños y, en general, su casa, si se produce una separación. Por este motivo, también, son animales que no llevan nada bien las mudanzas ni estar lejos de sus propietarios cuando estos se van de vacaciones, por ejemplo. Si es tu caso y, por ello, quieres saber si los gatos echan de menos a sus dueños para organizar tus vacaciones sin perturbar su bienestar, no te pierdas el artículo sobre Qué hacer con tu gato si te vas de vacaciones.

Los gatos echan de menos a sus dueños y a su hogar hasta tal punto que llegan a dejarse morir cuando son abandonados, como bien saben en las asociaciones protectoras de animales que los recogen en estos casos. No todos, pero un porcentaje considerable de estos animales sufren tanto el abandono que se ven dominados por el estrés. Dejan de beber, de comer y acaban enfermando y falleciendo.

Si entendemos la importancia que las rutinas tienen para esta especie y hemos tenido la oportunidad de ver la reacción de un gato ante una modificación de su entorno, como puede ser la llegada a casa de un congénere, es fácil comprender el estrés que le provoca perder todas sus referencias tanto de lugar como de figuras de apego, ya que los gatos, aunque no de la misma manera que los perros al no ser animales de manada, sí establecen un vínculo importante con su humano de referencia. En una familia este es normalmente quien le dedica más tiempo, lo alimenta, juega con él, etc. El gato, por su parte, le dedicará sus frotamientos y ronroneos, principalmente. Otros gatos acuden corriendo a la puerta en cuanto llega su cuidador a casa y lo reciben, también, con maullidos de saludo.

Así pues, en general, los gatos eligen a sus dueños, o quieren más a una persona, en función del vínculo que establecen.

Los gatos recuerdan a sus antiguos dueños a lo largo de toda su vida. Gracias al vínculo establecido y a la capacidad cognitiva que manifiestan, son capaces de fijar el recuerdo de la persona con la que conviven y mantenerlo durante años. Por eso llegan los gatos a echar de menos a las personas si se ven separados y les puede afectar tanto un abandono. Por suerte, aunque nunca olviden a su antigua familia, muchos son capaces de aceptar formar parte de otra y ser nuevamente felices.

Eso sí, aunque los gatos no olviden, sí podemos notar que con la edad van perdiendo facultades cognitivas. Es el mismo proceso que también puede afectar a los humanos de forma inevitable al asociarse al envejecimiento. En estos casos es posible que los notemos desubicados, que se alteren sus patrones de descanso y actividad, pierdan apetito, dejen de asearse, etc. De todas formas, aunque sospechemos que los cambios se deben a la edad, hay que acudir al veterinario para que descarte que se deban a alguna enfermedad física tratable.

Como hemos dicho, los gatos echan de menos a sus dueños y los recuerdan durante toda su vida, pero es posible adoptar un gato adulto, incluso de mucha edad, y que se adapte a un nuevo hogar. Para ello, tenemos que ofrecerle lo que se conoce como ambiente enriquecido, en el que pueda realizar las actividades propias de la especie como jugar, trepar, rascar, encaramarse a lugares elevados desde los que vigilar su territorio y, por supuesto, dormir y descansar, mejor si es tomando el sol. Uno o dos areneros, agua limpia y fresca siempre disponible y un alimento de buena calidad, además de las desparasitaciones, vacunas y revisiones veterinarias pertinentes, son las claves para asegurarles una buena vida.

Después, se trata solo de que tengamos paciencia, no forcemos el contacto y le demos espacio para adaptarse a su nuevo hogar y establecer un nuevo vínculo felino-humano con nosotros. Al principio, si lo vemos estresado, podemos usar feromonas apaciguadoras para intentar tranquilizarlo. Ofrecerle alimentos a modo de premio puede ayudar a que nos asocie con elementos positivos. En las asociaciones protectoras de animales y en las perreras es posible escoger entre un elevado número de gatos el que nos parezca que mejor se adapte a nuestras condiciones de vida.

No te pierdas el siguiente artículo sobre Cuánto tarda un gato en adaptarse a su nueva casa para hacerte una ligera idea de cómo es este proceso para este animal.

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