Quimioterapia en perros - Efectos secundarios y medicamentos

Cuando a nuestro perro se le diagnostica un cáncer, la primera opción para el tratamiento suele ser la cirugía. Pero, tras la intervención, puede estar indicado iniciar la quimioterapia con el objetivo de evitar recidivas o retrasar posibles metástasis. En otras ocasiones, la quimioterapia se emplea antes de operar para reducir el tamaño del tumor.

Por último, en aquellos tumores inoperables o en los casos de metástasis, la quimioterapia se prescribe como paliativo. Estos perros, sin tratar, tienen una esperanza de vida de semanas. Con la quimioterapia pueden llegar al año o rebasarlo. Hay que tener en cuenta que un año en la vida de un perro es más que para nosotros.

Los fármacos que se utilizan para la quimioterapia van a actuar principalmente sobre las células que se encuentran en división. Como el cáncer consiste en un crecimiento celular incontrolado, la quimioterapia va a atacar y eliminar células tumorales. El problema es que este ataque no es selectivo, es decir, estos fármacos van a actuar sobre el tumor pero también sobre células sanas, especialmente del intestino y de la médula ósea porque son las que más se dividen. Estos efectos de la quimioterapia en perros son los responsables de las reacciones adversas, como veremos.

En general, la quimioterapia se prescribe en la dosis máxima tolerada (DMT) y el efecto dependerá de la dosis administrada. Suelen establecerse sesiones de manera regular, cada 1-3 semanas, en función de la recuperación de los tejidos. Los veterinarios siguen unas dosis estandarizadas que están estudiadas para que sean bien toleradas por la mayoría de los perros.

Salvo en algunos tipos de cáncer, como el venéreo transmisible, donde un único fármaco resulta eficaz, en la gran parte de casos se recomienda una combinación de medicamentos. De esta forma, el tratamiento con quimioterapia se adapta a las características del cáncer y del perro con el objetivo de conseguir los mejores resultados.

Aún de manera experimental se ha empezado a utilizar lo que se conoce como quimioterapia metronómica. Con ella se pretende inhibir la formación de vasos sanguíneos que desarrollan los tumores para conseguir un buen aporte de nutrientes, que invierten en seguir creciendo. Este tipo de quimioterapia tiene un precio aproximado más económico, ya que se realiza con medicamentos de menor coste y, además, en casa. Al contrario que la quimioterapia de dosis máxima tolerada, la metronómica se basa en una dosis baja administrada de forma continua por vía oral, intravenosa, intracavitaria o intratumoral.

En la actualidad, también se trabaja con quimioterapia dirigida capaz de seleccionar su acción sobre tejidos concretos, con lo que se minimizan los efectos secundarios, y con electroquimioterapia, utilizando impulsos eléctricos.

Como hemos dicho, la quimioterapia puede afectar a células sanas, especialmente localizadas en el intestino y en la médula ósea. Los efectos adversos, por lo tanto, suelen relacionarse con estas zonas. Así, podemos encontrarnos con trastornos gastrointestinales, anorexia, vómitos, diarrea, descenso en el número de leucocitos, lo que hace al perro más propenso a infecciones, disminución de los niveles de plaquetas o fiebre. La coloración de la orina puede variar.

Además, en función de los medicamentos empleados, pueden verse síntomas debidos a ellos como cistitis, alteraciones cardíacas, dermatitis e, incluso, necrosis local si el producto sale de la vena y reacciones alérgicas. En la aparición de estos efectos secundarios influye que el perro pertenezca a razas con mutación genética que les dificulta el metabolismo de ciertos fármacos, que padezca otras enfermedades o que esté tomando otros medicamentos.

El efecto más grave es la disminución de leucocitos. Para combatirlo, este y el resto de trastornos, podemos utilizar fármacos, incluso administrados de manera preventiva. Si el perro se muestra inapetente podemos ofrecerle su comida favorita. Las diarreas suelen remitir sin tratamiento. La posibilidad de orinar con mayor frecuencia disminuye el contacto del fármaco con la vejiga y reduce la aparición de cistitis. Hay que saber que todos estos efectos adversos cursan de forma leve y son bien controlados con fármacos.

Ya hemos visto que es habitual combinar varios medicamentos para formular una quimioterapia específica para el cáncer de nuestro perro. Así, el veterinario va a poder elegir entre diferentes opciones y se decantará por aquellos fármacos que hayan demostrado eficacia, por separado, contra ese tipo de cáncer. Además, todos ellos deben tener diferentes mecanismos de acción, para complementarse y, por supuesto, no pueden presentar toxicidades que se solapen.

Una sesión típica va a desarrollarse en la clínica veterinaria. El primer paso es hacer un análisis de sangre para valorar el estado general del perro. Los fármacos deben prepararse con precauciones, debido a su toxicidad, por lo que debe evitarse tocarlos o inhalarlos. Además, en la quimioterapia intravenosa los profesionales se asegurarán de que la vía está perfectamente colocada en la vena, preferiblemente en una pata delantera, para evitar los efectos adversos del contacto del producto fuera de ella. La pata se protege con gasas y vendas de posibles escapes.

Durante la administración de la quimioterapia, que se realiza lentamente, en unos 15-30 minutos, es importante controlar, en todo momento, que la vía funcione correctamente. El perro debe estar tranquilo, sedado si no es posible mantenerlo quieto, con un profesional, veterinario o ATV, controlándolo en todo momento. Al terminar de pasar la medicación se continúa unos minutos más con fluidoterapia para limpiar la vía y no dejar restos de los fármacos. El animal puede volver a su casa y hacer vida normal.

Antes de iniciar la quimioterapia es posible que el veterinario nos prescriba algunos fármacos para intentar evitar efectos secundarios. Si la sesión tiene lugar en la clínica, los profesionales se encargarán de tomar todas las precauciones y cuidados. Si somos nosotros los que debemos tratar al perro con quimioterapia por vía oral en casa, es importante que siempre utilicemos guantes, nunca rompamos las pastillas y, por supuesto, sigamos todas las indicaciones dadas por el veterinario. Las mujeres embarazadas no pueden manejar estos fármacos.

Tras la quimioterapia, además de controlar la temperatura, la sintomatología y administrar los fármacos prescritos, de ser el caso, debemos utilizar guantes si vamos a entrar en contacto con heces u orina del perro durante las siguientes 48 horas. Los fármacos de la quimioterapia se eliminan del organismo en 2-3 días, pero en cantidades mínimas, por lo que, con las normas higiénicas básicas, no corremos riesgos.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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