Foxhound inglés

Se considera que el foxhound se desarrolló en Reino Unido durante el siglo XIII para la caza del zorro rojo a caballo. Sus antepasados directos son el bloodhound o perro de San Huberto y el greyhound o galgo inglés entre otros perros ligeros. La crianza de estos perros se ha realizado siempre por "Maestros de foxhounds", nombre que reciben los criadores en su país de origen.

No obstante, los primeros registros oficiales del foxhound inglés se recogen en los libros genealógicos de "Masters of Foxhounds Association of England" (Maestros de la Asociación de foxhounds en Inglaterra) previos al siglo XIX, por ello, se estima que la raza tiene más de 200 años. Así, incluso hoy en día, prácticamente cualquier propietario de un foxhound puede hacer un seguimiento y hallar la línea genealógica de su can. Además, como curiosidad, se considera que actualmente existen más de 250 jaurías de foxhound inglés en el Reino Unido.

El foxhound inglés es un perro de tamaño grande, atlético, poderoso y de buenas proporciones. La altura a la cruz se sitúa entre los 58 y los 64 centímetros de altura .La cabeza, con cráneo aplanado y medianamente ancho, guarda muy buena proporción con el cuerpo. La depresión naso-frontal (stop) es poco acentuada. Los ojos son medianos y de color avellana o pardo. Las orejas son caídas y de inserción alta. La espalda es ancha y horizontal.

El pecho es profundo y las costillas arqueadas. La cola es de inserción alta y el perro normalmente la lleva alegremente, pero nunca enroscada sobre la espalda. El pelaje es corto, denso e impermeable. Puede ser de cualquier color y cualquier marca aceptada en los sabuesos.

El temperamento del foxhound inglés, al igual que cualquier otro perro, se define por la genética, el aprendizaje y las experiencias vividas. No obstante, de forma general, hablamos de un perro de temperamento sociable y amistoso. Es muy dinámico, sociable y demanda compañía frecuente. La socialización del perro no suele ser un problema en esta raza, pero es importante llevarla a cabo cuando el perro todavía es cachorro. Los foxhounds correctamente socializados son canes equilibrados que se llevan bien con extraños, personas de todo tipo, con otros perros e incluso con otros animales.

Esta raza no demanda excesivos cuidados, sin embargo, es aconsejable ofrecer un cepillado semanal como mínimo para mantener su manto sano y libre de suciedad. Además, esta rutina nos ayudará a detectar de forma pronta parásitos o cualquier anomalía. En cuanto al baño, puede realizarse cada uno o dos meses, o bien cuando el perro esté realmente sucio. Utilizaremos siempre champú específico para perros.

Hablamos también de una raza que demanda mucha actividad física, por ello, realizaremos un mínimo de ente 3 y 4 paseos diarios en los que incluiremos un tiempo para orinar, ejercicio físico, juegos y olfateo. También podemos valorar la opción de practicar con él alguno de los muchos deportes caninos que existen pero siempre tendremos en cuenta el potencial de la raza, su olfato, por lo que no pueden faltar los juegos de olfato. Evitaremos ofrecerle una rutina sedentaria, ya que ello puede favorecer la aparición de estrés, ansiedad y conductas destructivas.

Otro de los cuidados importantes del foxhound inglés será la alimentación, que siempre debe basarse en productos de calidad enfocados a sus necesidades energéticas. Existen muchas formas de alimentar a un perro, desde el pienso seco hasta la dieta BARF, basadas en carne cruda. Será el veterinario quien nos asesore en cuanto a cantidades o ingredientes teniendo siempre en cuenta nuestras preferencias y las necesidades del propio perro.

En su etapa de cachorro el foxhound deberá aprender a orinar en el periódico y a gestionar su mordida. Más adelante, iniciado en el calendario de vacunación y a la vez que está finalizando su etapa de socialización, el perro deberá a aprender a orinar en la calle, mientras que sigue conociendo todo tipo de personas, animales y entornos. En esta etapa no debemos abrumarle con obediencia y ejercicios complejos, sino presentarle de forma progresiva juegos y actividades que mantengan su mente estimulada y despierta para la siguiente etapa.

Una vez el perro gane mucha más movilidad empezaremos a iniciarle en los ejercicios de obediencia básica, como pueden ser el sentado y el tumbado entre otros. Estas ordenes son imprescindibles para generar una buena respuesta, afianzar el vínculo y tener una buena comunicación con el perro. Conseguiremos muy buenos resultados entrenando en positivo, para ello podemos utilizar premios de comida que poco a poco sustituiremos por el refuerzo verbal y/o las caricias.

Estos perros pueden ser algo ladradores. También pueden ser destructivos si no reciben el ejercicio necesario o si se quedan solos por mucho tiempo. Normalmente estos no son problemas de comportamiento serios, aunque en caso de agravarse o provocar la aparición de otros problemas de conducta conviene consultar con un adiestrador, educador canino u etólogo.

A diferencia de la mayoría de razas caninas, el foxhound inglés no presenta una gran variedad de enfermedades hereditarias registradas. De hecho, la única que tienen una incidencia relevante es la leucodistrofia, en la que se produce una pérdida más o menos rápida de mielina, una sustacia del sistema nervioso. Observamos que el perro se tambalea, presenta falta de coordinación y debilidad progresiva, lo que se conoce como ataxia canina.

Para detectar este trastorno de forma pronta se recomienda realizar visitas periódicas al veterinario, cada 6 o 12 meses. Además, se deberá seguir el calendario de vacunación del perro y las desparasitaciones periódicas, tanto internas como externas. Con todo ello la esperanza de vida del foxhound inglés se sitúa entre los 10 y los 13 años.