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Perdiguero de Burgos

 
Perdiguero de Burgos

Como su nombre adelanta, el perdiguero de Burgos (o Burgos pointing dog en inglés) es una raza de perros autóctonos de la provincia de Burgos, en España, donde han sido históricamente entrenados para la cetrería y la caza menor. No obstante, a medida que las sociedades y las actividades humanas fueron evolucionando con el pasar del tiempo, estos perros perdigueros han experimentado una serie de cambios morfológicos y comportamentales. Y, en la actualidad, gracias a su carácter naturalmente tranquilo y dócil, pueden convertirse en excelentes compañeros de personas y familias con personalidades y estilos de vida muy diversos.

Por ello, si te gustaría compartir tu hogar con un peludo de estas características, o si simplemente te encanta profundizar en el universo canino, te invitamos a seguir leyendo esta ficha de ExpertoAnimal, donde descubriremos la historia del perdiguero de Burgos, su temperamento y los cuidados más importantes para su optima salud. ¿Comenzamos?

Origen
  • Europa
  • España
Clasificación FCI
  • Grupo VII
Características físicas
Altura
  • 15-35
  • 35-45
  • 45-55
  • 55-70
  • 70-80
  • Más de 80
Peso adulto
  • 1-3
  • 3-10
  • 10-25
  • 25-45
  • 45-100
Esperanza de vida
  • 8-10
  • 10-12
  • 12-14
  • 15-20
Actividad física recomendada
  • Baja
  • Media
  • Alta
Ideal para
Recomendaciones
  • Arnés
Clima recomendado
Tipo de pelo
Nivel de adiestramiento

Índice

  1. Origen del perdiguero de Burgos
  2. Características del perdiguero de Burgos
  3. Carácter del perdiguero de Burgos
  4. Cuidados del perdiguero de Burgos
  5. Educación del perdiguero de Burgos
  6. Salud del perdiguero de Burgos
  7. ¿Dónde adoptar un perro perdiguero de Burgos?

Origen del perdiguero de Burgos

La carencia de registros escritos precisos deja la historia del perdiguero de Burgos un tanto confusa y hace que sea difícil saber con exactitud cuándo se han originado los primeros ejemplares de la raza y cómo se han logrado desarrollar las características morfológicas y comportamentales que hoy la identifican. No obstante, se supone que estos peludos comparten un ancestro con el perdiguero portugués, el perdiguero peninsular, una antigua raza canina autóctona de la Península Ibérica, cuya presencia en esta región está documentada al menos desde el siglo X. Sin embargo, sus rasgos más característicos estarían fuertemente influenciados por cruces posteriores con el pachón navarro, sabuesos españoles y perros pointer de contextura corporal más fina.

También hay cierto consenso respecto a que los primeros individuos considerados como representantes de esta raza se desarrollaron en toda la región de Castilla y León, y no solo en la provincia de Burgos (aunque allí hayan ganado mayor notoriedad). La representación más antigua de estos perdigueros que conocemos en la actualidad se encuentra en un cuadro del año 1765, titulado “Retrato en traje de caza del Príncipe Carlos” y realizado por Rafael Mengs.

Inicialmente, los perdigueros de Burgos fueron conocidos como perros de muestra y su crianza estuvo directamente relacionada – y casi exclusivamente permitida – a los miembros de la realeza y la nobleza española, que los utilizaban principalmente como ayudantes en la cetrería. Algunas décadas después, la raza empezó a popularizarse entre las clases menos pudientes y, rápidamente, ganó popularidad entre los cazadores de aves, y en especial de perdices (¡de ahí surgió su actual nombre!).

No obstante, se estima que los rasgos morfológicos que identifican al actual perdiguero de Burgos empezaron a desarrollarse a finales del siglo XIX o principios del siglo XX, ya que es difícil encontrar menciones especificas sobre ellos, o bien representaciones de su apariencia moderna, en las antiguas obras dedicadas a la historia de los perros pointer y sus ancestros. De hecho, en el famoso libro “El Pointer y sus antecesores” de William Arkwright, lanzado a finales del siglo XIX, nada se habla específicamente sobre los perros de muestra o los perdigueros de Burgos, aunque su autor haya dedicado más de una década a viajar por diferentes países de Europa - y mucho por España - para investigar los origenes del pointer inglés. Y si bien algunos autores afirman que ello podría deberse al hecho de que la raza estaba poco diseminada fuera de su tierra natal, también hay teorías que afirman que no resultaba tan fácil, en aquel entonces, diferenciar el perdiguero de Burgos de otros perros de muestra nativos de España.

De todos modos, fue en el año 1911, cuando se fundó la Real Sociedad Canina, que empezaron a inscribirse los primeros perdigueros de Burgos. Ya a partir de los años 80, comenzaron a surgir las asociaciones de razas autóctonas de España que contribuyeron activamente en la recuperación de muchas razas de perros españoles que estuvieron al borde de la extinción debido a los efectos de las Dos Guerras Mundiales en el continente europeo. En la actualidad, el perdiguero de Burgos está reconocido por las principales federaciones caninas internacionales, incluso por la FCI que lo incluye en el Grupo 7 de los llamados “perros de muestra”.

Características del perdiguero de Burgos

Se trata de un perro de talla grande y musculatura muy bien desarrollada, que tiene una contextura corporal rústica, pero que preserva la armonía en sus proporciones. Según el estándar oficial de la FCI, la altura a la cruz deseable es de 62 a 67 cm en los machos y de 59 a 64 cm en las hembras, destacando un elevado índice de dimorfismo sexual, ya que los machos son notablemente más homogéneos y más corpulentos que las hembras.

La cabeza del perdiguero de Burgos es grande y fuerte, con un cráneo bien desarrollado que, visto de arriba, resulta moderadamente rectangular con una progresiva disminución hacia la trufa, pero sin llegar a conformar un hocico puntiagudo. El “stop” está poco acentuado. En el rostro de los perros de Burgos encontramos unos ojos almendrados de color avellana o marrón oscuro con una mirada noble y dulce que, eventualmente, puede confundirse con un aire de tristeza. El hocico es recto y ancho en todo su largo, con una caña nasal también ancha. Los labios son caídos, pero no flácidos, y las mucosas exhiben un color marrón. La mordida es en tijera. Finalmente, un rasgo muy característico del perdiguero de Burgos es sus largas orejas de formato triangular, que están insertadas sobre el nivel de los ojos y que caen graciosamente en tirabuzón cuando el perro está en reposo.

Colores del perdiguero de Burgos

El manto del perdiguero de Burgos es corto, liso y tupido, distribuyéndose de forma casi uniforme a lo largo de todo el cuerpo, con excepción de las extremidades, la cabeza y las orejas, donde observamos pelos más finos y suaves al tacto. Respecto a los colores, se consideran básicos el blanco y el hígado, que se combinan irregularmente, dando origen a capas jaspeadas en hígado, hígado canoso, mosqueadas en hígado y muchas otras variaciones que surgen en función del nivel de predominancia del color hígado y de la extensión de las manchas blancas. No obstante, el estándar oficial de la FCI aclara que no se admite el color negro ni el fuego sobre los ojos y/o en las extremidades.

Por otro lado, el mismo estándar define como una característica “altamente deseable” en los perdigueros de Burgos la presencia de una mancha blanca nítida sobre la frente y las orejas, siempre manchadas de color hígado homogéneo. Así mismo, recordamos que la presencia de otras combinaciones de colores o manchas en el pelaje de un perro no determinan su belleza ni mucho menos su personalidad y carácter. Por eso, si has adoptado a un perdiguero de Burgos que no es 100 % puro, igualmente podrás disfrutar de un mejor amigo extremadamente dócil y equilibrado.

Cómo es el cachorro de perdiguero de Burgos

El primer paso para asegurarte de que un perdiguero de Burgos cachorro pueda desarrollarse óptimamente, a nivel físico, psicológico y emocional, es esperar a que complete el periodo de destete antes de separarlo de su madre y sus hermanos. Esto es así porque la perra madre, mientras alimenta y cuida de sus crías, también les transmite los principios básicos de la conducta social y la comunicación de los perros, así como los límites del juego. Y este primer aprendizaje será clave para prevenir problemas de comportamiento y conductas agresivas asociados al juego que pueden manifestarse aun en la infancia o en la edad adulta del perro.

Así mismo y como todo cachorro, tu pequeño perdiguero desarrollará numerosos comportamientos exploratorios y lúdicos que le permitirán explorar su nuevo entorno e interactuar con los estímulos e individuos que allí se encuentran. Por ejemplo, no es extraño que los cachorros en pleno crecimiento lleven casi todo a la boca, ladren sin una razón específica y profieran leves mordiscos en las manos de sus tutores mientras juegan. Para evitar que estas conductas que resultan tan tiernas en un cachorro se vuelvan peligrosas o desagradables en la edad adulta, es importante fomentar buenos hábitos alimentarios desde una temprana edad, acostumbrar al cachorro a quedarse solo gradualmente y direccionar las mordidas a los recursos más apropiados (mordedores y juguetes, por ejemplo).

En cuanto al físico, el cachorro perdiguero de Burgos destaca por sus largas orejas y mirada noble.

Carácter del perdiguero de Burgos

Su temperamento es naturalmente calmado y dócil, lo que favorece el establecimiento de un vínculo de lealtad y devoción hacia su tutor y familiares. Aunque no suela considerarse como uno de los perros más fáciles de adiestrar, su versatilidad y gran predisposición al entrenamiento hacen que el perdiguero de Burgos responda muy bien al refuerzo positivo y pueda desarrollarse con éxito en diferentes actividades y deportes caninos.

Así mismo, no debemos olvidar que ha sido una raza históricamente entrenada para la caza menor, razón por la cual un adecuado proceso de socialización será clave para favorecer interacciones de mejor calidad con sus congéneres y prevenir accidentes en la convivencia con otros animales y niños pequeños, que pueden ocurrir cuando un perro con un instinto de caza muy desarrollado no es debidamente educado y socializado desde una temprana edad.

Los perdigueros de Burgos también suelen mostrar mucha paciencia y autoconfianza, por lo que los problemas de conducta asociados al miedo excesivo y la agresividad suelen ser el resultado de una mala socialización y/o la exposición a métodos educativos contraproducentes (como los castigos físicos y los regaños, por ejemplo) u otros tipos de maltrato animal.

Cuidados del perdiguero de Burgos

Por lo general, la crianza de un perdiguero de Burgos no supone ningún esfuerzo extra a los cuidados esenciales para brindar a todo y cualquier perro una buena calidad de vida. Son ellos:

  • Medicina preventiva: aplicarle las vacunas esenciales con la correcta frecuencia, hacer las desparasitaciones periódicas para prevenir infestaciones de parásitos internos y externos, y llevarlo al veterinario una o dos veces al año para constatar su estado de salud.
  • Alimentación completa y equilibrada que supla completamente los requerimientos nutricionales de su edad y tamaño;
  • Actividad física: los perdigueros son bastantes activos y los paseos diarios son fundamentales no solo para ejercitar su cuerpo, sino también para mantener su mente y su comportamiento equilibrados. Más allá de pasear a tu perro al menos tres veces al día, puedes considerar complementar su actividad física diaria con algún deporte canino, como Agility, el frisbee, el flyball o el canicross si también eres un amante del running y el aire libre.
  • Estimulación mental: un perro que lleva una rutina sedentaria es mucho más propenso a padecer síntomas de estrés y problemas de conducta asociados a la destructividad y la agresividad. Intenta presentar juegos de inteligencia a tu perro regularmente y enriquece su ambiente para que él pueda entretenerse y ejercitarse incluso cuando quede solo en casa.
  • Higiene y cuidados del pelo: el mantenimiento del manto del perdiguero de Burgos es sencillo, pero necesitarás cepillarlo una o dos veces a la semana para evitar la acumulación de pelos muertos e impurezas en su pelaje (esta frecuencia puede aumentar durante las épocas de muda). Por otra parte, los baños solo deben ser dados en ocasiones donde realmente sea necesario hacer una limpieza profunda del pelo y la piel, ya que en exceso pueden debilitar su salud al eliminar la capa natural de grasa que recubre y protege su cuerpo. Y siempre que quieras bañar a tu perro en casa, recuerda emplear productos naturales o aptos para uso canino.
  • Libertad de expresión: es una de las libertades básicas del bienestar animal y supone permitir a tu perro ser lo que es: un perro. Es decir, darle la libertad de comportarse y expresarse como un perro, sin imponerle prácticas de humanización ni reprenderlo sistemáticamente por llevar a cabo conductas instintivas o inherentes a la naturaleza canina. Como tutor, es tu responsabilidad enseñar a tu peludo qué significa “portarse bien” antes de reprenderlo por “portarse mal”, y entender que los métodos que utilices para educar a tu perro impactan directamente tanto en su comportamiento como en la calidad del vínculo contigo.

Educación del perdiguero de Burgos

La educación de todo y cualquier perro, ya sea mestizo o de raza, es un proceso gradual que debería empezar desde su llegada al hogar, e idealmente a partir de sus primeros meses de vida (aunque la misma regla se aplica en caso de que adoptes a un perro adulto). Si necesitas ayuda, en ExpertoAnimal te contamos Cómo empezar a educar a un cachorro.

En este mismo período, y preferiblemente antes de su tercer o cuarto mes de vida, es muy recomendable comenzar a socializar al cachorro de perdiguero de Burgos para permitirle asimilar una mayor diversidad de especies amigas y un mayor número de recursos para gestionar sus propias emociones. Por seguridad, no se recomienda sacar a la calle a los cachorros sin vacunas, pero podemos empezar a socializarlos presentándoles a otros perros y animales que sepamos que están sanos, vacunados y desparasitados dentro de nuestra casa o en un entorno seguro, así como a personas que no pertenecen a su núcleo familiar. Una vez completado el calendario de vacunas para cachorros y hechas las primeras desparasitaciones internas y externas, podrás empezar a pasear a tu compañerito por plazas, parques y otros sitios al aire libre para que él pueda interactuar con una mayor diversidad de entornos, estímulos e individuos.

Este también será el momento perfecto para enseñar a tu cachorro a hacer sus deposiciones en la calle y empezar a presentarle algunas órdenes básicas de obediencia para estimular su inteligencia y fomentar un comportamiento más estable dentro y fuera del hogar. Aquí ya entramos más propiamente en el terreno del adiestramiento canino, que no es lo mismo que la educación, pero resulta igualmente beneficioso para el desarrollo físico y cognitivo del perdiguero de Burgos. Y si te gustaría adiestrar a tu perro en casa (y recomendamos fuertemente que lo hagas), recuerda seguir una lógica progresiva a la hora de enseñarle, partiendo siempre de órdenes más sencillas y trabajándolas una a una hasta que tu peludo sea capaz de reproducirlas de una manera fluida. En este sentido, también es importante poner atención a la duración de las sesiones de adiestramiento, que deben tener de 10 a 15 minutos para no resultar agobiantes, y al entorno donde eliges llevarlas a cabo, ya que un exceso de estímulos fácilmente desconcentrará a tu perro. Para más consejos, no dejes de leer nuestro artículo “Cómo debe ser una sesión de adiestramiento canino”.

Por último, pero no menos importante, si has decidido adoptar a un perdiguero de Burgos adulto, en ExpertoAnimal te ofrecemos una serie de consejos prácticos para adiestrar a un perro adulto y también te contamos Cómo socializar correctamente a los perros en la edad adulta.

Salud del perdiguero de Burgos

Cuando se les proporciona todos los cuidados detallados en los anteriores apartados, los perdigueros de Burgos se convierten en perros sanos y fuertes, con una esperanza de vida aproximada de 12 a 13 años, pudiendo alcanzar los 15 años de edad en condiciones óptimas.

No obstante, tienen una significativa predisposición genética a enfermedades comunes en perros de talla grande, como la displasia de cadera y la displasia de codo. Además, sus encantadoras orejas caídas, lamentablemente, lo vuelven más propensos a las infecciones del oído, y también se reporta una moderada incidencia de epilepsia en el perdiguero de Burgos.

¿Dónde adoptar un perro perdiguero de Burgos?

Desde ExpertoAnimal, no apoyamos la compraventa de animales de compañía, pues entendemos que el abandono es una realidad que golpea fuertemente a casi todos los países, generando serias complicaciones para el bienestar animal y la salud pública. Por esta razón, si estás interesado en adoptar a un perdiguero de Burgos o un mestizo con características similares, recomendamos que entres en contacto con protectoras o refugios de animales situados en tu región de domicilio para agendar una visita y conocer los perros disponibles para adopción. Allí tendrás grandes probabilidades de encontrar a un mejor amigo compatible con tu personalidad y que, además, será un compañero sumamente leal y agradecido. Y si aún tienes dudas sobre el proceso básico de adopción, te recomendamos la siguiente lectura: ¿Cómo adoptar un perro?”.

No obstante, si sigues optando por acudir a un criadero en búsqueda de un cachorro de perdiguero de Burgos, asegúrate de que el establecimiento está debidamente registrado ante las autoridades y que cumpla con las normas sanitarias, higiénicas y éticas para la crianza responsable de perros.

Bibliografía
  • American Pointer Club. Pointers Through the Years. Disponible en: https://www.americanpointerclub.org/
  • Asociación Española del Perro Perdiguero de Burgos. El Perdiguero en la historia. Disponible en: https://www.perdiguerodeburgos.es/
  • FCI – Federation Cynologique Internationale: Estándar Nº. 90, Perdiguero de Burgos. Versión digital en español (pdf): https://www.fci.be/Nomenclature/Standards/090g07-es.pdf
  • Ibañez, A.M. (2008). El perdiguero de Burgos: historia, características y futuro. Editorial: Autor-Editor. ISBN: 84-8353-198-4.

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