¿Cómo cepillar a un gato?

En primer lugar, asegúrate de tener el cepillo adecuado a las características del pelaje de tu gato, ya que existen muchos tipos tanto de cepillos como de peines. Te recomendamos realizar una pequeña investigación comparando varios modelos para seleccionar el que mejor se adapte al pelo de tu felino. Si tienes alguna duda, antes de comprar consulta en tu clínica veterinaria o peluquería canina.

Para felinos de pelo corto puedes usar un cepillo de púas cortas con las puntas redondeadas. Son los típicos que tienen unas pequeñas bolitas de plástico en los extremos de las púas. Permiten un cepillado rápido y agradable para el gato. También pueden ser de utilidad las manoplas de goma, que solo tendrás que pasar por el cuerpo del gato a modo de masaje, lo que hace todavía más agradable la sesión para aquellos ejemplares más reacios al contacto con el cepillo. Tienes más información en nuestro artículo Cepillos para gatos de pelo corto.

Para gatos de pelo largo y denso un cepillo como el descrito para gatos de pelo corto puede no ser suficiente, ya que las púas cortas no llegan a la base del pelo, por lo que el cepillado no será completo e igualmente podrían producirse enredos y nudos. Por eso lo ideal es escoger un cepillo de púas largas, igualmente redondeadas o protegidas para no dañar la piel. Según las condiciones en las que se encuentre el pelo podremos necesitar utensilios más específicos como el cortanudos o productos como el desenredante. Recuerda consultar con el veterinario o peluquero felino cualquier duda. Te dejamos más información en el artículo Cepillos para gatos de pelo largo.

Por otra parte, además de la herramienta básica que es el cepillo, es buena idea tener algún premio a mano para recompensar al gato, sobre todo cuando lo estamos iniciando en el cepillado. También podemos ponernos un delantal o mandilón, mejor plástico, para evitar acabar con nuestra ropa llena de pelos.

Lo cierto es que podemos cepillar a un gato en cualquier sitio. De hecho, para poder cepillar a algunos o ciertas partes de su cuerpo, puede ser necesario que estén prácticamente dormidos para que se dejen, con lo que tendremos que pasarles el cepillo allí donde decidan descansar.

De todas formas, lo ideal sería contar con una mesa a una altura cómoda para nosotros en la que subir al gato para cepillarlo con facilidad por todo su cuerpo. Además, el gato acabará asociándola con la sesión de cepillado y, en cuanto la vea, ya sabrá qué es lo que vamos a hacer. Esta mesa o mueble mejor que se encuentre en el baño o en un balcón, en cualquier caso lejos de un sofá o mueble donde los pelos puedan quedar adheridos, para que nos resulte más fácil limpiar.

Aunque las bases de la sesión de cepillado van a ser iguales con independencia de la longitud del pelo de nuestro gato, hay algunas diferencias, empezando, como hemos visto, por el tipo de cepillo. Así, esta es la mejor manera de cepillar a un gato de pelo corto paso a paso:

1. Busca un momento de tranquilidad para realizar la sesión con tiempo y sin interrupciones.
2. Ten todo lo que vayas a utilizar a mano, ponte el delantal y sube al gato a la mesa.
3. Comienza el cepillado por las partes del cuerpo que menos molesten a tu gato. Lo más habitual es pasar el cepillo de la cabeza a la base de la cola, siempre con cuidado y con movimientos lentos.
4. La primera pasada la puedes hacer a contrapelo, después sigue el sentido de su crecimiento.
5. Puedes empezar pasando la manopla si a tu gato no le gusta mucho el cepillo.
6. Tras el cuerpo, dale un premio al gato y sigue por zonas más sensibles como la cola, las axilas, las patas o la barriga.
7. Si notas que el gato se agobia o comienza a dar alguna señal de agresividad, no lo fuerces. Es mejor parar la sesión y continuar en otro momento.
8. Puedes concluir la sesión pasando el cepillo en el mismo orden que la manopla o hacerla solo con el cepillo desde el principio.
9. Finaliza siempre felicitando y premiando a tu gato para ayudar a que lo viva como una experiencia positiva y esté receptivo a repetirla.

Cepillar a un gato de pelo largo puede ser más complejo, ya que las características de su pelaje lo hacen más propenso a sufrir enredos y nudos. Hay que extremar las precauciones para evitar hacerle daño y, sobre todo, procurar cepillarlo con frecuencia para impedir que estos se formen. Así es cepillar a un gato de pelo largo paso a paso:

1. Al igual que si tu gato es de pelo corto, busca un buen momento y ten a mano todo lo necesario.
2. También del mismo modo que en los ejemplares de pelo corto, puedes dar una pasada inicial a contrapelo, con cuidado y siempre en zonas del cuerpo menos delicadas.
3. Comienza cepillando de la cabeza a la cola.
4. Si encuentras alguno, no tires de un nudo, ya que lastimarás al gato y no sería raro que saliese huyendo. Al contrario, puedes intentar deshacerlo con las manos, separando el pelo de la punta a la base, o utilizando algún desenredante. Si es imposible, opta por cortarlo, con cuidado para no herir al gato. Pon siempre tus dedos entre el nudo y la piel. Los casos graves en los que encontrarmos numerosos nudos o están totalmente pegados a la piel deben dejarse en manos de un profesional.
5. No olvides las zonas más delicadas, como las axilas, ya que en ellas es más fácil que se formen nudos.
6. Recuerda que si el gato se agobia o muestra alguna señal de agresividad, hay que parar la sesión y continuarla cuando vuelva la calma, aunque sea otro día.
7. Por supuesto, no te olvides de premiar y felicitar a tu gato, sobre todo las primeras veces para favorecer que acepte el cepillado como una experiencia positiva.

No todos los gatos aceptan de buen grado someterse a una sesión de cepillado. Si su pelo es corto puede que no tengamos ningún problema aunque no lo peinemos, pero si nuestro ejemplar es de pelo largo, vamos a tener que cepillarlo sí o sí y no solo por la probable formación de bolas de pelo. Los enredos son un problema estético, pero también pueden acabar por provocar trastornos en la piel, además de incomodidad.

Por lo tanto, es importante acostumbrar a nuestro gato al cepillo desde pequeño o desde el inicio de la convivencia si adoptamos a un ejemplar ya adulto. La sesión de cepillado será como las que hemos descrito, pero debemos tener en cuenta estos consejos:

• Escoge un momento en el que el gato esté tranquilo o especialmente receptivo, por ejemplo cuando lo estamos acariciando y nos ronronea, está comiendo algo que le gusta mucho, etc.
• Ten a mano todo lo que vayas a necesitar para no tener que cortar la sesión.
• Empieza siempre por las zonas que se deja acariciar normalmente y evita tocar patas o barriga, pues pocos gatos permiten esa manipulación.
• No pretendas abarcar todo el cuerpo en una única sesión. Céntrate en una sola zona y para. Es mejor cepillarlo poco a poco en varios días que forzarlo. Recuerda que de lo que se trata es de ir creando en el gato una asociación positiva con el cepillado.
• Muévete siempre despacio y habla en voz baja. Por supuesto, no le grites ni lo castigues. Es contraproducente. Al contrario, prémialo cuando se deje cepillar tranquilo, aunque sean solo unos minutos.
• Ten paciencia y, sobre todo, mantén la calma. Que el gato acceda al cepillado puede llevarte tiempo, pero hay que permitirle ir a su ritmo.
• Por último, si te resulta completamente imposible pasarle el cepillo y aparecen enredos, no esperes más y llévalo a un profesional.

La frecuencia de los cepillados va a depender de las características del pelaje de nuestro gato, pero también de la época del año, ya que sobre todo en los meses de primavera y de otoño se produce la muda de pelo. En general, los gatos de pelo corto pueden mantener un manto estupendo con cepillados cada 7-10 días. En cambio, los de pelo largo sería ideal que fuesen cepillados prácticamente a diario. En la temporada de muda la frecuencia debe aumentarse según las necesidades de cada ejemplar. El objetivo es eliminar la mayor cantidad posible de pelo.

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