¿Cómo quitarle a mi perro la obsesión por las piedras?
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Los perros tienen varios comportamientos instintivos que pueden parecernos extraños, pero que son inherentes a su naturaleza. No obstante, algunos peludos terminan desarrollando un comportamiento casi obsesivo en relación a estos recursos, despertando preocupación en sus tutores.
La situación se vuelve aún más compleja cuando se utilizan objetos inapropiados en estos juegos, como pueden las piedras porque pueden provocar problemas dentales y digestivos al ser masticadas o engullidas. Si estás pasando por esta situación, seguramente te haces preguntas como “¿por qué mi perro se ha obsesionado con las piedras?” y “¿cómo quitarle a mi perro la obsesión por las piedras?”.
Pensando en ayudarte, dedicaremos este artículo de ExpertoAnimal a explicarte cuales son las principales causas por las que un perro se obsesiona con las piedras y qué hacer para amenizar esta conducta. ¿Empezamos?
¿Por qué mi perro está obsesionado con las piedras?
No hay una única razón por la que los perros se obsesionan con las piedras y si quieres entender el motor de esa obsesión en tu peludo, deberás poner atención a su comportamiento y su postura al interactuar con este “recurso”. Por ejemplo, no es lo mismo un can que persigue piedras jugando, tal como lo haría con una pelota, que un perro que siempre está buscando piedras para masticarlas o comerlas.
Son dos situaciones distintas que obedecen a diferentes causas y cada una de ellas requiere de un tratamiento específico. Por ello, a continuación, vamos a diferenciar y tratar de explicar la causa de las principales manifestaciones de obsesión con las piedras en los perros.
Por juego
Aquí vemos que el perro está obsesionado con las piedras porque las ha asimilado como una especie de recurso con fines “recreativos”. Es una situación casi idéntica a la de los perros obsesionados con las pelotas, pero bastante más peligrosa, pues las piedras no son juguetes y pueden provocar daños en la boca y los dientes de nuestros peludos. Sin mencionar el riesgo de que terminen tragando una piedra y sufran de trastornos digestivos o incluso de una asfixia.
Por instinto de caza
Otro de los principales motores de esta conducta está relacionado directamente con el instinto de caza, el cual es inherente a la naturaleza canina. Es decir, que todos los perros, en mayor o menor medida, manifestarán comportamientos asociados a la caza y se sentirán motivados a perseguir casi cualquier objeto que sus tutores empleen en actividades que simulan el contexto de una cacería.
En este sentido, hay que tener en cuenta que algunas razas de perros han sido históricamente entrenadas para la caza. Por ende, tienen un instinto cazador particularmente acentuado y pueden sentirse muy excitados con los juegos de “lanzar y atrapar”, siendo más propensos a desarrollar cierta obsesión por cualquier elemento o recurso que pueda usarse con este propósito.
Por mala educación
No obstante, la predisposición genética por sí sola no explica completamente por qué algunos perros están obsesionados con las piedras. Por lo general, esta conducta obsesiva deriva de algunas fallas – intencionales o no – en la educación y la rutina del can.
Por un lado, es común que los tutores acaben reforzando, aunque inconscientemente, la sobreexcitación que sus perros manifiestan en ciertas situaciones, ya sea al momento de jugar, de comer o de salir a pasear. Entonces, es posible que, sin tener la intención, hayas fomentado o incentivado que tu perro se ponga exageradamente ansioso o excitado a la hora de jugar y quiera repetir una y otra vez, sin cesar, esta misma actividad.
La situación empeora cuando permites que tu perro “use” cualquier elemento para satisfacer esa obsesión con perseguir y atrapar. Digamos que, en medio de la excitación del juego, tu peludo te trae una piedra para que la lances y tú accedes para agradarlo y satisfacer su necesidad de gastar energía. Si eso empieza a repetirse una y otra vez, es muy probable que tu perro termine obsesionado con las piedras, y no porque ellas lo atraen particularmente, sino porque las ha asimilado como una vía de descargar tensión y obtener satisfacción.
¿Por qué mi perro mastica o come piedras?
Cuando un perro está obsesionado con las piedras y las mastica o come, requiere de la máxima precaución por parte del tutor. Para empezar, masticar piedras u otros elementos con semejanza rigidez supone un desgaste intenso para los dientes del can, pudiendo ocasionar roturas o pérdida de piezas dentales a una temprana edad.
Por otro lado, las piedras irritan e inflaman la mucosa gastrointestinal, pudiendo provocar síntomas de gastritis en los perros. También está el riesgo de que perforen el estómago o los intestinos del can, provocando hemorragias internas, que obstruyan el tránsito a través del tracto digestivo... Aquí encuentras el paso a paso para realizar la maniobra de Heimlich en perros correctamente.
¿Qué hace que un perro mastique o coma piedras? Bueno, aquí también tenemos que considerar varios factores que pueden acabar conduciendo a esta conducta sumamente peligrosa:
Comportamiento exploratorio en cachorros
Durante los primeros meses de vida, los cachorros tienden a llevar a la boca y mordisquear casi cualquier cosa que encuentren en su camino (inclusive piedras). Si bien es algo "normal", porque estos pequeños están explorando su entorno y sienten mucha curiosidad por cada nuevo recurso que “descubren” allí, no es un comportamiento aceptable ni mucho menos que deba ser reforzado.
Así mismo, jamás debes quitar a la fuerza una piedra de la boca de un cachorro, ya que ello puede provocar que las ingieran rápidamente para evitar que se las quitemos. Lo ideal, en estos casos, es desviar su atención hacia un juguete o un recurso que sí pueda usar para morder y entretenerse, además de empezar a trabajar la orden de soltar objetos.
Estrés
Son muchas las cosas que pueden estresar a los perros, pero las causas más frecuentes están relacionadas con un bajo nivel de estimulación física y mental. Un perro que vive en un ambiente empobrecido, donde no encuentra recursos ni motivación para ejercitarse y entretenerse, se volverá sedentario y más propenso a presentar síntomas de estrés y aburrimiento.
Tarde o temprano, este peludo acabará recurriendo a las vías que estén a su alcance para gastar energía y liberar la tensión acumulada debido al alto nivel de estrés al que está sometido. En consecuencia, pueden aparecer varias conductas inusuales, como empezar a masticar piedras o perseguir incesante cualquier objeto que encuentre en su entorno.
En casos más complejos, un perro que sufre de estrés crónico puede llegar a desarrollar estereotipias, que consiste en la repetición obsesiva de ciertos comportamientos instintivos sin un fin determinado.
Muchos canes manifiestan estereotipias relacionadas con la caza, sintiendo la necesidad de perseguir incesantemente cualquier animal, luces y otros elementos que puedan “imitar” los movimientos de una presa.
Parásitos intestinales
Estudios señalan que, en un entorno natural, los perros ingieren ciertas hierbas y plantas no tóxicas para ayudar a eliminar los parásitos que, eventualmente, pueden alojarse en su tracto intestinal. En su ausencia, pueden llegar a consumir otros alimentos o recursos que estén a su alcance, inclusive tierra o piedras.
Por ende, si tu peludo empieza repentinamente a tragarse piedras u otros elementos no comestibles, acude inmediatamente al veterinario descartar este u otros problemas de salud. Además, no olvides la importancia de desparasitar periódicamente a tu perro para protegerlo de los ecto y endoparásitos.
Síndrome de Pica
Se trata de una patología que provoca la ingesta de todo tipo de alimentos, incluyendo por supuesto piedras. El animal puede llegar a intentar comerse todo tipo de materiales no comestibles, como plásticos, madera, piedra...
Demanda de atención
Perros sedentarios, que quedan muchas horas solos y/o que no reciben suficiente atención o cuidados, pueden realizar diversas conductas inusuales con tal de llamar la atención de sus tutores. Eventualmente, una de ellas puede ser traerle piedras para invitarle a jugar, o incluso masticarlas para que sus tutores se vean “obligados” a quitárselas. Lamentablemente, muchos perros “prefieren” recibir al menos una mínima atención al ser regañados que convivir con la soledad y el descaso de sus tutores.
Puede que te interese echarle un vistazo al siguiente vídeo de ExpertoAnimal donde hablamos de cómo relajar a un perro para disminuir su obsesión por las piedras.
Pasos para quitarle a mi perro la obsesión por las piedras
A continuación, nos enfocaremos en los perros que están obsesionados con perseguir piedras, como si fueran una pelota o un juguete. No obstante, si lo que necesitas es evitar que tu peludo siga masticando o tragando estos u otros elementos no comestibles puedes echar un vistazo a nuestro artículo “Mi perro come piedras: causas y qué hacer”.
Hechas estas observaciones iniciales, pasemos al paso a paso para quitarle a tu perro la obsesión por las piedras.
Interrumpe los juegos de “lanzar y atrapar”
Algunos tutores se preguntan si no pueden sencillamente sustituir a las piedras por una pelota y seguir jugando con su mejor amigo. Y la respuesta es: ¡NO! Al menos en este primer momento, cuando la obsesión de tu perro está en su máxima expresión, reemplazar el objeto de la obsesión (en este caso, las piedras) no es suficiente ni eficaz para tratar la causa del comportamiento obsesivo.
El objetivo final no es hacer que tu perro se olvide las piedras, porque ello sería imposible, sino trabajar para que lo que hoy es un comportamiento obsesivo en relación al juego de “lanzar y atrapar”, pueda convertirse en una actividad saludable y lúdica.
Busca ayuda profesional
Tratar las conductas obsesivas en los perros no es nada sencillo, y la mayoría de los tutores no tiene suficiente conocimiento sobre la genética, el organismo y el comportamiento de los perros para conducir el tratamiento que sus peludos necesitan. Por ello, recomendamos que busques la ayuda de un veterinario etólogo o un educador canino con estudios comprobables en etología canina, pues estos profesionales podrán establecer las pautas de tratamiento y manejo más adecuados en función del comportamiento y las necesidades de tu mejor amigo.
Optimiza la estimulación física y mental
Mientras que tu perro sigue el tratamiento orientado por un profesional, es fundamental diversificar las actividades y los recursos involucrados en su actividad física y estimulación mental diarias. Tu mejor amigo debe tener a su alcance otras vías alternativas, más allá del juego de “lanzar y atrapar”, para gastar energía, ejercitarse, divertirse, socializar con otros perros, expresarse, trabajar sus sentidos y prevenir los síntomas de estrés y ansiedad.
Además de establecer una buena rutina de paseos diarios, es muy recomendable que consideres iniciar a tu perro en algún deporte canino, como el Agility o el searching, que supone un estímulo muy completo para su olfato y su mente.
Respecto de la estimulación mental, será clave que inviertas en el enriquecimiento ambiental para proporcionar a tu peludo una mayor variedad de juegos, juguetes y recursos que lo mantengan activo y entretenido, incluso cuando quede solo en casa.
Finalmente, también es importante que dediques algo de tiempo cada día para compartir con tu peludo y aproveches para presentarle juegos de inteligencia caseros, los serán un excelente “complemento” para el desarrollo de sus capacidades cognitivas y emocionales.
Evita dejar a tu perro solo por mucho tiempo
Nunca es recomendable dejar a un perro solo en casa por más de algunas horas, pero en el caso específico de los peludos que están tratando algún problema de conducta, ya sea un comportamiento obsesivo, la ansiedad por separación o la destructividad, este tiempo debe reducirse aún más.
El manejo de la soledad suele ser particularmente difícil para un can que ha sido expuesto al estrés u otros factores que terminaron conllevando a un desequilibrio en su salud mental. En estos casos, es una buena práctica introducir el Kong en la rutina del can, ya que el mismo ayudará a controlar sus niveles de ansiedad y mantenerlo entretenido en los períodos de tiempo que deba quedarse solo. Puedes adquirir este juguete en Amazon: Comprar Kong para perros.
Además, es fundamental que todo y cualquier perro, independiente de su raza, tamaño o edad, tenga la oportunidad de adaptarse al hogar antes de empezar a quedarse solo y también de aprender a gestionar la soledad progresivamente.
No dejes de adiestrar a tu perro
Lo más importante es que entiendas que el adiestramiento es uno de los ejercicios más completos para la mente y el cuerpo de tu perro, porque te permite estimularlo a nivel cognitivo, físico, sensorial e incluso social, permitiendo que lleve a cabo interacciones de calidad con una mayor variedad de estímulos, individuos y entornos.
Además, cuando hacemos un buen uso del refuerzo positivo, recompensando al perro por sus aciertos y buenas conductas, el adiestramiento también resultará placentero, por lo que será una nueva vía motivadora de gastar su energía y expresar sus habilidades caninas.
De hecho, los perros con comportamientos nerviosos, ansioso u obsesivos se ven muy beneficiados al adherirse a una rutina de adiestramiento, pues esta les permite aprender a pensar por sí mismos, ganar autonomía y confianza, así como reconectarse con una forma más sana de obtener satisfacción o placer.
Por ende, adiestrar a tu perro también debe ser uno de los esfuerzos para enriquecer su ambiente y su rutina. Y no sabes muy bien por dónde empezar, aquí te explicamos cómo adiestrar a un perro.
¿Cómo evitar que un perro se obsesione con las piedras?
¿Es posible evitar que un perro se obsesione con las piedras, pelotas u otros objetos? Sí, no solo es posible, sino sumamente necesario.
El problema no está en un recurso o juguete, ni siquiera en un tipo de juego o ejercicio, sino en la forma cómo los presentamos a nuestros peludos. Por ello, la primera y más fundamental medida preventiva contra los comportamientos obsesivos en los perros, es añadir cualquier juego, actividad, juguete o recurso en el contexto de su educación, donde ciertas normas deben ser respetadas para asegurar el éxito y la seguridad de todos los involucrados. Entonces, antes de empezar a practicar alguna actividad o juego con tu peludo, lo ideal es haberle enseñado las órdenes básicas de obediencia, como acudir a la llamada, sentarse, esperar o quedarse, soltar objetos, etc.
Cuando llegue el momento de presentarle la actividad en cuestión, será crucial elegir los recursos más adecuados y seguros para ambos. Ha quedado claro que las piedras son peligrosas para los perros, por lo que, si quieres iniciarlo en el clásico juego de “lanzar y atrapar”, las pelotas siguen siendo una de las mejores apuestas. Solo asegúrate de enseñar a tu perro a jugar a la pelota correctamente. Eso incluye imponer límites cuando el peludo se muestre sobreexcitado o hiperactivo, guardando inmediatamente el juguetee interrumpiendo el juego.
Finalmente, recuerda que todo juego, deporte o actividad debe ser asimilada por tu mejor amigo como una recompensa por sus buenas conductas, y no como un momento de desahogo de su estilo de vida sedentario o del estrés que le produce vivir en un entorno negativo. Por ello, antes de despedirnos, queremos invitarte a conocer los errores que se cometen con los perros y que pueden mitigar su calidad de vida, además de debilitar el vínculo con sus tutores.
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