Cuidados extra

¿Hay que separar al perro macho de las crías?

 
Eduarda Piamore
Por Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento canino y felino. 27 junio 2018
¿Hay que separar al perro macho de las crías?
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Cuando decidimos adoptar a un perro, es esencial llevar a cabo un control reproductivo efectivo y responsable para prevenir un embarazo indeseado y evitar la sobrepoblación de perros abandonados, tanto en refugios como en las calles de todo el mundo. No obstante, si tienes una pareja y has decidido cruzarlos, deberás adoptar algunas medidas para mantener la buena salud de la hembra embarazada y la de sus cachorros recién nacidos.

Una de las dudas más frecuentes entre los tutores que se preparan para la llegada de los pequeños cachorros, es si hay que separar al perro macho de las crías. En este artículo de ExpertoAnimal, te contamos cuando la presencia del macho debe ser evitada para garantizar un entorno de paz y seguridad para la futura mamá y sus cachorros. Y cuál es el mejor momento para presentar al perro macho a los nuevos peludos del hogar.

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Índice

  1. ¿Es necesario separar el macho de la hembra embarazada?
  2. ¿Debo separar el perro macho de las crías recién nacidas?
  3. ¿Cuándo puedo presentar el perro macho a sus cachorros?
  4. Los beneficios de la presencia del macho en la crianza del cachorro

¿Es necesario separar el macho de la hembra embarazada?

Durante el embarazo de la perra, las futuras progenitoras experimentan una serie de cambios fisiológicos y hormonales que la preparan para el desarrollo de sus crías y la lactancia. Se trata de un proceso muy especial y delicado que su cuerpo y su mente atraviesan. Por ello, es indispensable que los tutores ofrezcan un ambiente positivo y los cuidados necesarios para que sus peludas puedan vivir una gestación tranquila y saludable. En ExpertoAnimal, te contamos los principales cuidados de las perras embarazadas. ¡No te pierdas!

En las últimas semanas de su gestación, las hembras llevan a cabo un proceso de cambios hormonales, ya que su organismo se prepara para el inminente momento del parto y la posterior lactancia. Si bien estas hormonas resultan imperceptibles para nuestros sentidos, los perros las detectan fácilmente gracias a su olfato privilegiado. Entonces, los machos se sentirán muy atraídos a oler la hembra constantemente y explorar estos nuevos aromas.

La insistencia del macho suele provocar estrés o ansiedad en la perra embarazada, lo que resulta perjudicial para la salud de la mamá y sus futuros cachorros. Por ello, durante las últimas 3 o 4 semanas de gestación, lo mejor es separar al macho de la hembra para no exponerla a factores negativos de estrés.

Cuando se acerca el momento del parto (entre 10 o 15 días antes), la hembra buscará un rincón tranquilo del hogar para preparar un "nido acogedor" donde pueda relajarse y sentirse segura para dar la luz a sus crías. En este momento, lo mejor es que el macho tampoco intervenga en este entorno de paz y seguridad para preservar el estado de calma de la hembra.

Cuando la perra empieza su trabajo de parto, es importante que los tutores permanezcan atentos para identificar cualquier problema o complicación en el parto. No obstante, también debemos respetar su espacio y mantener la calma para no trasmitir más ansiedad o nerviosismo a nuestra perra en este momento tan importante. Nuevamente, se recomienda que el macho no esté cerca de la hembra en trabajo de parto y de las crías recién nacidas.

¿Hay que separar al perro macho de las crías? - ¿Es necesario separar el macho de la hembra embarazada?

¿Debo separar el perro macho de las crías recién nacidas?

Por supuesto, el perro macho se mostrará muy curioso en relación a estas "nuevas presencias" en su hogar. Por sus sentidos, reconocerá fácilmente que existen nuevos cachorros en la casa y querrá olerlos, interactuar y/o jugar con ellos. No obstante, las crías recién nacidas son tan sensibles y delicadas que cualquier interacción más intensa o movimiento brusco puede llegar a lastimarlas. Por su natural fuerza, ímpetu de explorar o ganas de jugar, los perros machos adultos pueden provocar un accidente mismo sin tener la intención de lastimar a los pequeños peludos.

Además, la perra será muy protectora durante las primeras semanas de vida de sus cachorros. La hembra comprende que su función materna es preservar sus crías y darles las condiciones óptimas para desarrollarse hasta que puedan supervivir por su propia cuenta. Por ello, la presencia del macho o de otros animales casi nunca resulta bienvenida durante este periodo neonatal. En algunos casos, la hembra puede desarrollar comportamientos agresivos para proteger a sus crías y alejar a las posibles amenazas. Por ello, lo mejor es respetar su "zona seguro" para evitar conflictos innecesarios y mantener al macho alejado si la hembra muestra este comportamiento.

Por otro lado, es importante que los tutores sepan cómo ayudar a las hembras a cuidar de sus cachorros y ofrecerles el ambiente ideal para su desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. También es primordial contar con la orientación de un veterinario para controlar el crecimiento y gano de peso de las crías, además de garantizar la óptima recuperación de la progenitora. Además, el profesional podrá orientarte sobre cómo y cuándo empezar a presentar el perro macho a sus crías, según el caso.

¿Cuándo puedo presentar el perro macho a sus cachorros?

Antes de nada, debemos entender que no existe una fecha exacta para presentar el macho a sus crías. Como todo perro es un ser único, este momento óptimo dependerá del desarrollo de cada cachorro y de la reacción de las hembras a la inclusión de otro individuo en el territorio de sus cachorros.

Por lo general, las perras son más protectoras y "cerradas" durante los primeros 15 días después del parto, que representan el periodo neonatal. En esta primera etapa, el macho debe permanecer alejado de las crías y nuestra interacción también debe ser limitada, siendo teniendo en cuenta la receptividad de la hembra.

Después de este primer período, se inicia la fase de transición que suele durar hasta el 20 o 21 día de vida de las crías. En esta nueva fase, los cachorros empezarán a mostrarse activos y tener cierta curiosidad sobre su entorno. Su mamá se encargará de proporcionar una óptima higiene y mantenerles bien alimentados. No obstante, su comportamiento estará más sereno y ella comenzará a aceptar nuevas presencias en su ambiente.

Entonces, a partir del 21 o 22 día después del parto, los cachorros ya tendrán movilidad y experimentarán su periodo de socialización. Se trata de una etapa clave para el desarrollo de los pequeños, pues empiezan a reconocerse como individuos en su propia especie y también adentro de su contexto social. Las hembras, por su vez, ya estarán receptivas y se encargarán de orientar sus crías en sus nuevas descubiertas, presentarles hábitos positivos y enseñarles la base del lenguaje y de la convivencia canina.

En este momento, podemos empezar a presentar el perro macho a los cachorros. Pero esta interacción siempre debe ser gradual y progresiva, ya que se trata de una nueva realidad para el macho y para los pequeños peludos. Además, es fundamental que los tutores vigilen y controlen los primeros contactos del perro con las crías, para evitar cualquier accidente o conflicto con la hembra. Así mismo, es esencial que el macho esté saludable, con todas sus vacunas y tratamientos antiparasitarios al día para no poner en riesgo la salud de los pequeños peludos, y que no presente problemas del comportamiento.

¿Hay que separar al perro macho de las crías? - ¿Cuándo puedo presentar el perro macho a sus cachorros?

Los beneficios de la presencia del macho en la crianza del cachorro

Muchos tutores tienen miedo de dejar que las crías convivan con su papá o con otro perro macho adulto, pero esta interacción puede ser muy positiva para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los pequeños. Lógicamente, siempre con los debidos cuidados para preservar el bienestar de los cachorros que todavía están en pleno crecimiento y son más sensibles que los perros adultos.

Recordemos que los perros son animales sociables que se habituaron a vivir en grupos que mantienen una estructura jerárquica y reglas de convivencia para garantizar la supervivencia de todos sus miembros. La crianza junto a un macho y una hembra adulta (una estructura "colectiva" por así decir) puede ayudar al cachorro a comprender el natural orden social de los perros y el rol de cada individuo dentro de su comunidad, así como aprender el lenguaje canino, los límites del juego y la adecuada gestión de la mordida.

Por otro lado, la convivencia con individuos de su misma especie durante su infancia temprana ayuda en la socialización del perro. Si bien la socialización sea un proceso que dura toda la vida, los peludos experimentan un periodo crítico entre su nacimiento y su tercer mes de vida. Cuando un perro no es debidamente presentado a los estímulos e individuos de su entorno en este periodo, puede mostrar serios problemas de comportamiento y de aprendizaje durante su vida adulta.

Desde luego, la simple presencia del macho no sustituye la necesidad de llevar a cabo un adecuado proceso de socialización de los cachorros con otros perros. Pero representa la posibilidad de empezar a socializarlo tempranamente en el ambiente seguro de nuestro hogar, con un perro de nuestra confianza.

Además, es crucial recordar que los cachorros solo pueden empezar a realizar paseos al exterior y convivir con otros animales (principalmente extraños) después de completar su primer ciclo de vacunas y desparasitaciones.

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