Perdiguero portugués

La historia del perdiguero portugués se entrelaza con la de los demás perros perdigueros nativos de la Península Ibérica, ya que todos ellos comparten un antepasado común. Nos referimos al perdiguero peninsular, una antigua raza canina ibérica, cuya presencia en dicho territorio está documentada desde el siglo X. Con el paso del tiempo y debido a cruces naturales y selectivos realizados con el propósito de que los perdigueros peninsulares pudieran adaptarse mejor a los factores ambientales y climáticos típicos de Portugal, así como a las necesidades y preferencias de los ciudadanos portugueses que los criaban, se dio origen a una nueva raza canina “auténticamente” lusa, el perdigueiro português, del cual tenemos noticia al menos desde el siglo XII.

No obstante, la raza no siempre fue nombrada de esta forma, pues antes solía ser más conocida como “podenco de muestra”, debido al gran talento que demostraba para la “caza deportiva”. Así mismo, es importante no confundirlo con el podenco portugués, que es uno de los perros nacionales de Portugal y símbolo del “Clube Português de Canicultura” (también llamado “Kennel Club de Portugal”).

En esta primera ‘etapa’, que se extiende desde la creación de la raza hasta mediados del siglo XV, aproximadamente, los podencos de muestra portugueses solían acompañar a los miembros de la realeza y la nobleza, siendo muy empleados como “ayudantes” en la cetrería. Pero, a partir del siglo XVI, estos perros empezarían a ser ampliamente utilizados por los ‘plebeyos’ en la caza de aves de tamaño pequeño a mediano, y en especial de perdices. ¡Y de ahí proviene el nombre ‘perdiguero’ que conocemos en la actualidad!

No obstante, los rasgos morfológicos y comportamentales que caracterizan al perdiguero portugués que conocemos en la actualidad, solo empezarían a ser diseminados a partir del siglo XX, gracias a cruces selectivos llevados a cabo por cazadores y criaderos especializados. Hoy en día, la raza es reconocida por prácticamente todas las federaciones caninas internacionales, incluso por la FCI que la incluye en el Grupo 7 de los llamados “perros de muestra”.

Hablamos de un perro de tipo bracoide y talla mediana, cuya estructura armoniosa y la musculatura bien desarrollada le brinda gran flexibilidad en los movimientos. Visto de perfil, su cuerpo es casi cuadrado y las líneas superior e inferior conforman una silueta muy elegante. Según el estándar oficial de la FCI, la altura a la cruz deseable es de 56 cm en los machos y 52 cm en las hembras, con una “tolerancia” de 4 cm de más o de menos. Un peso saludable debería ubicarse entre los 20 kg y 27 kg para los machos, y entre 16 kg y 22 kg para las hembras.

La cabeza del perdiguero portugués es rectilínea vista de perfil y cuadrada cuando es vista de frente. La recubre una piel fina y ligeramente suelta, pero sin llegar a formar arrugas, y su tamaño es proporcional al cuerpo del perro (aunque, a simple vista, pueda aparentar ser más grande de lo que es). El “stop” (depresión naso-frontal) está bien definido (90º – 100º). El rostro de los perros perdigueros portugueses destaca unos ojos ovalados casi redondos, de color marrón y expresión alegre.

El hocico es rectilíneo y horizontal, ‘culminando’ en una trufa grande, negra y con ventanas nasales bien abiertas. Las mejillas son paralelas y la boca tiene una apertura moderada y maxilares fuertes que soportan una dentición completa con mordida en tijera. Finalmente, un rasgo muy característico del perdiguero portugués son sus orejas triangulares con puntas redondeadas que están insertadas sobre el nivel de los ojos en la parte posterior de la cabeza. Su largo resulta ligeramente superior al del cráneo del perro y se considera que la proporción “ideal” entre el ancho de la base y las puntas es de 2.5:1.

Colores del perdiguero portugués

El pelaje del perdiguero portugués es corto, denso, está muy bien adherido a la piel y no presenta capa interna. Se distribuye de forma homogénea por todo el cuerpo del perro, con excepción de la región del ano y los genitales, donde es más suave y escaso, y en la cabeza, donde los pelos se vuelven más finos. Aunque su manto, en general, no resulta muy suave al tacto, en las orejas nos encontramos con pelos muy cortos y finos, con una textura terciopelada.

Respecto de los colores del perdiguero portugués, tanto la FCI como el Clube Português de Canicultura definen como aceptables las tonalidades de amarillo claro, medio y oscuro, que pueden ser sólidos o presentar manchas blancas sobre la cabeza, cuello, pecho, debajo de los codos, en las extremidades inferiores de los miembros y en la punta de la cola.

Así mismo, cabe aclarar que la presencia de otros colores o patrones en el manto de un perro no definen su belleza ni mucho menos su personalidad y comportamiento. Por eso, si has adoptado a un perdiguero portugués que no ser resulta ser “100% puro”, igualmente puedes tener un compañero de extrema lealtad y elegancia.

Cómo es el cachorro de perdiguero portugués

Un aspecto crucial para el óptimo desarrollo físico, cognitivo y social de un cachorro de perdiguero portugués es que pueda permanecer junto a su madre y sus hermanos hasta completar su periodo de destete, pues en este periodo la “perra madre” es la responsable de enseñar a sus crías los principios básicos de la comunicación y la conducta social de los perros, así como los límites del juego. Y todo esto será clave para prevenir el desarrollo de problemas de comportamiento, dificultades de aprendizaje y conductas agresivas asociados al juego.

Así mismo y como todo cachorro, tu pequeño perdiguero desarrollará una serie de comportamientos exploratorios mientras empieza a explorar el nuevo entorno donde vive y los estímulos e individuos que allí se encuentran, como puede ser llevar prácticamente todo lo que se encuentra a la boca o incluso mordisquear tus manos o pies jugando.

Para evitar que estas conductas que resultan tan tiernas en un cachorro se vuelvan peligrosas o desagradables en la edad adulta, es importante fomentar buenos hábitos alimentarios desde una temprana edad y direccionar las mordidas a los objetos y recursos más apropiados. Para ayudarte en este proceso, aquí en ExpertoAnimal te explicamos cómo debe ser.

En general, los perros de tipo braco, aunque tienen bastante energía, son naturalmente calmados y suelen generar un vínculo muy especial con sus tutores. Lejos de ser una excepción, el perdiguero portugués es ampliamente conocido en su tierra natal por su carácter extremadamente afectuoso y entusiasta, así como por su predisposición al entrenamiento y a las actividades físicas en general.

Estos peludos son muy devotos a sus familiares y bastante sociables con otras personas y animales. No obstante, y como bien resalta la FCI, suelen comportarse de forma “altanera” cuando interactúan con otros perros. Por ende, un buen proceso de socialización temprana también será clave para favorecer una mejor comunicación con sus congéneres

El perdiguero portugués también suele ser un perro confiado y seguro de sí mismo, por lo que los problemas de conducta asociados a la inseguridad, al miedo excesivo y principalmente con la agresividad suelen indicar problemas en la socialización y/o una exposición sistemática a castigos físicos, regaños u otros tipos de maltrato animal.

En líneas generales, los perdigueros portugueses son bastante fáciles de cuidar, pues, en el día a día, requieren nada más que los cuidados básicos de un perro de compañía. Dichos cuidados del perdiguero portugués son los siguientes:

• Alimentación: el perro perdiguero portugués necesitará una alimentación equilibrada y adaptada a los requerimientos nutricionales de cada etapa de su vida.
• Ejercicio: los perdigueros son bastantes activos y los ejercicios diarios son fundamentales no solo para ejercitar su cuerpo, sino también para mantener su mente y su comportamiento equilibrados. Recomendamos hacer al menos tres paseos diarios con tu peludo y evaluar los beneficios de iniciarlo en un deporte canino, como el Agility. No podemos olvidar la estimulación mental en el perdiguero portugués. Un perro que lleva una rutina sedentaria es mucho más propenso a desarrollar síntomas de estrés y problemas de conducta asociados a la destructividad y la agresividad. Intenta presentar juegos de inteligencia a tu perro todas las semanas y enriquece su ambiente para que él pueda entretenerse y ejercitarse incluso cuando este solo en casa.
• Higiene: que debe incluir la aplicación de las vacunas esenciales con la correcta frecuencia, las desparasitaciones periódicas contra parásitos internos y externos, e idealmente al menos una o dos visitas al veterinario al año para constatar el estado de salud general del perro. Respecto de los cuidados del manto del perdiguero portugués, estos son muy sencillos y solo necesitaras cepillarlo una o dos veces a la semana para evitar la acumulación de pelos muertos e impurezas en su pelaje. Los baños deben ser “reservados” para las ocasiones donde sea realmente necesario higienizar profundamente los pelos y la piel de tu mejor amigo, ya que en exceso pueden debilitar su salud al eliminar la capa natural de grasa que protege su cuerpo. Y siempre que quieras bañar a tu perro en casa, recuerda emplear productos naturales o aptos para uso canino.

Por último, queremos comentar la libertad de expresión del perdiguero portugués, ya que es una de las libertades básicas del bienestar animal y consiste, fundamentalmente, en permitir que tu perro sea lo que es, un perro. Es decir, que pueda actuar y expresarse como un perro, sin que se le imponga un proceso de humanización o de reprensión sistemática de sus instintos naturales. Como tutor, debes saber que es tu responsabilidad enseñar a tu peludo qué significa “portarse bien” antes de reprenderlo por “portarse mal”, y entender que los métodos que utilices para educar a tu perro serán determinantes para el vínculo entre ustedes.

Complementando los cuidados fundamentales de un perdiguero portugués, llegamos a la educación, que será la base del comportamiento de tu perro en el día a día y su capacidad de relacionarse positivamente con otros individuos, estímulos y entornos.

El proceso educativo de todo y cualquier perro, ya sea mestizo o “de raza”, debería empezar en el mismo momento de su llegada al nuevo hogar, e idealmente durante los primeros meses de su vida (aunque la misma “regla” se aplica en caso de que adoptes a un perro adulto). Si necesitas ayuda, aquí en ExpertoAnimal te contamos cómo empezar a educar a un cachorro y también compartimos algunos consejos para educar perros adultos adoptados.

Otra buena práctica en la educación del perdiguero portugués es empezar a socializarlo antes de su tercer o cuarto mes de vida, que es cuando culmina su periodo ‘crítico’ de socialización, durante el cual se produce el reconocimiento de las especies amigas. Por seguridad, lo mejor es que comiences presentando a tu cachorro únicamente perros y otros animales que sepas que están sanos, vacunados y desparasitados. También es muy positivo darle la oportunidad de interactuar con personas ajenas al día a día de su hogar (es decir, que no pertenecen a un núcleo familiar.

Cuando tu cachorro haya recibido todas las vacunas obligatorias y esté desparasitado, puedas empezar a pasearlo en las calles, parques y plazas para que siga interactuando con una variedad de estímulos, entornos e individuos. Igualmente, si has adoptado a un perro adulto, o si no has tenido la oportunidad de socializarlo en la edad más oportuna, aquí tienes nuestros consejos de socialización para perros adultos.

En los primeros meses de vida del cachorro, también podemos empezar a trabajar las ordenes básicas de obediencia, tanto para estimular su inteligencia y sus sentidos, como para fomentar un comportamiento más estable dentro y fuera del hogar. Aquí ya entramos más propiamente en el terreno del adiestramiento canino, que no es lo mismo que la educación, pero resulta igualmente beneficioso para el desarrollo físico y cognitivo de los perros.

Básicamente, si te animas a empezar a adiestrar a tu perro en casa (y recomendamos fuertemente que lo hagas), recuerda respetar una evolución progresiva, partiendo de órdenes más sencillas y trabajándolas siempre una a una, en sesiones cortas de 10 a 15 minutos diarios, hasta percibir que tu mejor amigo es capaz de reproducirlas de una manera fluida.

Para ayudarte, en ExpertoAnimal te contamos cuáles son los 5 trucos de adiestramiento canino que todo tutor debe conocer.

Cuando recibe todos los cuidados fundamentales que detallamos en los anteriores apartados, el perdiguero portugués se convierte en un perro muy resistente que puede disfrutar de una esperanza de vida promedia de 13 a 14 años.

No se relatan enfermedades típicas o de alta incidencia en esta raza canina, aunque exista una muy moderada predisposición genética a la displasia de cadera y algunos tipos de cáncer, principalmente en edades más avanzadas. Además, los perros expuestos a actividades físicas muy intensas pueden llegar a sufrir una luxación de rotula.

Desde ExpertoAnimal, no apoyamos la compraventa de animales de compañía, ya que el abandono es una triste realidad que golpea fuertemente a casi todos los países y que trae serias complicaciones para la salud pública. Por ello, si te gustaría tener un compañero con las características físicas y comportamentales de un perdiguero portugués, recomendamos que entres en contacto con una protectora o refugio de animales próximo de tu domicilio para agendar una visita y conocer los perros disponibles para adopción. Allí tendrás grandes probabilidades de encontrar a un mejor amigo compatible con tu personalidad y estilo de vida que, además, será un compañero extremadamente devoto y agradecido. Y si tienes dudas sobre el paso a paso del proceso adoptivo, puedes leer el siguiente artículo sobre “¿Cómo adoptar un perro?”.

Sin embargo, si aun así optas por acudir a un criadero, asegúrate de que el establecimiento está debidamente registrado ante las autoridades y que cumpla con las normas sanitarias, higiénicas y éticas para la crianza responsable de perros.