¿Cómo nacen los cocodrilos?
En el Antiguo Egipto, el cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus) era considerado un animal sagrado, tanto que la realeza criaba a estos animales en sus templos y jardines. El dios Sorek, que tomaba la forma de un cocodrilo, era la divinidad egipcia de la fertilidad. Para entender por qué, solo basta con conocer un poco más sobre la reproducción de estos grandes reptiles.
Los cocodrilos (orden Crocodylia) pueden tener decenas de crías en una sola temporada reproductiva. Esta no es una característica muy común en otros animales de semejante tamaño. Además, los crocodíleos presentan una serie de rituales de apareamiento y reproducción muy particulares. ¿Quieres conocerlos? No te pierdas este artículo de ExpertoAnimal en el que te contamos cómo nacen los cocodrilos, desde el cortejo hasta los cuidados que las hembras dan a sus crías.
Características de un cocodrilo
Antes de saber cómo nacen los cocodrilos debemos preguntarnos qué es un cocodrilo. Como ya explicamos en el artículo sobre Tipos de cocodrilos, el orden Crocodylia incluye a los gaviales (Gavialidae), los aligátores y caimanes (Alligatoridae) y los cocodrilos verdaderos (Crocodylidae). A pesar de sus diferencias, todos estos reptiles tienen una serie de caracteres en común.
- Anatomía: los crocodíleos presentan el cuerpo recubierto de escamas o placas duras que les protegen. Todos tienen una fuerte cola que emplean para nadar e impulsarse hacia sus presas. Su potente mandíbula les permite dar caza a animales muy grandes. Su nariz, situada en la parte anterior de su cabeza, les da la capacidad de respirar mientras se encuentran sumergidos en el agua.
- Dimorfismo sexual: aunque las hembras tienen un desarrollo y crecimiento más tempranos, los machos pueden alcanzar tamaños bastante mayores. Además, su comportamiento es diferente. Con frecuencia, los machos son más dominantes y violentos, por lo que dedican muchos esfuerzos a defender su territorio.
- Semiterrestres: pueden pasar muchas horas tanto dentro como fuera del agua.
- Dulceacuícolas o de agua salada: los aligátores y gaviales siempre viven en hábitats de agua dulce. Sin embargo, los cocodrilos verdaderos pueden habitar aguas saladas, como las marismas o los manglares.
- Ectotermos: como todos los reptiles, son animales de sangre fría. Esto quiere decir que no pueden regular su temperatura corporal por sí mismos, sino que necesitan tomar el sol para calentarse.
- Carnívoros: todos los cocodrilos se alimentan de otros animales. Sin embargo, su alimentación es muy variada entre las diferentes especies. Por ello, pueden comer animales tan dispares como una libélula, un pez o un búfalo.
- Comportamientos sociales: la mayor parte de los cocodrilos tienen un comportamiento gregario. Como causa o consecuencia de este hecho, estos animales se comunican entre ellos mediante señales visuales, acústicas y químicas (hormonas).
- Ovíparos: las hembras crocodíleas ponen huevos. Esta característica nos da una pista sobre cómo nacen los cocodrilos.
- Cuidados parentales: como ahora veremos, las mamás cocodrilo cuidan de sus huevos y de sus crías.
Por otro lado, cabe destacar que los cocodrilos son animales muy longevos, pudiendo llegar a vivir hasta 80 años. Además, los cocodrilos son arcosaurios, es decir, que sus ancestros, que aparecieron hace 250 millones de años, fueron de los pocos que sobrevivieron a la extinción del Cretácico-Terciario. Así es, el cocodrilo es un descendiente de los dinosaurios.
¿Cómo se reproducen los cocodrilos?
La reproducción de los cocodrilos es sexual, es decir, es necesaria la unión de un gameto femenino (óvulo) y un gameto masculino (espermatozoide) para la formación de un nuevo individuo. Como ya contábamos en el artículo sobre Cómo se reproducen los cocodrilos, estos enormes reptiles son polígamos. Un solo macho puede aparearse con más de una docena de hembras durante la etapa de reproducción.
Para conseguir un grupo de hembras, los machos deben disputar el territorio en el que ellas viven. El ganador se apareará con las hembras, aunque no sin antes realizar un ritual de apareamiento. Este consiste en ponerse a nadar juntos, poner en contacto su cuerpo y emitir señales acústicas. Si la hembra acepta, se sumergen bajo el agua. Es entonces cuando el macho se sube encima de la hembra e introduce su pene curvado en la cloaca de ella.
Cuando finaliza la cópula, las hembras comienzan a marcar el territorio en el que van a poner sus huevos. En algunas especies, varias hembras anidan juntas y protegen el territorio entre todas. Aún así, es frecuente que defiendan el lugar concreto en el que van a realizar la puesta. Se debe a que todas quieren desovar en el sitio más protegido y soleado. Ahora veremos por qué.
¿Cómo nacen los cocodrilos?
Las condiciones en las que se produce el nacimiento de los cocodrilos es muy diferente en cada especie. Sin embargo, existen una serie de características comunes en su nidificación, su nacimiento y los cuidados parentales. ¡Vamos a verlas!
Nidos de los cocodrilos
La historia sobre cómo nacen los cocodrilos comienza con la construcción del nido por parte de sus madres. Aunque este es muy diferente en cada especie, existen dos estructuras básicas: el montículo y el hoyo. Todas las hembras comienzan raspando el suelo de los márgenes del río o lago. Así, eliminan la vegetación, dejando solo la arena. Después, construyen un montículo de tierra o excavan un hoyo. Es en estos lugares donde dejan sus huevos.
La puesta de los huevos de cocodrilo se produce de noche y puede durar entre 1 y 2 horas. Cuando terminan, las futuras mamás remodelan el nido para ocultar los huevos, tapándolos con tierra y/o con restos de plantas. Por este motivo, la incubación de los huevos depende únicamente de la temperatura de la arena. Cuando la tierra está demasiado fría o demasiado caliente (35 ºC o más), los embriones mueren y los pequeños cocodrilos nunca llegan a nacer. Por este motivo, se teme que el cambio climático afecte a su reproducción.
Además, la temperatura de la arena determina el sexo de las crías. Una temperatura baja (29-31 ºC) determina que los pequeños cocodrilos sean hembras, mientras que una temperatura más alta (unos 33 ºC) hace que se formen machos. Cuando los huevos de cocodrilo se incuban a una temperatura de 32 ºC o superior a 34 ºC, aparecen tanto machos como hembras. La determinación del sexo según la temperatura también ocurre en la reproducción de las tortugas y de otros reptiles.
A diferencia de la mayor parte de reptiles, los madres cocodrilo visitan sus nidos de manera muy frecuente. De este modo, protegen a los huevos de posibles depredadores y vigilan que las condiciones de incubación sean las más adecuadas. Si el nido sufre algún contratiempo o queda al descubierto, la futura mamá estará ahí para arreglarlo. Sin embargo, en algunas especies las hembras apenas vigilan el nido. En raras ocasiones se ha detectado el cuidado del nido en los machos.
Nacimiento de los cocodrilos
La incubación del cocodrilo dura entre 2 y 3 meses, dependiendo de la especie y de las condiciones ambientales. Cuando los huevos de cocodrilo eclosionan, la hembra ayuda a sus pequeños a salir de la arena. Así es como nacen los cocodrilos. Aunque parezca mentira, las crías son tan pequeñas que caben en la boca de su madre. De hecho, los introduce en ella para transportarlos desde el nido hasta el agua. Una vez allí, algunas hembras construyen un segundo nido para proteger a su la camada.
En muchas especies, la mamá cocodrilo no está sola, sino que varias madres se reúnen para defender a los jóvenes frente a los potenciales depredadores. En otras especies, sin embargo, la hembra defiende el territorio ante cualquier cocodrilo intruso. Los pequeños, por su parte, colaboran emitiendo vocalizaciones. Así, informan a su madre sobre la presencia de un peligro o cuando tienen hambre. De esta manera, el grupo permanece cohesionado durante varios meses o hasta 2 años en algunas especies.
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- Castel, E. (2019). Cocodrilos en el Antiguo Egipto: temidos y venerados. National Geographic Historia.
- Lang, J. W. (1987). Crocodilian behaviour: implications for management. Wildlife management: crocodiles and alligators, 1987, 273-294.
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