¿Cómo saber si mi perro me considera su amo?

Podemos decir que este es uno de los comportamientos que más claramente demuestra que nuestros perros nos ven como una especie de referente o guía en su vida. Como explicamos previamente en el artículo “¿Por qué mi perro me sigue a todos lados?”, los perros son animales sociables que naturalmente suelen desarrollar hábitos gregarios (y esta característica también ha sido reforzada meticulosamente a lo largo de muchos años de domesticación).

Entonces, es normal y esperado que un perro reconozca en su tutor una figura que le transmite seguridad en contextos “extraños” (por ejemplo, donde el perro se encuentra en una situación completamente nueva o ante la presencia de desconocidos). Tampoco es una casualidad que un perro tienda a seguir más – y principalmente dentro de casa – a la persona que suele proveerle recursos como alimentos, actividad física, estimulación mental, entre otros, los cuales resultan esenciales para su supervivencia y bienestar.

Todo ello se suma al hecho de que, en un vínculo positivo, una persona que adopta a un perro le brinda también una serie de demostraciones de afecto que optimizan su calidad de vida y, en consecuencia, contribuyen para que el perro la “ubique” en una posición de referencia o centralidad en su día a día. Precisamente por esta razón, algunas de las cosas que los dueños de perros no deben olvidar es ofrecerles todo su amor y tener muy en claro que ellos nos necesitan no solo para sobrevivir, sino que también para disfrutar de su vida.

Este ítem sobre cómo saber si mi perro me considera su amo está directamente relacionado con el anterior, pero que tu perro te ponga atención va más allá de seguirte por toda la casa y es fundamental en su educación. En este punto, recordemos que la educación de un perro es un concepto más amplio que el de adiestramiento (el cual idealmente se incluye dentro del proceso educativo del can), y consiste en enseñar al perro todas las órdenes y conductas que propician una convivencia armoniosa y un comportamiento equilibrado dentro y fuera del hogar.

Así, vemos que la obediencia de un can depende en gran medida de la dedicación, de los conocimientos y de las herramientas que su tutor utiliza a la hora de educarlo. Para hablar de una manera más sencilla, si pretendes que tu perro te haga caso y se “porte bien”, antes necesitas transmitirle de una manera que él logre entender qué significa portarse bien, o sea, qué conductas son consideradas apropiadas y cuáles no, qué está permitido dentro de cada y qué no.

A lo largo de este proceso educativo, que debería empezar desde la llegada del perro al hogar y preferiblemente durante sus primeros meses de vida, será fundamental que tu perro esté interesado en escucharte y poner atención a lo que intentas transmitirle. Además, el uso del refuerzo positivo es muy recomendable para estimular el aprendizaje y recompensar las buenas conductas del perro, favoreciendo también la asimilación de cada orden o truco presentado. Si necesitas más consejos, te acercamos esta guía de "Cómo educar a un cachorro paso a paso".

Uno de los errores más comunes al educar a un perro es creer que el miedo puede servir como una herramienta para fomentar la obediencia. Algo así como: “Si mi perro me tiene miedo no se atreverá a desobedecerme”. Pero, de verdad, ¡carece totalmente de sentido!

¿Por qué desearíamos escuchar o seguir a alguien que solo nos hacer sentir mal? ¿Por qué estaríamos dispuestos a dar un lugar de privilegio en nuestras vidas a alguien que nos golpea o maltrata? Cuando sometes sistemáticamente a tu perro a castigos o situaciones de coacción o intimidación, que frecuentemente derivan de un mal uso del regaño, lejos de incentivar el aprendizaje de una buena conducta, el perro siquiera es capaz de entender por qué resulta inapropiada.

Además, estos contextos producen emociones negativas, como la inseguridad, el miedo o el estrés, que tienen un impacto muy nocivo en el comportamiento del perro, aumentando significativamente las probabilidades de que desarrolle problemas de conducta más complejos en el futuro, como puede ser la agresividad.

Si, por otro lado, tu perro no muestra conductas miedosas o inseguras al acercarse a ti o interactuar contigo, y mejor aún, sí suele dar señales claras de que confía en ti y se siente cómodo en tu presencia, ¡enhorabuena! Ello indica que vuestro vínculo va por un buen camino.

Ahora, si te das cuenta de que tu peludo te tiene miedo y/o se muestra muy inseguro en su nuevo hogar, no dejes de echar un vistazo a estos "Consejos para ganarse la confianza de un perro".

Aunque no puedan hablar, los perros siempre encuentran formas de expresarnos sus emociones y pueden movilizar todo su cuerpo con este propósito. De hecho, el lenguaje corporal canino incluye una amplia variedad de posturas, gestos movimientos y acciones que visan transmitir emociones e interactuar tanto con el entorno como con los individuos que allí se encuentran.

Entonces, si tu perro te reconoce como su tutor, será difícil que no percibas su alegría cuando regresas al hogar y al estar en tu compañía. Si tu perro mueve la cola o incluso toda la cadera solo de verte, si siempre acude prontamente cuando lo llamas con una actitud positiva, si enseña la panza para que lo acaricies, o sencillamente si se acuesta a tu lado cuando necesitas un descanso. Todas estas son señales de que tu perro disfruta estar contigo y te reconoce como una figura que le brinda seguridad y bienestar.

En este sentido, para que aprendas a interpretar más fácilmente el comportamiento de tu peludo y puedas optimizar la calidad del tiempo que compartes con él, te invitamos a conocer las principales posturas de un perro feliz y también varias ideas de "¿Cómo hacer feliz a tu perro?".

No solo los perros que pasaron por un adiestramiento en defensa y ataque son capaces de proteger a sus tutores. De hecho, esta clase de entrenamiento que involucra altos niveles de estrés y que puede tener efectos negativos en el comportamiento y el bienestar emocional de un peludo, busca básicamente potenciar el instinto protector que es inherente a la naturaleza canina. Es decir, que todos los perros “cargan” consigo, desde su nacimiento y de forma innata, el impulso de proteger a los suyos, es decir, a quienes pertenecen a su núcleo social (un concepto que sería lo más similar a una familia dentro del universo canino).

Independiente de su raza, tamaño, sexo o edad, todo perro puede mostrar un comportamiento desconfiado o incluso hostil direccionado a una persona que se comporta de forma inusual o maneja algún nivel de violencia al interactuar con su tutor. Por ejemplo, si alguien te grita o se acerca a ti de forma brusca o intimidatoria, es muy probable que tu perro le ladre como advertencia o incluso muestre signos más evidentes de que está listo para reaccionar en tu defensa, como gruñir y enseñar los dientes.

Aunque desde ExpertoAnimal no recomendamos incentivar este tipo de reacciones, que es exactamente lo que sucede en el adiestramiento en defensa y ataque, también entendemos que son conductas inherentes a la naturaleza de los perros, por lo que tampoco es recomendable tratar de inhibirlas, ni mucho menos castigarlas.

En el caso puntual de que tu perro reaccione negativamente tratando de protegerte, lo mejor será alejarte y alejarlo de esta “fuente de peligro” para reestablecer el estado de calma y velar por la seguridad de ambos. Es más que obvio que no necesitas reprender a tu fiel compañero por cuidarte, porque ello solo reafirma que tu perro te quiere al punto de arriesgar su propia integridad para protegerte, pero sí estaría óptimo evitar ciertos entornos o situaciones donde tu bienestar y el de tu perro puedan estar en riesgo.

En otro caso, si empiezas a percibir que tu perro se está volviendo agresivo con otras personas u otros animales, será fundamental investigar la causa de este cambio comportamental y, para ello, es muy recomendable contar con la orientación de un veterinario etólogo. Además, aquí en ExpertoAnimal puedes tener una noción general sobre las Principales causas y el tratamiento de la agresividad en los perros.

Verás que la gran mayoría de las formas de saber si tu perro te considera su tutor y una persona de referencia en su vida, coinciden con las señales de que tu perro te quiere. Y aquí no estamos frente a una simple coincidencia, sino ante una condición necesaria. Es decir, que para que tu perro demuestre que te quiere, es necesario que pueda reconocerte como una figura en la que confía.

En este sentido, cabe recordar que la confianza es algo que se construye día a día a través de acciones concretas. Al igual que los niños aprenden mucho observando el comportamiento de sus padres, los perros también tienen esa capacidad de “esponja”, absorbiendo o captando una infinidad de estímulos que suceden en su alrededor y que tendrán una gran influencia en la forma cómo reaccionan en diferentes contextos y ante diferentes personas. Por ello, siempre decimos que el ambiente y la educación que un perro recibe son mucho más determinantes para su comportamiento que la carga genética.

¿Y qué queremos decir con todo esto? Si quieres que tu perro te reconozca como su tutor y te brinde esta posición de centralidad en su vida, necesitas ser digno o digna de ocupar esta posición. Para ello, es esencial que, antes de nada, sepas respetar las libertades del bienestar animal, que le permitas a tu perro ser y expresarse como lo que es (es decir, un perro y no un humano), y que le ofrezcas la calidad de vida que se merece, libre de miedos, violencias y privaciones. Por último, pero no menos importante, para ayudarte en esta jornada, hemos preparado una breve guía de "Cómo hacer que tu perro te quiera".

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