Enfermedad de la garrapata en perros - Síntomas y tratamiento

Las garrapatas son unos parásitos hematófagos, lo que quiere decir que se alimentan de sangre. Para conseguirla, no solo pican al perro, sino que permanecen anclados a él durante horas, hasta estar completamente llenas de sangre. Es durante ese tiempo en el que se produce la transmisión de la enfermedad de la garrapata en perros y sucede cuando esta porta en su interior algún parásito que pasará a la sangre del perro.

En ocasiones, algunas garrapatas contienen un tóxico en su saliva que provoca lo que se denomina parálisis por garrapatas. En esta dolencia se produce debilidad y, como su propio nombre indica, parálisis, que avanza hasta causar una parada respiratoria.

A continuación detallaremos enfermedades que pueden contraer los perros a partir de las garrapatas. Su gravedad nos ayuda a entender la importancia de establecer y mantener un calendario de desparasitaciones adecuado.

Esta fiebre es una de las enfermedades de la garrapata en perros que causan las rickettsia, que son parásitos del tamaño de bacterias que obligatoriamente viven en el interior de las células. Es una zoonosis, es decir, es transmisible a los seres humanos. Suelen darse más casos coincidiendo con la estación de mayor expansión de la garrapata. Sus síntomas incluyen apatía, fiebre, anorexia, tos, conjuntivitis, problemas respiratorios, inflamación de las patas, dolores articulares y musculares, andares inestables, convulsiones o arritmias. Algunos perros también sufren hemorragias y pueden tener sangre en la orina y en las heces.

Esta enfermedad de la garrapata en perros se debe a las bacterias del género anaplasma, que son parásitos que obligatoriamente deben vivir en el interior de las células sanguíneas. Es también una zoonosis. Los signos que nos alertan de su presencia son bastante inespecíficos, es decir, resultan comunes a numerosas enfermedades. Incluyen fiebre, letargo, anorexia, cojera, dolores articulares, vómitos, diarrea, descoordinación, convulsiones, anemia, agrandamiento de los ganglios linfáticos, palidez de mucosas, tos, uveítis, edemas, etc.

Es una enfermedad de la garrapata en perros causada por la erliquia, que es una rickettsia. El cuadro clínico se desarrolla en tres fases. La fase aguda se caracteriza por fiebre, depresión, anorexia, jadeo y agrandamiento de los ganglios linfáticos. En algunos perros también aparecen síntomas compatibles con encefalitis. Tras esta fase se pasa a la denominada subclínica. En este período algunos perros van a conseguir eliminar la infestación mientras que otros evolucionan a una fase crónica, ya entre 1 mes y 4 después de la picadura. En este momento los síntomas destacados son adelgazamiento, fiebre, anemia, hemorragias nasales, inflamación de articulaciones y un cuadro neurológico.

La babesia es el protozoo causante de esta enfermedad de la garrapata en perros que se caracteriza por la aparición de anemia hemolítica debida a la destrucción de los glóbulos rojos. Este proceso, si no consigue pararse, puede llevar al animal a la muerte. Otros síntomas son fiebre, intolerancia al ejercicio, sangre en la orina, ictericia o palidez de mucosas. También habrá un aumento del tamaño del bazo y del hígado.

Esta enfermedad de la garrapata en perros está causada por la bacteria espiroqueta llamada borrelia. Es más frecuente en la temporada alta de garrapatas. El inicio de esta patología es una cojera. También puede haber inflamación en las articulaciones, fiebre, debilidad, letargo, anorexia, adelgazamiento y problemas renales.

La hepatozoonosis es otra de las enfermedades de la garrapata en perros causada por protozoos. Afecta principalmente a animales que ya estaban debilitados por alguna otra circunstancia. Entre sus síntomas encontramos diarrea, que puede contener sangre, dolor óseo y muscular, que hace que el perro no quiera moverse, secreción tanto ocular como nasal o adelgazamiento.

El tratamiento de todas estas enfermedades suele ser intensivo e incluye terapias de soporte, corticoides para frenar la anemia hemolítica, antibióticos o fármacos específicos contra los parásitos causantes. Aunque la cura es posible, insistimos en la importancia de la prevención, pues son muchos los perros que, por desgracia, no van a conseguir superar la enfermedad. La hepatozoonosis se trata con antiprotozoarios pero no hay cura.

En cualquier caso, al tratamiento prescrito por el veterinario es indispensable añadir antiparasitarios, que deberemos administrar durante todo el año. Además, si paseamos por zonas donde puede haber garrapatas, revisaremos al perro al llegar a casa por si tuviese alguna adherida. Sacándolas rápido impediremos la transmisión de alguna de estas enfermedades.

Las enfermedades que hemos mencionado no se transmiten entre perros pero si uno tiene garrapatas es probable que los animales que lo rodean tengan también posibilidades de ser mordidos por estos parásitos, por eso debemos aplicar productos desparasitadores a todos los animales que convivan, gatos incluidos.

Si nuestra duda es si la enfermedad de la garrapata en perros se contagia a humanos, la respuesta es la misma que en el caso anterior. El perro no transmite la enfermedad a las personas directamente, pero las garrapatas sí pueden picar a humanos e infectarlos.

Por eso insistimos, una vez más, en el control de estas enfermedades de la forma más sencilla, que es la desparasitación de los animales domésticos para evitar la extensión de la población de garrapatas.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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