¿Los perros pueden comer ajo?
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El ajo se ha utilizado desde hace miles de años no solo por sus aplicaciones culinarias, sino también por sus múltiples propiedades medicinales. Entre otras cosas, posee propiedades expectorantes, antiespasmódicas, hipotensoras, antisépticas, antimicrobianas y antihelmínticas. Pero ¿tiene el mismo efecto en las mascotas? ¿sabrías decir si el ajo es bueno para los perros?
Si quieres descubrirlo, te recomendamos que nos acompañes en el siguiente artículo de ExpertoAnimal en el que explicaremos si los perros pueden comer ajo, y más concretamente, si es tóxico el ajo para perros.
Índice
¿El ajo es bueno para los perros o no?
La respuesta es clara: no, el ajo no es un alimento apto para los perros, puesto que contiene una serie de compuestos que resultan altamente tóxicos para el organismo de estos animales. Tanto es así, que una pequeña cantidad de ajo fresco (tan solo 5mg de ajo por kg de peso corporal) es suficiente para desencadenar un cuadro de intoxicación en los perros. Además, el efecto es dependiente de la dosis, es decir, cuanto mayor es la cantidad de ajo ingerida, mayor es la severidad de la intoxicación.
También es importante destacar que existen ciertas razas especialmente predispuestas a la intoxicación por ajo, como son el jindo, el akita inu y el shiba inu. Esto parece deberse a las altas concentraciones de potasio y glutatión reducido que tienen estas razas asiáticas.
Te dejamos con otros "Alimentos prohibidos para perros", aquí.
¿Por qué el ajo es malo para los perros?
El ajo se encuentra en la lista de alimentos prohibidos para perros, pero ¿por qué el ajo es malo para los perros Como hemos comentado, el ajo contiene una serie de compuestos que resultan tóxicos para el organismo de los perros. Estos compuestos, pertenecientes al grupo de los organosulfóxidos, son:
- Propenil tiosulfato de sodio.
- Propenil trisulfuro.
- Propenil tetrasulfuro.
- Propenil pentasulfuro.
- Propenil tiosulfonato.
- Varios ésteres que contienen azufre.
Tras la ingestión de ajo, los organosulfóxidos se absorben rápidamente en el tracto intestinal y se degradan generando agentes oxidantes altamente reactivos. Estos agentes interaccionan con los glóbulos rojos del perro, causándoles lesiones oxidativas que terminan ocasionando la lisis (rotura) de los glóbulos rojos. Como consecuencia, se produce una anemia hemolítica con una marcada formación de cuerpos de Heinz y metahemoglobinemia.
Además, los compuestos tóxicos del ajo son potentes relajantes cardiacos y del músculo liso, vasodilatadores e hipotensores. En casos graves, la anemia hemolítica puede llegar a desencadenar un fallo renal agudo, que puede terminar siendo mortal para el animal.
Intoxicación por ajo en perros
La intoxicación por ajo no suele manifestarse de forma inmediata ni en las primeras horas post-ingesta, sino que los primeros signos clínicos suelen tardar en aparecer entre uno y cinco días. Por ello, en algunos casos puede ser complicado correlacionar los síntomas de intoxicación con el consumo de ajo.
La intoxicación por consumo de ajo se caracteriza por la aparición de una serie de signos clínicos típicos de un proceso anémico, como son:
- Palidez de mucosas.
- Taquicardia (aumento del ritmo cardiaco) y taquipnea (aumento de la frecuencia cardiaca).
- Letargo.
- Debilidad.
- Intolerancia al ejercicio.
- Jadeo.
- Orina oscura, rojiza o marrón (por la presencia de hemoglobina en la orina).
Además, es posible que aparezcan signos gastrointestinales como vómito, diarrea y dolor abdominal. En los casos más graves, se puede observar ictericia (mucosas amarillentas) y fallo renal, pudiendo producirse incluso la muerte del animal si no se instaura un tratamiento a tiempo.
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¿Qué hacer si mi perro ha comido ajo?
Tan pronto como sospeches o detectes que tu perro ha comido ajo, aunque sea una pequeña cantidad, es importante que acudas a un centro veterinario de manera urgente.
Aunque no exista un antídoto específico para tratar la intoxicación por ajo, será imprescindible instaurar una terapia adecuada para evitar la absorción del tóxico y tratar los síntomas asociados a la intoxicación.
En caso de que la ingesta de ajo se haya producido recientemente, puede ser recomendable inducir el vómito o realizar un lavado gástrico para evitar que el tóxico que aún está presente en el aparato digestivo se absorba. También puede estar indicada la administración de carbón activado.
En caso de que hayan pasado varias horas tras la ingesta y ya hayan aparecido los primeros signos de intoxicación, habrá que instaurar una terapia de soporte para reducir los efectos oxidativos sobre los glóbulos rojos y prevenir la lesión renal. Esta terapia podrá incluir:
- Oxigenoterapia.
- Fluidoterapia con cristaloides.
- Vitaminas antioxidantes, como la vitamina E y vitamina C.
- Transfusión sanguínea en caso animales con una anemia severa.
El pronóstico de la intoxicación dependerá de la severidad de la anemia y de si se llega a producir o no un fallo renal, pero generalmente el pronóstico es bueno si se actúa con rapidez y se instaura un tratamiento precoz.
Para terminar, es importante destacar que, ante la sospecha de un cuadro de intoxicación, nunca se deben administrar remedios caseros ni tampoco inducir el vómito sin la previa recomendación de un profesional veterinario, puesto que estas prácticas pueden conllevar riesgos para el animal e incluso complicar el cuadro de intoxicación.
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