Mi gato es muy miedoso - Causas y qué hacer
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Probablemente conozcas gatos que le tienen miedo a los humanos, gatos que desconfían de otros gatos y hasta gatos con terror a cualquier estímulo desconocido que se les presente. Las razones de este miedo son múltiples y en él va a influir tanto la personalidad del felino como las experiencias o traumas vividos.
Pero, independientemente de la causa, si tu gato es muy miedoso, pasa el día escondido y apenas se relaciona con nadie, está sufriendo estrés y hay que ayudarlo para que logre tener una vida feliz y plena. En este artículo de ExpertoAnimal explicamos por qué tu gato es muy miedoso, causas y qué hacer.
Miedos en gatos
Los gatos son animales muy apegados a sus rutinas y que necesitan la previsibilidad en su entorno para no caer en situaciones de estrés y miedo. Es decir, el gato estará tranquilo si controla su territorio y sus recursos. Cualquier modificación en el ambiente puede provocarle miedo. Así, un gato mostrará miedo ante un elemento nuevo y desconocido para él, ya sea un objeto, un animal o una persona que llega al hogar. También experimentará miedo fuera de su entorno conocido, por ejemplo si lo trasladamos a un nuevo hogar o visitamos al veterinario.
El miedo en sí mismo no es malo, ya que permite que el gato pueda huir o defenderse de un peligro potencial para su vida. El problema aparece cuando el gato reacciona con miedo ante estímulos inofensivos porque no consigue adaptarse a ellos. Esto llega a mermar su calidad de vida al punto de encontrarnos con ejemplares permanentemente asustados, que pasan el día escondidos, huyendo y en un continuo estrés.
Tanto si el miedo es puntual como permanente es importante que busquemos la forma de ayudar a nuestro gato asustadizo a salir de ese estado. Para ello podemos determinar el desencadenante e implantar medidas de manejo que favorezcan su tranquilidad y la adaptación a los nuevos estímulos. En los casos más graves es más que probable que debamos recurrir a la experiencia de un profesional de la conducta felina o etólogo.
En ocasiones, el gato no cuenta con las herramientas para manejar la situación y necesita ayuda cualificada. Además, en un porcentaje de casos puede haber una enfermedad detrás, por lo que el primer paso siempre es la revisión del veterinario para descartar una causa orgánica.
Síntomas de un gato asustado
No siempre es fácil percibir que la conducta de nuestro gato es una muestra de miedo. Muchas veces sus reacciones pueden parecernos de agresividad. Estas son las señales más comunes que indican que estamos ante un gato miedoso:
- Un gato asustado se esconde o busca esconderse desesperadamente en cualquier lugar, como bajo una cama o en lo alto de un armario.
- Si no consigue huir o no lo suficiente, es probable que bufe si te acercas.
- Gruñirá e incluso atacará con mordiscos y zarpazos si insistes en aproximarte.
- Tendrá el pelo erizado y las orejas hacia atrás, adoptando una postura defensiva y de alerta.
- Las pupilas estarán dilatadas.
- Cualquier ruido o movimiento desencadenará una reacción sobresaltada.
- Un gato muy miedoso puede dejar de comer o de utilizar el arenero si por algún motivo siente miedo en esas situaciones, por ejemplo si otro gato al que teme está en la zona.
- Camina encogido, como tratando de pasar desapercibido, y no se tumba a dormir estirado, en postura relajada o fuera de su escondite.
- Dejará de realizar conductas como el autoacicalado, el juego, la interacción, el marcaje facial, etc.
¿Por qué mi gatito está muy asustado?
Aunque normalmente asociamos más el miedo en gatos a los ejemplares adultos, lo cierto es que también podemos encontrarnos con un gatito asustado. En estos casos, estos pequeños acostumbran a reaccionar con miedo ante las personas. Esta conducta suele deberse a que no han tenido contacto suficiente con humanos durante su etapa de socialización.
Se trata de un periodo muy delicado en el que el gato puede aceptar nuevos estímulos de forma positiva. Sin exposición a los humanos en esta etapa, no es extraño que posteriormente reaccione con miedo ante nuestra presencia. Lo mismo puede sucederle, por ejemplo, ante otros animales. Si la madre es miedosa, es probable que transmita ese miedo a su camada.
Por otra parte, si acabamos de llevar a casa un gatito puede que se muestre miedoso. Es normal durante el periodo de adaptación porque es un cambio de vida radical y repentino. Además, si el pequeño ha tenido experiencias previas negativas o su socialización no ha sido del todo correcta, el miedo se acentuará.
¿Por qué mi gato adulto se asusta por todo?
Al igual que los gatitos, los gatos adultos pueden mostrar miedo cuando ha habido deficiencias en su socialización o, directamente, no han estado en contacto con personas, animales, etc. También si han tenido la desgracia de sufrir experiencias traumáticas, como el maltrato o el abandono. Pero no es necesario que la vivencia haya sido tan dura. Por ejemplo, un gato que está utilizando el arenero y se ve sorprendido por un fuerte ruido puede desarrollar miedo a su bandeja y negarse a volver a introducirse en ella.
Cuando un gato no cuenta con las herramientas como para adaptarse a las novedades de su entorno, cualquier estímulo nuevo puede generar miedo. Además, también hay que tener en cuenta el carácter del gato. Como las personas, algunos serán por naturaleza más desconfiados, más miedosos, más extrovertidos, etc.
En cualquier caso, hay que saber que los miedos que impiden al gato llevar una vida normal deben ser tratados por profesionales. Aunque el gato sea ya adulto y cueste más, igualmente hay que poner todos los medios para ayudarlo. Puede servirte de orientación en estos casos nuestro artículo Consejos para adoptar un gato callejero.
¿Cómo tranquilizar a un gato asustado?
Ante una situación de miedo puntual, lo mejor es que dejemos al gato tranquilo y no lo forcemos a establecer contacto. Hay que permitir que permanezca en su escondite el tiempo que necesite. En general, si tenemos un gato miedoso es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Los gatos necesitan tiempo para adaptarse a las nuevas situaciones. Introduce poco a poco cualquier cambio y ten mucha paciencia.
- No te acerques a él de pie de frente ni mirándolo directamente a los ojos. Para ellos resulta muy intimidante. Mejor agáchate y aproxímate de lado. Aprende a entender a tu gato en nuestro artículo Lenguaje y comunicación de los gatos.
- Si teme al contacto, cuando te acerques asegúrate de que tiene posibilidades de huir o de esconderse. Más que intentar tocarlo, espera a que sea él quien tome la iniciativa.
- Evita los movimientos bruscos y los ruidos fuertes.
- Ofrécele una comida o premios que le resulten especialmente atractivos. Es una forma de que te relacione con sensaciones positivas. Pon estas recompensas cerca de ti para que vea que puede estar a tu lado sin sufrir ningún daño.
- Por otra parte, ten en cuenta el enriquecimiento ambiental. Proporciónale un hogar a su medida, con escondites y distintas alturas y dedícale atenciones. Juega con él y dale cariño en la medida en la que te lo permita.
- Pauta una rutina con horas fijas para la alimentación, el juego, el cepillado, etc.
- Los gatos muy miedosos pueden estar más cómodos si tienen sus recursos en una misma estancia. Según adquieran confianza, irán ampliando su territorio.
- Pueden utilizarse feromonas para conseguir un efecto tranquilizador.
Todos estos consejos pretenden mejorar la calidad de vida del gato, ya que ningún animal puede vivir con miedo permanentemente. Por este mismo motivo, si el gato no mejora, es imprescindible ponerse en manos de un especialista que paute la terapia adecuada para tranquilizarlo.
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- Baciero, Gemma. «El estrés en el gato». Axón veterinaria 21. pp. 20-26.