¿Cómo enseñar a un gato a usar el arenero?
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Si bien llevan muchas décadas conviviendo con nosotros en entornos domésticos, los gatos conservan ciertos comportamientos instintivos. Aunque algunos de ellos pueden llegar a traer dolores de cabeza para los tutores (como el marcaje, por ejemplo), otros, en cambio, son innatos y facilitan la convivencia, también facilitan, como acudir a la caja de arena para orinar y defecar. Es por ello que, por lo general, no es necesario enseñar a un gato a usar el arenero.
Sin embargo, en ocasiones y principalmente durante las primeras semanas de los gatitos en un nuevo hogar, los tutores pueden tener que darles un “empujoncito” extra para que aprendan cuál es el lugar apropiado para hacer sus deposiciones. Si estás teniendo dificultades en este sentido, has llegado al sitio ideal, porque en este artículo del ExpertoAnimal te daremos las claves para enseñar a un gato cachorro o adulto a usar el arenero correctamente. ¡Sigue leyendo y descúbrelas!
¿Cuándo empiezan a usar el arenero los gatos?
Lo primero que necesitas saber es que el uso correcto del arenero está más relacionado con el proceso de maduración de los gatos que con su adiestramiento. Durante sus primeras semanas de vida, los gatitos se encuentran en pleno desarrollo físico y cognitivo, y aún no son capaces de controlar conscientemente su micción y defecación. En este período, la gata madre es la responsable de estimular con su lengua las vías de eliminación de sus crías, así como de enseñarles los códigos más fundamentales de la conducta social y la comunicación de los gatos. Por este y muchos otros motivos, resulta fundamental esperar a que los gatitos completen el período de destete antes de separarlos de su madre y sus hermanos.
Sin embargo, si has tenido que acoger a un gato recién nacido en tu hogar, deberás encargarte de esta función, por ello, en este otro artículo te enseñamos Cómo ayudar a un gatito a defecar correctamente después de alimentarlo. Entonces, ¿a qué edad los gatos usan el arenero? A medida que el tiempo vaya pasando, verás que a partir de su cuarta o quinta semana de vida tu gatito instintivamente empezará a acudir al arenero para hacer sus deposiciones.
Como decíamos, este es un comportamiento instintivo en los gatos que deriva de la necesidad de esconder el olor de sus heces en un entorno natural, con el principal objetivo de disuadir las presas que pueden encontrarse en los alrededores y que podrían escaparse al percibir la presencia de un depredador. Entonces, en teoría, un tutor solo necesitaría ocuparse de enseñar a un gato a usar el arenero en caso de que, habiendo trascurrido este tiempo de maduración, el gatito no muestra ningún interés en acudir a la caja de arena para orinar y defecar. Más adelante en este artículo te contaremos qué hacer en este caso, pero antes veamos cuáles son las pautas básicas para favorecer un buen uso del arenero.
¿Qué tener en cuenta antes de enseñar a un gato a usar el arenero?
Aunque los gatos tienen la capacidad innata de aprender a usar el arenero, hay ciertos descuidos que pueden llevarlos a rechazar o no asimilar la caja de arena, como el lugar más apropiado para hacer sus deposiciones. Entonces, si no quieres que tu gatito orine y/o defeque en sitios inapropiados, como en tu cama o el sillón, el primer paso es preparar correctamente su zona de eliminación. En este sentido, debes poner atención a las siguientes pautas básicas:
- La elección del arenero. Ha quedado atrás el tiempo en que solo existían las clásicas cajas de arena de plástico, y esta es una excelente noticia porque hoy puedes elegir un arenero más resistente, fácil de limpiar y que resulte más cómodo para tu gato. Encontrarás muchos modelos en el mercado, pero asegúrate de elegir uno que sea lo suficientemente amplio como para que tu gato pueda darse la vuelta dentro de él y lo suficientemente profundo como para que la arena no se salga hacia afuera. Para ayudarte, hemos listado Cuáles son los mejores areneros para gatos.
- El tipo de arena. Es una decisión igual o más importante que la elección de la caja, porque dependiendo del tipo de arena que uses, podrás tener que dedicar más o menos tiempo a la higiene del arenero. Por ejemplo, la arena aglomerante rinde más que la tradicional arena mineral absorbente y también facilita la limpieza de las heces. Además, debes tener en cuenta que no todos los gatos se adaptan a ciertos tipos de arena, hablamos de aquellos cuyos gránulos son más grandes y están hechos con un gel sintético. Aquí encontrarás los pros y los contras de los diferentes Tipos de arena para gatos, ¡no te los pierdas!
- La ubicación del arenero. Tampoco puedes olvidar que orinar y defecar supone un momento de mucha vulnerabilidad para los gatos, ya que no son capaces de reaccionar con tanta rapidez y destreza mientras su cuerpo se concentra en satisfacer estas necesidades fisiológicas. Entonces, a la hora de decidir dónde ubicar el arenero, asegúrate de elegir un sitio tranquilo, sin muchos ruidos ni un exceso de estímulos, y donde tu gato pueda tener fácil acceso y privacidad. Una vez elijas el lugar más adecuado para el arenero y veas que tu gato lo ha aceptado, esta ubicación debe ser definitiva porque un cambio repentino podrá generar rechazo.
- El arenero lejos de la comida. Otro punto clave respecto de la ubicación de la caja de arena es que siempre debe estar separada de las zonas de alimentación y descanso de tu minino. Los gatos son muy limpios por naturaleza y mantienen un cuidadoso ritual de higiene y acicalamiento, por lo que fácilmente rechazarán el uso del arenero en caso de que esté muy cerca de su comida y/o cama.
Por otro lado, ten en cuenta que si en el hogar ya vive un gato, deberás tener un arenero para cada uno más otro extra, como explicamos aquí: "¿Dos gatos pueden usar el mismo arenero?". Si necesitas más ayuda con estos preparativos, no dejes de echar un vistazo al siguiente artículo: "¿Cómo preparar la llegada de un gato a casa?".
¿Cómo enseñar a un gato bebé a usar el arenero?
Será después de su cuarta semana de vida cuando un gatito empezará a usar el arenero y, hasta que alcance esta edad, será la gata madre o tú en su ausencia quien se encargará de estimular sus vías de eliminación. Si sigues los consejos del anterior apartado, lo más probable es que tu minino empiece a acudir instintivamente a la caja de arena, pero si esto no llega a suceder, puedes hacer lo siguiente para enseñar a un gato cachorro a usar el arenero:
- Asegúrate de que el gatito pueda acceder al arenero. Si tu gatito aún es muy pequeño, puede que tenga dificultades para entrar en la caja de arena. Es clave tener esto en mente a la hora de elegir el arenero, pero también puedes ayudarlo poniéndolo dentro de la caja en los momentos en los que probablemente tendrá necesidad de orinar y defecar, es decir, después de que se despierte y después de alimentarse.
- Indícale que este es el sitio apropiado para hacer sus deposiciones. Una vez hayas ubicado el arenero, muéstrale que este es un sitio seguro, por ejemplo, removiendo lentamente la arena limpia con tus manos. En caso de que veas que el gatito está preparándose para orinar o defecar en otro sitio, puedes cogerlo suavemente y llevarlo inmediatamente al arenero para ayudarlo a asimilar que este es el lugar correcto para hacer sus deposiciones. Pero, si el gatito ya ha empezado a orinar o defecar, ¡no lo interrumpas!
- No seas tan estricto/a con la limpieza del arenero al principio. Aunque la higiene es clave para que un gato no rechace la caja de arena, cuando hablamos de un gatito que aún se está acostumbrando al arenero, el reconocimiento de su propio olor facilitará la asimilación de la zona de eliminación.
- Refuerza la buena conducta. En esta primera etapa, también es importante dar una recompensa a tu gatito cada vez que use correctamente el arenero. El refuerzo positivo ayudará a hacer que el gato asimile esta conducta como parte de su rutina y lo mantendrá motivado a seguir aprendiendo otros comportamientos deseables.
- Replantea la ubicación del arenero. Si percibes que tu gatito siempre acude a un mismo lugar cuando necesita hacer sus deposiciones, y en caso de que este sitio cumpla los requisitos básicos para alojar su zona de eliminación, una solución muy simple puede ser trasladar su caja de arena y definir esta como su ubicación definitiva. Así mismo, puedes colocar varios areneros si identificas más de una zona.
- Jamás lo castigues. No importa si hablamos de un gatito o de un gato adulto, regañarlo o castigarlo por satisfacer una necesidad fisiológica o llevar a cabo un comportamiento instintivo es contraproducente y nada recomendable. Cualquier tipo de maltrato o humillación solo hará que tu gato se estrese y te tenga miedo, lo que afectará a su confianza y aumentará las probabilidades de que desarrolle un problema de conducta realmente complejo, como la agresividad.
Finalmente, si siguiendo todos estos consejos tu gato no quiere usar el arenero o tiene dificultades para orinar y defecar, recomendamos que acudas al veterinario para constatar su estado de salud.
¿Cómo enseñar a un gato adulto a usar el arenero?
Si hablamos de un gato adulto recientemente adoptado, debemos tener en cuenta que un correcto uso del arenero será parte de su adaptación al nuevo hogar. Todas las precauciones y buenas prácticas que vimos anteriormente deben ser aplicadas para favorecer la asimilación de la zona de eliminación, así como estos consejos para ayudar a un gato a adaptarse a su nueva casa. Además, deberás tener en cuenta lo siguiente:
- Ubicar varios areneros en diferentes puntos de la casa también suele ser útil para evitar que el gato orine en lugares inapropiados, además de ayudarte a identificar donde él se siente más cómodo y seguro para hacer sus deposiciones, lo que facilitará la determinación de la ubicación definitiva del arenero.
- En caso de que este minino haya vivido mucho tiempo en la calle, es muy probable que tenga comportamientos instintivos y sexuales bastante acentuados. Uno de los principales es el marcaje con orina, que no es exclusivo de los machos (sí, las hembras también marcan) y no sirve solo para delimitar territorio, sino también para comunicar su disponibilidad al apareamiento y atraer posibles parejas. Entonces, si tienes un gato adulto que marca con orina por toda la casa, una de las medidas que deberías evaluar es la castración que, además de prevenir enfermedades, es muy eficaz para controlar conductas asociadas al deseo sexual y lograr que un gato tenga un comportamiento más dócil y favorable al adiestramiento. Recomendamos que hables con un veterinario de confianza para evaluar los beneficios y posibles consecuencias de castrar a tu gato.
¿Qué hago si mi gato no quiere usar el arenero?
Si hablamos de un gato adulto que ya estaba acostumbrado a su hogar y al uso del arenero, pero que empieza a hacer sus deposiciones en lugares inusuales o muestra cambios en sus patrones de eliminación, el primer paso será acudir al veterinario. Hay muchas enfermedades que pueden afectar al tracto gastrointestinal y al sistema urinario de los gatos, por lo que tu prioridad debe ser descartarlas.
En caso de que, felizmente, se descarte una enfermedad subyacente, tendrás que prestar atención a la rutina y al ambiente de tu minino para constatar la causa de estas alteraciones en sus hábitos de eliminación. Pero si recientemente te has mudado con tu minino, esta puede ser la razón por la que tu gato no reconoce su nueva zona de eliminación. Igualmente, cada cambio, por pequeño que sea, puede desarrollar en tu gato un estado de estrés que lo lleve a no usar el arenero.
En caso de mudanza, recomendamos que trates de elegir un ambiente lo más similar posible al anterior, siguiendo las mismas recomendaciones básicas de las que hablamos en los anteriores apartados, y que trates de no ser tan estricto con la limpieza durante los primeros días del gato en su nuevo hogar para permitirle reconocer sus propios olores. Además, aquí tienes un paso a paso completo para organizar una mudanza: "¿Cómo mudarse con un gato?".
Por último, si recientemente has introducido un nuevo minino en el hogar, recuerda que lo ideal es que dos gatos no compartan el mismo arenero. La mejor manera de favorecer la buena convivencia entre dos gatos y evitar disputas innecesarias es que cada uno cuente con sus propios recursos de alimentación, descanso y eliminación.
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