Diarrea en perros mayores - Causas y qué hacer
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La diarrea en perros mayores o geriátricos es un motivo de consulta frecuente en la clínica de pequeños animales. Se trata de un signo clínico que puede aparecer asociado a múltiples patologías, no solo digestivas, sino también relacionadas con otros órganos y sistemas. Identificar la causa concreta de la diarrea será fundamental para instaurar un tratamiento específico y controlar el proceso.
Si quieres conocer más información sobre la diarrea en perros mayores, causas y qué hacer te recomendamos que sigas leyendo el siguiente artículo de ExpertoAnimal.
Tipos de diarrea en perros mayores
Antes de abordar las distintas causas que pueden producir diarrea en perros mayores, es preciso que diferenciemos los tipos de diarrea que existen.
En función de la cronicidad del proceso, hablamos de:
- Diarreas agudas: aquellas que duran menos de 3 semanas. Tienen un desarrollo rápido y llamativo, y suelen acompañarse de decaimiento y mal estado general del animal.
- Diarreas crónicas: aquellas que se prolongan más de 3 semanas. También se incluyen en este grupo las diarreas intermitentes. Presentan un desarrollo lento y el estado general del animal se deteriora más paulatinamente.
Además, en función del tramo intestinal que se vea afectado, las diarreas también se pueden clasificar en:
- Diarreas de intestino delgado: tienen un color marrón claro o amarillento, el volumen por deposición está aumentado y pueden presentar alimentos sin digerir, espuma, sangre digerida (melena) o grasa (esteatorrea).
- Diarreas de intestino grueso: suelen presentar un color normal, moco y/o sangre fresca. En este caso el volumen por deposición es normal pero la frecuencia de defecación está aumentada.
Conocer la cronicidad de la diarrea y el segmento intestinal que se ve afectado será fundamental para orientar el diagnóstico en estos animales.
Si quieres saber más sobre los Tipos de diarrea en perros, no dudes en echarle un vistazo a este otro artículo que te recomendamos.
Enfermedad inflamatoria intestinal o IBD
La IBD es una de las causas más frecuentes de diarrea crónica en perros adultos y ancianos. Engloba un grupo de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de una respuesta inflamatoria a nivel de la mucosa intestinal. Este proceso inflamatorio impide que los nutrientes se puedan absorber en el intestino, lo que incrementa la presión osmótica a nivel de la luz intestinal, reteniéndose agua y apareciendo la diarrea crónica.
Hasta la fecha se considera una enfermedad idiopática, es decir, de origen desconocido. Se cree que se trata de un proceso multifactorial en el que pueden intervenir mecanismos inmunológicos, alérgicos, dietéticos o disbióticos, aunque no se conoce con exactitud. Sin embargo, cabe destacar que recientemente se ha descubierto que en la colitis ulcerosa-histiocítica del bóxer está involucrada la bacteria E. coli.
La IBD puede afectar al intestino delgado (ID), al intestino grueso (IG), o incluso a ambas porciones:
- IBD de intestino delgado: se puede observar diarrea crónica de ID (con heces color mostaza y acuosas), vómitos biliosos con el estómago vacío, pérdida de peso y dolor abdominal crónico. El dolor abdominal se puede manifestar en forma de posiciones antiálgicas (praying position) o en forma de ataques (pueden llegar a confundirse con convulsiones epilépticas)
- IBD de intestino grueso: los pacientes presentan diarrea crónica de IG (con abundante moco y sangre fresca), tenesmo (necesidad de defecar continuamente) y aumento de las deposiciones, pero en este caso no suelen producirse vómitos ni pérdida de peso.
Para el diagnóstico definitivo de la IBD es necesario:
- Realizar una endoscopia del segmento intestinal afectado.
- Tomar una biopsia de la mucosa intestinal afectada para realizar un análisis histopatológico.
El manejo terapéutico de la IBD canina se basa en dos pilares:
- Tratamiento dietético: se debe administrar una dieta baja en grasa y baja en fibra, con proteínas hidrolizadas y con una proporción 1:5 o 1:10 de ácidos grasos Omega-3: Omega-6.
- Tratamiento farmacológico: se basa en el empleo de fármacos inmunosupresores y antiinflamatorios. El tratamiento de elección para ambos tipos de IBD es la prednisona. No obstante, existen otros fármacos como la ciclosporina, la azatioprina, el metronidazol o la sulfasalazina, que se pueden emplear tanto solos como combinados para el tratamiento de la IBD. En el caso concreto de la colitis ulcerosa histiocitica del bóxer, el tratamiento de elección es el antibiótico enrofloxacino, puesto que en su patogenia está involucrado E. coli.
No obstante, debemos saber que dicho tratamiento no es curativo, sino simplemente sintomático. Por ello, es frecuente que se produzcan recidivas en estos pacientes. Si quieres saber más sobre la Enfermedad inflamatoria intestinal en perros: síntomas y tratamiento, no dudes en echarle un vistazo al siguiente post de ExpertoAnimal.
Tumores intestinales
Los tumores intestinales son otra causa de diarrea crónica en perros adultos y mayores.
Al igual que ocurre en la IBD, los tumores también se clasifican en función del tramo de intestino al que afectan. De esta manera, encontramos:
- Tumores de intestino delgado: fundamentalmente carcinomas y linfosarcomas. Ambos producen diarrea crónica, vómitos, alteración del apetito, pérdida de peso y dolor abdominal. ¿Cómo cuidar un perros con linfoma? Descubre la respuesta en el siguiente artículo que te sugerimos.
- Tumores de intestino grueso: pueden ser adenomas, carcinomas, linfosarcomas, leiomiomas, leiomiosarcomas o tumores estromales. En estos tumores se puede observar moco y sangre fresca en heces, disquecia (dolor al defecar) y tenesmo (necesidad continua de defecar).
El diagnóstico definitivo se realiza por medio de biopsia y análisis histopatológico, dado que es el único modo de conocer con exactitud el tipo de tumor que presenta el animal. La muestra de biopsia se puede obtener por medio de endoscopia o de laparotomía exploratoria.
El tratamiento depende del tumor intestinal concreto, aunque generalmente se resume en dos estrategias:
- Escisión quirúrgica: en el caso de los adenomas y los carcinomas. El pronóstico es bueno tras la cirugía.
- Quimioterapia: en los linfosarcomas. En estos casos, a pesar del tratamiento, el pronóstico es reservado. Te contamos más sobre la Quimioterapia en perros: efectos secundarios y medicamentos en este post de ExpertoAnimal.
Pólipos intestinales
Los pólipos intestinales son crecimientos hiperplásicos de origen no tumoral que suelen aparecer en la mucosa del colon o del recto y, ocasionalmente, en el intestino delgado. Son masas pedunculadas, solitarias o múltiples, que suelen presentar la mucosa intestinal ulcerada.
Estos pólipos aparecen con más frecuencia en perros de edad media-avanzada y pueden producir la siguiente sintomatología:
- Diarrea crónica.
- Tenesmo: necesidad continua de defecar. Te dejamos el siguiente artículo sobre por qué Mi perro defeca mucho: causas y soluciones, a continuación.
- Hematoquecia: sangrado vía rectal.
- Melena: heces oscuras debido a la presencia de sangre digerida.
- Vómitos.
Su diagnóstico requiere la realización de endoscopia, biopsia y análisis histopatológico para confirmar que se trata de una lesión no tumoral.
El tratamiento de los pólipos intestinales es quirúrgico y consiste en la resección de la parte de intestino afectada.
Enfermedad renal crónica (ERC)
La ERC es una patología caracterizada por la pérdida de la función renal progresiva e irreversible. Se trata de una de las enfermedades más importantes en perros geriátricos. Tanto es así, que constituye la tercera causa de muerte en estos animales.
Pese a tratarse de una patología que afecta a los riñones, produce una sintomatología muy variada que puede afectar a múltiples aparatos y sistemas, incluido el digestivo. Entre otras cosas, en los perros con ERC se produce un acúmulo de urea y creatinina en la sangre (azotemia), que puede originar la aparición de diarrea.
Aunque se trata de una enfermedad incurable, se debe instaurar un tratamiento nefroprotector para enlentecer la progresión de la enfermedad, así como un tratamiento sintomático para aliviar los signos clínicos del animal (incluyendo la diarrea). En concreto, el manejo terapéutico de la ERC incluye:
- Tratamiento médico: se debe restaurar el equilibrio hidroelectrolítico y ácido-base mediante fluidoterapia, así como tratar la hipertensión con vasodilatadores.
- Tratamiento dietético: se debe aportar una “dieta renal” que contenga altos niveles de ácidos grasos Omega-3, antioxidantes y fibra soluble, así como niveles reducidos de sodio, fósforo y proteínas.
Enfermedades hepáticas
Las sales biliares son imprescindibles para la formación de micelas y absorción de grasas a nivel intestinal. Cuando existe alguna patología hepática que disminuye la producción de sales biliares o impide que la bilis llegue al intestino (colestasis), no se produce una correcta digestión de las grasas y aparece un cuadro de diarrea de intestino delgado.
En concreto, la diarrea suele aparecer acompañada de otros signos clínicos inespecíficos (como vómitos, poliuria y polidipsia o pérdida de peso) en el primer estadio de la enfermedad, antes de que aparezcan síntomas sugerentes de enfermedad hepática (como ictericia, ascitis o encefalopatía hepática).
El manejo terapéutico en este caso irá encaminado a instaurar un tratamiento específico de la patología hepática o biliar que esté ocasionando la diarrea, pudiendo incluir:
- Tratamiento farmacológico y/o quirúrgico.
- Protectores hepáticos: como ácido ursodeoxicólico, silimarina, etc.
- Manejo dietético: deberá diseñarse una dieta específica para cada paciente, aunque en general se tratará de una dieta muy digestible, rica en hidratos de carbono de fácil asimilación y moderada en grasa.
Insuficiencia pancreática exocrina
Una etiología que nunca debemos olvidar en los perros con diarrea es la insuficiencia pancreática exocrina. Durante el curso de esta enfermedad, se produce un déficit en la síntesis y secreción de enzimas pancreáticas, las cuales son imprescindibles para la digestión de hidratos de carbono, proteínas y grasas.
La ausencia de estas enzimas impide que los nutrientes se digieran y se absorban, produciéndose un Síndrome de maldigestión – malabsorción. Como consecuencia, se puede observar la siguiente sintomatología:
- Diarrea crónica de intestino delgado.
- Pérdida de peso muy marcada.
- Apetito voraz: es frecuencia que presenten polifagia, coprofagia y comportamiento de pica.
El manejo terapéutico consiste en el aporte de enzimas pancreáticas mezcladas con la comida. Se trata de un tratamiento de por vida, aunque el pronóstico es bueno y los animales suelen mejorar enormemente tras iniciar la administración de enzimas.
Otras causas
A lo largo de este artículo, hemos descrito las principales causas que pueden originar un cuadro de diarrea en los perros mayores. No obstante, existen otras etiologías que también pueden producir este signo clínico en los perros, independientemente de cuál sea su edad:
- Cambios bruscos en la dieta: los perros tienen un aparato digestivo especialmente sensible a los cambios de dieta. Por ello, siempre que realicemos un cambio de un pienso a otro, es importante mezclar el pienso nuevo con el anterior, e ir incrementando la cantidad del pienso nuevo a medida que el animal lo va tolerando. En caso de raciones caseras, siempre que se introduzca un alimento nuevo se debe hacer en pequeñas cantidades
- Dieta inadecuada: los procesos diarreicos se producen con frecuencia cuando los cuidadores comparten la comida con sus mascotas. Por ello, se debe evitar el aporte de cualquier alimento que no forme parte de la dieta habitual de los perros, para evitar la aparición de alteraciones digestivas.
- Gastroenteritis infecciosas: tanto bacterianas (como la salmonelosis), como víricas (como el moquillo canino).
- Parasitosis intestinales: por protozoos, nematodos o cestodos, en aquellos animales que no están correctamente desparasitados.
Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.
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- Strombeck, D. R., Guilford, W. G., & Taibo Rubén A. (1995). Enfermedades digestivas de los animales pequeños (2a. ed.). Inter-Médicas.