Mi perro no come y bebe mucha agua – Causas

La enfermedad renal crónica (ERC) es la patología renal más común en perros, de hecho, constituye la tercera causa de muerte en perros geriátricos. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de una lesión renal que conlleva la pérdida progresiva, permanente e irreversible de la función del riñón.

Esta disfunción renal hace que:

• Se acumulen sustancias tóxicas en la sangre: hablamos de la uremia, que origina anorexia, entre otros signos clínicos.
• Como mecanismo compensador, las nefronas (unidad funcional del riñón) que sobreviven aumenten su filtración, lo que supone un incremento en la producción de orina. Para evitar la deshidratación, los perros intentan compensar la mayor producción de orina consumiendo un mayor volumen de agua.

Además de la anorexia y la polidipsia, la ERC puede cursar con otra gran variedad de signos clínicos:

• Depresión.
• Pérdida de peso.
• Vómitos y diarrea.
• Deshidratación.
• Encefalopatía.
• Estomatitis urémica.
• Diátesis hemorrágica.
• Anemia.
• Ceguera.
• Alteraciones óseas.

Por desgracia, no existe tratamiento curativo, por lo que el manejo de la enfermedad se basa únicamente en la administración de un tratamiento sintomático y nefroprotector. Normalmente se emplean fármacos vasodilatadores IECAs y una dieta renal (baja en proteína, sodio y potasio, y rica en ácidos grasos omega 3, fibra soluble y antioxidantes).

No dudes en echarle un vistazo al siguiente artículo de ExpertoAnimal sobre los Problemas renales en perros, enfermedades, causas y síntomas aquí.

El Síndrome de Addison es una patología endocrina que se caracteriza por la existencia de un déficit de las hormonas producidas por la corteza adrenal, fundamentalmente cortisol y aldosterona.

En estos animales es habitual encontrar pérdida de apetito que evoluciona a anorexia completa, e incremento del consumo de agua (polidipsia). Además, es habitual observar otros síntomas, como:

• Incremento del volumen de orina (poliuria).
• Debilidad, depresión y pérdida de peso.
• Vómitos, diarrea y dolor abdominal.
• Hipotermia.
• Temblores y ataques convulsivos.
• Ceguera.

El manejo de esta enfermedad requiere un tratamiento de por vida a base de glucocorticoides (hidrocortisona o prednisona) y mineralocorticoides (fludrocortisona o privalato de desoxicorticosterona). No obstante, cabe destacar que aunque no exista una terapia específica frente el Síndrome de Addison, el pronóstico de estos pacientes es excelente si se cumple con el tratamiento descrito.

Generalmente, los primeros signos que se observan en los perros con enfermedad hepática son signos inespecíficos, entre los que se encuentran la anorexia y la polidipsia, además de otros como depresión, poliuria, vómitos, diarrea, pérdida de peso, etc.

Tras una primera fase de síntomas inespecíficos, suelen aparecen signos sugestivos de enfermedad hepática, como:

• Ictericia: coloración amarillenta de las mucosas.
• Ascitis: acúmulo de líquido en la cavidad abdominal.
• Signos neurológicos de encefalopatía hepática.
• Tendencia a las hemorragias.
• Cálculos urinarios.

El tratamiento de las enfermedades hepáticas en los perros varía en función de la patología concreta, pudiendo abordarse de forma médica y/o quirúrgica. Además, habitualmente se suelen administrar hepatoprotectores y antioxidantes, como el ácido ursodeoxicólico, la vitamina E o la silimarina.

No dudes en conocer otros Problemas de hígado en perros, sus causas y síntomas en el siguiente artículo que te recomendamos.

La hipercalcemia (incremento de los niveles de calcio en sangre) puede producirse asociada a una gran variedad de patologías, entre las que se encuentran:

• Tumores: son la causa principal de hipercalcemia en el perro, siendo los más típicos el linfosarcoma, el adenocarcinoma de sacos anales y otros carcinomas. Échale un vistazo al siguiente artículo sobre los Tumores en perros: tipos, síntomas y tratamiento.
• Hiperparatiroidismo primario: producido por una afección directa de la glándula paratiroides.
• Hiperparatiroidismo renal: aparece en perros con Enfermedad Renal Crónica.
• Hiperparatiroidismo nutricional: como consecuencia de dietas muy ricas en carne (especialmente carne cruda) que son ricas en fósforo y pobres en calcio y vitamina D3. Cada vez es más frecuente, debido a las dietas BARF.
• Intoxicaciones: por ingestión accidental de rodenticidas o algunos fármacos.

La hipercalcemia, además de anorexia y polidipsia, puede producir signos como:

• Poliuria: aumento del volumen de orina.
• Debilidad y letargo.
• Vómitos.
• Estreñimiento.
• Arritmias.
• Convulsiones.
• Temblores musculares.

Dado que no existe ningún protocolo único y efectivo para todas las causas de hipercalcemia, resulta necesario identificar la causa subyacente e instaurar una terapia especifica frente a la misma, siempre que sea posible. Si no existe tratamiento específico, debe instaurarse una terapia de soporte con fluidoterapia, corticoides, diuréticos y bifosfonatos, para incrementar la excreción urinaria de calcio y evitar la reabsorción de calcio en los huesos.

La hipopotasemia consiste en la disminución de los niveles de potasio en sangre. En los perros, suele producirse como consecuencia de:

• Pérdida renal de potasio: en enfermedad renal crónica, acidosis tubular, etc.
• Pérdida gastrointestinal: como consecuencia de vómitos y/o diarreas profusas, debido a que el contenido gastrointestinal es rico en potasio.

Los perros con hipopotasemia suelen presentar pérdida de apetito e incremento del consumo de agua. Además, es común observar en ellos:

• Poliuria: aumento del volumen de orina.
• Debilidad muscular generalizada.
• Letargo y confusión.
• Taquicardia.

El tratamiento de la hipopotasemia debe enfocarse a:

• Corregir la enfermedad subyacente que la origina.
• Reponer los niveles de calcio: bien vía oral, o bien vía parenteral mediante fluidoterapia.

Otra de las causas que puede provocar un cuadro de anorexia y polidipsia en perras es la piometra, la cual constituye la patología uterina más frecuente en las perras que han alcanzado la madurez sexual. En concreto, la piometra consiste en una infección purulenta del útero que se produce cuando los niveles de progesterona son elevados, es decir, en las semanas siguientes al celo.

Además de los síntomas ya mencionados, las perras con piometra suelen presentar:

• Secreciones vaginales sanguinolentas un purulentas: no obstante, se observará descarga vaginal en las piometras abiertas (aquellas en las que el cuello de útero permanece abierto), pero no en las piometras cerradas.
• Fiebre.
• Letargo y depresión.
• Poliuria: aumento del volumen de orina.
• Vómitos y diarrea.
• Dilatación abdominal.

En casos severos o en ausencia de tratamiento veterinario, pueden llegar a producirse complicaciones graves como septicemia, toxemia, peritonitis e insuficiencia renal, las cuales pueden tener consecuencias fatales. Por ello, tan pronto como se diagnostique la infección, es fundamental instaurar un tratamiento, que será médico o quirúrgico en función de la gravedad del proceso.

No dudes en consultar el siguiente artículo sobre la Piómetra canina: causas, síntomas y tratamiento para tener más información sobre el tema.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

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