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Bloodhound o perro de San Huberto

Equipo Editorial de ExpertoAnimal
Por Equipo Editorial de ExpertoAnimal. Actualizado: 22 noviembre 2021
Bloodhound o perro de San Huberto

El bloodhound, también conocido como perro de San Huberto, es originario de Bélgica. Hablamos de una de las razas de perros más antiguas del mundo, que además posee características físicas imponentes, gracias a su tamaño y aspecto. Sin embargo, el carácter del bloodhound sorprende a todo aquél que lo conoce, pues se trata también de una raza canina muy equilibrada que crea vínculos fuertes con sus tutores, a quienes sigue y protege.

Si estás valorando la opción de adoptar un bloodhound o, simplemente, quieres saber más sobre el perro de San Huberto sigue leyendo, en esta ficha de raza de ExpertoAnimal te mostraremos todo lo que necesitas saber sobre el bloodhound o perro de San Huberto, probablemente el perro con el mejor olfato del mundo. ¡Sigue leyendo!

Origen
  • Europa
  • Bélgica
Clasificación FCI
  • Grupo VI
Características físicas
Altura
  • 15-35
  • 35-45
  • 45-55
  • 55-70
  • 70-80
  • Más de 80
Peso adulto
  • 1-3
  • 3-10
  • 10-25
  • 25-45
  • 45-100
Esperanza de vida
  • 8-10
  • 10-12
  • 12-14
  • 15-20
Actividad física recomendada
  • Baja
  • Media
  • Alta
Ideal para
Recomendaciones
  • Arnés
Clima recomendado
Tipo de pelo

Índice

  1. Origen del perro bloodhound o perro de San Huberto
  2. Características del bloodhound o perro de San Huberto
  3. Carácter del bloodhound o perro de San Huberto
  4. Cuidados del bloodhound o perro de San Huberto
  5. Educación del bloodhound o perro de San Huberto
  6. Salud del bloodhound o perro de San Huberto

Origen del perro bloodhound o perro de San Huberto

Poco se puede afirmar con precisión sobre los orígenes de estos canes, pero se estima que sus antepasados serían perros robustos, de color negro o negro y fuego, que solían acompañar al propio monje Hubert en sus jornadas de cacería. Posteriormente, este monje sería canonizado y entraría a formar parte de la historia como "Saint Hubert", patrono de la caza y fundador de la orden de los monjes de Saint-Hubert.

Ello explica no solo el nombre de la raza, sino también el motivo que explica por qué su creación está tradicionalmente atribuida a los monjes de Saint-Hubert, que habitaban en el Monasterio de Andain, situado en la parte belga de Ardenas. Estos perros podrían haber permanecido "aislados" en esta región durante varios años, hasta que el rey Guillermo "el Conquistador" decide importar a Inglaterra algunos ejemplares durante el siglo XI.

El bloodhound tal y como lo conocemos en la actualidad, muy probablemente, es el resultado de cruces selectivos entre los descendientes directos de los perros de San Huberto importados de Bélgica con algunos individuos de la raza bullmastiff.

Por su extraordinario olfato, el perro de San Huberto ha sido históricamente entrenado como perro detector o de rastreo. Poco tiempo después de su creación, la raza ya era utilizada en las búsquedas y en el rescate de los peregrinos que se perdían entre las montañas y los bosques de la región de Ardenas. El bloodhound también se ha empleado durante muchos años en la caza mayor, en especial de jabalíes o cerdos salvajes.

En el estándar oficial de la Federación Cinológica Internacional (FCI), el bloodhound está clasificado en la sección 1.1 del grupo 6, que comprende a los perros de tipo sabueso de tamaño grande. [1]

Características del bloodhound o perro de San Huberto

El bloodhound o perro de San Huberto es un perro de gran tamaño que destaca por su cuerpo macizo, ligeramente más largo que alto (perfil rectangular), con pecho amplio, largo y ovalado, patas fuertes y musculatura bien desarrollada. De hecho, está considerado como el más poderoso entre todos los perros de tipo sabueso, según el estándar oficial de la FCI [1].

Las hembras pueden medir entre 58 y 63 cm de altura a la cruz, mientras los machos miden entre 63 y 69 cm. El peso corporal ideal de la raza se sitúa alrededor de los 41 y 50 kg, siendo consideradas las dimensiones de cada individuo. A pesar de su tamaño y robustez, el perro de San Huberto no debe ser gordo ni tosco, mostrando líneas harmoniosas y siendo capaz de ejecutar movimientos precisos y ágiles.

Uno de los rasgos más llamativos del bloodhound es la piel fina y colgante que se observa en la región del cuello y de la cabeza, formando abundantes arrugas y pliegues. Su cabeza, que muestra un perfil cuadrado con stop poco pronunciado, puede resultar algo similar a la del basset hound, pero es notablemente más grande e imponente, aunque no deba ser excesivamente ancha. El hocico es ancho y debe ser tan largo como el cráneo del perro, manteniendo una amplitud uniforme en toda su longitud.

Las orejas delgadas y flexibles del perro de San Huberto también son muy llamativas, tanto por su gran tamaño como por la textura aterciopelada que revelan al tacto. Su inserción es bien baja, pudiendo empezar a la altura de los ojos o inclusive más abajo, y extendiéndose casi hasta la base del cuello. Eventualmente, los ojos del bloodhound le pueden conceder un aspecto algo "tristón" por sus párpados inferiores distendidos, dejando parte de su conjuntiva a la vista. No obstante, los ojos hundidos y los parpados demasiado distendidos no son deseables, ya que pueden llegar a perjudicar la salud del animal.

El manto del bloodhound está compuesto por pelo liso, cortos y duro, tornándose más suave al tacto en las orejas y en la cabeza, y más áspero y largo en la cola. Respecto al color del pelaje, son aceptadas tres variaciones: el rojo sólido (o unicolor), el bicolor negro y fuego, y el bicolor fuego e hígado. Si bien no es una característica deseable, se tolera la presencia de pelo blanco en los dedos, en la extremidad de la cola y en la parte anterior del tórax.

Carácter del bloodhound o perro de San Huberto

Detrás de la apariencia de "gigante macizo", el perro de San Huberto revela una personalidad amigable, dócil y bastante tranquila. Estos peludos suelen formar un vínculo muy especial con sus tutores, a quienes demuestran extrema lealtad.

Cuando son correctamente socializados, también pueden mostrarse muy sociables con personas y animales desconocidos, y suelen resultar especialmente gentiles y pacientes con los niños. A estos perros no les agrada la soledad y, si pasan muchas horas solos, pueden desarrollar problemas de comportamiento, como la destructividad o la ansiedad por separación. Por ello, no son recomendables para quienes buscan una raza de perro más independiente.

Por supuesto, el comportamiento de cada perro no se determina únicamente por su raza o linaje, sino que depende mayormente de la educación, del ambiente y de los cuidados proporcionados por sus tutores. Por esta razón, si quieres obtener un can obediente y equilibrado, necesitarás brindarle las condiciones óptimas para su desarrollo físico y mental, además de invertir en su educación y socialización temprana.

Cuidados del bloodhound o perro de San Huberto

Al tratarse de un perro grande y robusto, el bloodhound necesita espacio para desarrollarse y expresarse libremente. Aunque por su carácter dócil y su lealtad a su tutor pueda adaptarse a diferentes entornos, lo ideal es contar con un espacio abierto de dimensiones razonables, como un patio o un jardín, donde tu perro pueda correr, saltar, jugar y explorar los estímulos a su alrededor. Eso no significa que el perro deba vivir en el exterior, todo lo contrario, sino que debe disponer de un espacio acorde con su tamaño.

El mantenimiento de su pelaje es bastante sencillo y requiere poco tiempo por parte del tutor: con un cepillado a la semana será más que suficiente para eliminar el pelo muerto y evitar la acumulación de suciedad en su manto. Los baños pueden ser realizados solo cuando el perro esté realmente sucio, intentando no bañarlo más de una vez a la semana o cada 15 días. Lo ideal es realizar un baño cada dos o tres meses. Los baños excesivos eliminan la capa de grasa que reviste y protege naturalmente el cuerpo de los perros, dejándolos más expuestos a numerosas enfermedades y problemas de piel.

No obstante, será esencial revisar regularmente sus orejas y la piel plegada o arrugada para evitar la concentración de humedad, impurezas y microorganismos que pueden conllevar a una infección. Podemos limpiar estas zonas utilizando una gasa, por ejemplo, asegurándonos que queden siempre bien secas.

Si bien el perro de San Huberto no es precisamente un perro hiperactivo, sí tiene mucha energía y predisposición al entrenamiento. La actividad física será fundamental para la gestión de un peso saludable (algo esencial considerando su tendencia a la obesidad), en la conservación de un comportamiento estable y calmado, y en la prevención de síntomas de estrés y problemas de conducta. Como mínimo, necesitarás sacar a pasear a tu perro unas 2 o 3 veces al día, ofreciéndole paseos de 30 a 45 minutos, e intentando variar sus trayectos e incorporar nuevas actividades y juegos en la tradicional caminata. Además, puedes considerar la posibilidad de iniciarlo en el agility u en otro deporte canino.

Tan importante como ejercitar su cuerpo será estimular la mente de tu bloodhound y enriquecer su ambiente. Considerando su poderoso olfato, el searching o sembrado para perros puede ser una excelente actividad para incentivar el desarrollo cognitivo de tu can. Pero no olvides que el adiestramiento es el mejor y más completo ejercicio que puedes brindar a tu mejor amigo, por lo que te recomendamos leer los 5 trucos de adiestramiento que todo propietario debe conocer. Además, puedes proponer juegos de inteligencia caseros para compartir un buen rato con tu peludo y estimular su inteligencia.

Por último y no menos importante, los perros de San Huberto, al igual que todos los animales, necesitan una nutrición completa y equilibrada para desarrollarse plenamente a nivel físico, emocional, cognitivo y social. Existen varios tipos de alimentación para perros que puedes considerar ofrecer a tu mejor amigo, desde basar su dieta únicamente en el consumo de piensos balanceados hasta inclinarse por los beneficios de una dieta BARF. Pero necesitarás consultar un veterinario antes de decidirte para verificar cual es el el tipo de nutrición más adecuada para tu peludo, teniendo en cuenta su edad, tamaño, peso y estado de salud.

Educación del bloodhound o perro de San Huberto

La educación del perro bloodhound debe empezar en sus etapas tempranas, cuando aún es un cachorro, aunque es importante resaltar que siempre es posible educar y adiestrar a un perro adulto. La educación del cachorro empieza con la socialización, una etapa que comprende desde las tres semanas hasta los tres meses de vida. En este período debemos garantizar que el cachorro de perro de San Huberto se relacione con todo tipo de personas, animales, objetos y entornos, además de asegurar que todas las interacciones sean positivas. Esto repercutirá directamente en el carácter que tendrá en su etapa adulta, por lo que si deseamos tener un perro equilibrado será fundamental prestar mucha atención a la socialización del bloodhound.

También en su etapa de cachorro enseñaremos al bloodhound a hacer sus necesidades en el periódico y a gestionar correctamente la mordida para no hacer daño. Así mismo, le iniciaremos en las normas del hogar, siempre de forma positiva y sin utilizar el castigo. Recordemos que estas normas deben fijarse con todos los miembros de la unidad familiar, pues es importante que todos sigan las mismas para evitar confundir al perro.

Más adelante, cuando empecemos el calendario de vacunas, podremos sacar a nuestro joven bloodhound a la calle y seguir con su socialización. En este momento deberá aprender también a hacer sus necesidades en la calle y le iniciaremos en las órdenes básicas de adiestramiento, fundamentales para una correcta comunicación con las personas y para fomentar una conducta positiva y educada.

Ya en su etapa adulta seguiremos trabajando las órdenes de obediencia para evitar que las olvide. Incorporaremos ejercicios más complejos para estimular su mente y, en definitiva, seguiremos trabajando para mantener un carácter estable y positivo. Para ello utilizaremos siempre el refuerzo positivo, premiando con comida, caricias y palabras amables el comportamiento del can. Recordemos que la educación en positivo favorece el aprendizaje y el vínculo con el propietario[4]. Así mismo, en ningún caso utilizaremos el castigo físico, ya que ello puede provocar la aparición de problemas de conducta, como la agresividad[5].

Salud del bloodhound o perro de San Huberto

Como todas las razas caninas, los perros de San Huberto pueden tener cierta predisposición genética a desarrollar algunas enfermedades hereditarias y degenerativas. Las afecciones más comunes en estos perros suelen ser la displasia de cadera y la torsión de estómago[2] [3]. Pero los siguientes problemas de salud también pueden ser diagnosticados eventualmente en el bloodhound:

Además, el bloodhound también puede verse afectado por otras enfermedades comunes en los perros y es propenso a la obesidad. Por ello, es esencial proporcionar una adecuada medicina preventiva a tu mejor amigo a lo largo de toda su vida. Recuerda realizar visitas al veterinario cada 6 meses para constatar su estado de salud, respetar su calendario de vacunas y desparasitarlo periódicamente con productos de buena calidad adecuados según el tamaño, peso y edad.

Con los cuidados adecuados y mucho afecto, la esperanza de vida del bloodhound se sitúa entre los 10 y 12 años.

Referencias
  1. Estándar Bloodhound FCI: http://www.fci.be/Nomenclature/Standards/084g06-es.pdf
  2. Base de datos CIDD: http://cidd.discoveryspace.ca/breed/bloodhound.html
  3. CIDD Database Bloodhound - UPEI Disponible en: http://cidd.discoveryspace.ca/breed/bloodhound.html
  4. Deldalle, Stéphanie, and Florence Gaunet. "Effects of 2 training methods on stress-related behaviors of the dog (Canis familiaris) and on the dog–owner relationship." Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research 9.2 (2014): 58-65.
  5. Herron M.E., Shofer F.S., Reisner I.R. 2009. Survey of the use and outcome of confrontational and non-confrontational training methods in client-owned dogs showing undesired behaviors. Applied Animal Behavior Science, 117, pp. 47-54.

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